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Demetrio Madrid posa en la plaza de Villalar, localidad vallisoletana de la que es Hijo Predilecto.
Demetrio Madrid: «En 1983, muchos no creían en las comunidades autónomas»

Demetrio Madrid: «En 1983, muchos no creían en las comunidades autónomas»

En taxi y sin dormir. Así fue la campaña para el primer presidente de la Junta de Castilla y León

Liliana Martínez Colodrón

Lunes, 13 de abril 2015, 12:14

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Cuenta en su currículum con tres hitos curiosos que le confieren ese halo de dirigente histórico merecedor de respeto y sobrado de una más que interesante conversación: el primero, haber sido el primer presidente de la Junta de Castilla y León tras ganar las primeras elecciones autonómicas en 1983; el segundo, ser el único candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno regional que ha logrado una victoria en los ocho comicios celebrados (en 1987, AP ganó a los socialistas por tan solo 5.000 votos y comenzó su hegemonía en Castilla y León gracias al pacto alcanzado con CDS); y, el tercero, haber dimitido de su cargo tras haber sido procesado en un caso de justicia laboral en una empresa de su propiedad del que quedó absuelto tres años más tarde (desde entonces, y ahí están las hemerotecas, no muchos son los mandatarios que han seguido su ejemplo).

Demetrio Madrid (Villaralbo, Zamora. 1936) era por aquel entonces diputado nacional, «pero el candidato que tenía el PSOE dio un paso atrás y yo, un paso adelante». El PSOE conocía bien el territorio castellano y leonés, «habíamos recorrido todas las comarcas como miembros de Instituto castellano y leonés y eso fue de mucha ayuda para nosotros».

Rememora la campaña como compleja, rica e interesante a partes iguales. «Recorrimos en taxi la región, casi sin dormir. No hay que olvidar que nuestra comunidad es más grande que Portugal, y que tiene casi más de 15.000 kilómetros, 2.248 municipios, sesenta y tantas comarcas», explica. Añade sonriendo que la única ayuda con la que contó fue unos grandes cartelones: «Yo los miraba y pensaba que parecía el anuncio de una lavadora».

Sentimiento autonómico

Fueron las elecciones autonómicas de 1983 un punto de inflexión para el sentimiento autonómico de Castilla y León. Antes que convencer a los ciudadanos para que les cediesen su confianza en las urnas era necesario dar a conocer un proyecto autonómico que causaba no poca confusión en esos momentos. Madrid describe la campaña de 1983 como «una fiesta agotadora que mereció la pena porque se pusieron las primeras piedras. Algunos agoreros pensaban que Castilla y León no tenía entidad suficiente para ser una comunidad autónoma fuerte, pero se demostró que sí».

A este respecto, recuerda cómo sus adversarios políticos, principalmente Alianza Popular, «estaban un poco dispersados. No creían mucho en la comunidad autónoma; ellos pretendían crear una mancomunidad de diputaciones. La derecha siempre ha controlado la provincia. Ellos no querían un Estatuto de Autonomía sino que las diputaciones formaran una mancomunidad».

Pero el PSOE ganó con 608.637 votos, consiguiendo 42 de los 84 escaños de la Cámara. El resto se los repartieron AP-PDP-UL (39), CDS (2) y PDL (1). El reto, una vez pasados los comicios, comenzaba por construir la comunidad. Explica, además, como encima de la mesa se encontraba la negociación con el Gobierno central de las transferencias. «En aquel momento, muchos funcionarios estaban muy inquietos, se preguntaban qué iba a ser de ellos. Estaban bajo el paraguas del Gobierno central y tenían que pasar al autonómico».

Demetrio Madrid alaba el esfuerzo de los primeros responsables políticos en aquella primera legislatura, «se contaba con una ilusión que ahora se nota que no se tiene».

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