Intenta meterse en la casa de Kim Kardashian asegurando que es su marido

Las hermanas Kardashian-Jenner cambiaron su forma de vivir, después del robo que sufrió Kim Kardashian en París en el 2016. No obstante, desde que se hicieran famosas ya contaban con un equipo privado de seguridad tras padecer varios episodios con acosadores A pesar de las medidas, un nuevo acosador de Kim conseguía llegar a la puerta de su casa dándole un buen susto a la empresaria.

El medio estadounidense TMZ relata el suceso que transcurrió el pasado miércoles 24 de febrero en torno a las 18:00 horas, cuando un hombre se personó en la entrada de la casa de la hija de Kris Jenner después de haber burlado la seguridad de la propia urbanización privada de Hidden Hills en la que se encuentra ubicada la enorme mansión de la empresaria.

Para suerte de Kim, la celebrity cuenta con vigilancia de la finca 24 horas al día, 7 días a la semana y fueron los guardas que se encuentran custodiando la entrada los que consiguieron retener al individuo que, según él, simplemente iba a hacerle una visita a Kim Kardashian. Posteriormente, cuando llegó la Policía, este aseguró que él era el marido de la propietaria de la casa y que no era necesario que le llevasen a comisaría. Horas más tarde, el asaltante era puesto en libertad.

No es la primera vez que uno de los miembros del clan pasa por una situación similar. En agosto de 2016, Kendall Jenner sufría un incidente por el cual había estado «más asustada que en toda su vida», declaró por aquel entonces ella misma en el juicio. Un hombre había conseguido colarse también en la propiedad privada en la que vivía mientras ella entraba con su coche. Cuando se quiso dar cuenta, ese hombre estaba golpeando el cristal de su coche con ella dentro. Afortunadamente, la modelo consiguió salir a la calle y desde allí llamó a la Policía.

Aquel mediático caso se saldó con una condena por allanamiento y no por acoso, como había reclamado el abogado de Kendall Jenner. Por su parte, el abogado del acusado alegó que este tenía problemas mentales y que simplemente pretendía «hablar con ella» y que no se trababa de un caso de «acoso» o «allanamiento», sino de una «criminalización de una enfermedad mental».