Sergio Peris-Mencheta revela alguno de los efectos secundarios provocados por la leucemia

Sergio Peris-Mencheta hace un año y medio compartió con el mundo entero su diagnóstico de leucemia y seis meses después se sometió al trasplante de médula, llegando a despedirse de su entorno más cercano por lo que pudiera pasar. Ahora, el actor no ha dudado en compartir este dificilísimo proceso, y ha decidido plasmarlo y recogerlo todo en un libro, al que ha bautizado '730 días' y que fue publicado el pasado 28 de mayo, coincidiendo con el primer aniversario del trasplante. Por si fuera poco, el director de teatro también se encuentra promocionando su última obra, 'Blaubeeren', un proyecto que comenzó hace tres años y en el que ha estado inmerso desde entonces, mientras escribía el libro e incluso en medio de su enfermedad.

Tal y como ha desvelado el propio Peris-Mencheta a la web de Informativos Telecinco desde los Teatros del Canal en Madrid, lo que le ha motivado a estar «más creativo que nunca» ha sido gracias a que «he tenido mucho tiempo conmigo mismo, de estar tantas noches en vela y pensar qué pinto aquí, cuál es la razón de mi existencia, encontrar mis propias razones y mirarme al espejo».

«Tampoco tenía posibilidades de despistarme con otra cosa; estaba en una habitación con un gotero que tampoco me permitía irme al cine ni nada, y supongo que eso me ha ayudado a poder centrarme tanto en mi faceta personal como en la creativa», explica.

Ahora, el actor ha regresado a España, tras años asentado en Estados Unidos, y ha explicado cuáles son las secuelas que sufre en la actualidad por su tratamiento contra la leucemia. «Hasta los 10 años no te dan por liberado de la espada de Damocles, y me encuentro lidiando con efectos secundarios, con un avance muy poco a poco, con las manos hinchadas, náuseas, los pies y las rodillas se me hinchan... todas las articulaciones dan guerra. Por suerte, la cabeza más o menos va funcionando», se sincera Peris-Mencheta con este medio.

Tal y como cuenta, «he tenido sustos, porque de repente tenía vacíos de memoria que luego he visto, porque Marta -su mujer- y yo grabamos un documental del proceso y he visto imágenes que no recordaba, como si no hubieran pasado, menos mal que se grabaron porque no tengo conciencia de haberlas vivido».

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