Ainhoa Arteta habla, por primera vez, de su separación de Matías Urrea
La soprano confiesa que llegó a temer por su voz y por la posibilidad de no poder volver a cantar
el norte
Viernes, 4 de febrero 2022, 20:00
Ainhoa Arteta ha reaparecido completamente recuperada, tras los meses más complicados de su vida, en los que ha visto la muerte de cerca, ha pasado por quirófano en cuatro ocasiones por graves problemas de salud y ha roto su matrimonio con Matías Urrea. Para contar esas malas experiencias ha acudido a 'El Hormiguero' donde también ha hablado de su esperado regreso a los escenarios.
«Lo he pasado muy mal» ha confesado la soprano en su primera aparición pública desde que el pasado verano sufrió un cólico nefrítico que derivó en una septicemia que a punto estuvo de costarle la vida, por el que estuvo en coma e intubada durante varios días y que, finalmente, provocó la amputación parcial de una de las falanges de su mano derecha.
Ainhoa recuerda ese momento y comenta que «me moría, no había manera, pero yo me enteré después». «Yo no vi un túnel, no vi ninguna luz»- ha revelado, narrando cómo 'vio la muerte de cerca durante los días que estuvo en coma - «pero sí vi un espacio. Estaba un espacio que no era negro, era azul oscuro intenso con estrellas, con mucha luz, a la vez que era oscuro. Era un silencio total. Vi pasar una cosa roja por debajo, no sé si era el infierno. Igual me estoy haciendo pájaras mentales. Pasó y se fue y ahí me quedé yo en esa zona, como suspendida».
«Cuando has estado a punto de morirte hay que ver la vida de otra manera. Me ha cambiado el chip muchísimo. Hay que animarse. Todo tiene solución y lo que tenemos es el día a día», ha señalado con una sonrisa, desvelando que aunque aun arrastra importantes secuelas derivadas de su grave problema de salud, «mi vida tiene que continuar». «Me duela o no me duela, tengo que seguir. La única manera de salir de estas cosas es con fuerza mental», ha añadido.
Ainhoa no ha tenido ningún problema en responder a las preguntas que Pablo Motos le hizo sobre la 'pesadilla' que ha vivido en los últimos tiempos. Así, con total naturalidad ha explicado que no puede correr porque tiene injertos de piel en los pies - para salvarle la vida le dieron una medicación que impedía el riego sanguíneo y los pies se le pusieron negros, ha contado - y ha mostrado su dedo de la mano amputado, revelando entre risas que no se ha planteado ponerse un implante porque «soy muy gesticulera. Y pensé que en un concierto se me iba a escapar el dedo y no es plan de buscarlo en la señora de la tercera fila».
Un dedo en el que, admite, siente el famoso 'dolor del miembro fantasma': «Me pasa muy a menudo. Es el dolor neuropático que tiene que ver con el cerebro. El otro día me dolía la punta de este dedo (en referencia al amputado) y ya no lo tengo». «Este dolor tiene tanto que ver con el cerebro que si estás nervioso o agitado, aumenta de una manera brutal», ha explicado.
Pero eso no es todo, ya que después de un mes ingresada y cuando luchaba por retomar su vida, tuvo una lesión en las cuerdas vocales «a causa de la intubación». «Se cerró una glándula y empezó a dar la cara en septiembre. En octubre me quedé sin voz. Se me formó un quiste como un garbanzo y me operaron a cuerda vocal abierta», ha contado, confesando que temió por su voz y por la posibilidad de no poder volver a cantar.
Ahora, gracias a su tesón y a su esfuerzo durante los últimos meses, Ainhoa está completamente recuperada y prueba de ello es qué el próximo 27 de febrero regresará a los escenarios interpretando en el teatro de la Zarzuela 'La Bohème'.
Sobre Matías Urrea, la soprano ha dejado claro que «le deseo siempre lo mejor, nunca he hablado mal de él, jamás lo voy a hacer, una persona con la que he convivido seis años no se me ocurriría para nada».