«Europa se justifica por su eficacia y su gran fracaso es la vacunación»
Para el economista Fernando Fernández, la parte positiva de la UE está en la creación del fondo de recuperación
«Europa se justifica por su eficacia». Esta es la contundente frase con la que Fernando Fernández, doctor en Economía, Profesor del IE Business School y consultor internacional, resume el sentido de todo el proyecto europeo, y más en estos tiempos de pandemia y crisis. Así se lo trasladó a quienes han seguido 'on-line' el Foro Económico de El Norte de Castilla que, patrocinado por Banco Sabadell, Galletas Gullón, Corporación Llorente y Collosa, ha tenido como hilo conductor los problemas de la economía española más allá de la crisis de la covid-19.
Fernández identificó la vacunación como el «gran fracaso de esta Europa ya de 27», debido a «la desconfianza congénita hacia lo privado y a la prepotencia; porque, ¿cómo nos íbamos a quedar sin vacunas los europeos? Ya no somos el centro del mundo». Pero fue más allá: «Si Europa no es capaz de aclararlo, vamos a ver soluciones nacionales y tensiones».
Por el contrario, en su opinión, el «éxito» de la Unión Europea se ha asentado en la creación del fondo de recuperación, «que si lo gestionamos bien, no solo supondrá crecimiento, sino también que Europa siga siendo una idea de futuro y esté ahí siempre la política fiscal». Su apuesta es clara por «la institucionalización» de estas políticas.
Fernández efectuó durante su intervención un detallado repaso de la situación económica precovid; abordó la respuesta de la política económica, las perspectivas macroeconómicas globales en España y en Europa y apuntó los errores de la política de recuperación en España.
Imparable globalización
En esos comentarios previos, dejó constancia de que la globalización es «imparable», a pesar de que haya podido estar cuestionada por «guerras comerciales y un proteccionismo creciente» que deriva en «menos productividad, precios más altos y menos crecimiento. Está muy bien lo emocional, pero eso no nos puede hacer caer en el neoproteccionismo». Asimismo, identificó como retos demográficos: el envejecimiento, las migraciones y la feminización, así como dos tendencias aceleradas: la digitalización y el teletrabajo.
En este sentido, valoró que el teletrabajo «ha venido para quedarse, pero como tendencia de flexibilidad. No quiere decir que no vayamos a un mundo más flexible, pero tener un equipo tensionado es muy difícil sin la presencialidad».
En un mercado laboral marcado por la «inseguridad», ya que «no está claro qué puestos pueden aparecen», considera que «la gran prioridad debería ser aumentar la tasa de empleo», pues España se sitúa entre 10 y 15 puntos por debajo de la media europea en ese dato que se refiere al porcentaje de gente que trabaja entre los 15 y los 65 años. «España no solo tiene el problema del paro, también está el problema de que trabajamos pocos y tenemos una carga impositiva muy alta para sostener todo».
Sobre el retorno a la normalidad, su impresión es que «el mundo volverá a ser como era, pero algunas tendencias previas se han acelerado».
En cuanto al papel del Estado, «el gran éxito no ha sido la gestión sanitaria púbica sino la innovación privada que ha creado cinco vacunas; si alguien nos ha sacado de esto, es la iniciativa privada», señaló, a la vez que valoró de forma positiva las políticas de ertes y las líneas ICO, aunque advirtió de que «esa fase de amortiguación está agotada».
Eficacia o clientelismo
Para Fernando Fernández supone una «amenaza» la utilización que se pueda dar a los fondos de recuperación, cifrados en 140.000 millones: «Si esto se hará con criterios de eficacia o clientelares, y nada apunta a que lo vayamos a hacer bien».
En cuanto a las perspectivas macroeconómicas, destacó que «venimos de una economía que se estaba recuperando de la gran crisis financiera» con un sistema productivo «más expuesto a la globalización, con una estructura de micro empresas que tienen menos capacidad de resistencia».
Incidió en que «ya nadie habla de crecer un 6% este año» y, de hecho, algunas previsiones asientan la recuperación económica en 2022, con un nivel de producción igual al precovid para 2023 y con más de tres millones de parados hasta más allá de 2024.
«La primera parte mala de este año va a ser peor y la segunda parte buena, va a llegar más tarde», manifestó.
Entre los cambios estructurales que debe afrontar el país está el del «raquitismo empresarial, ayudar a que las microempresas se conviertan en pymes y las medianas, en grandes», sin olvidar, añadió, que «hay que hacer todo lo posible para que la deuda pública no se traduzca en una crisis financiera».
Además de ese raquitismo, apuntó tres problemas más pendientes:«Un sector público ineficiente, una justicia lenta y un sistema educativo mejorable».