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Javier Sanz y Leticia Sanz, cuarta y quinta generación de Bodegas Javier Sanz.

Javier Sanz Viticultor recupera variedades autóctonas desconocidas y casi extinguidas en Rueda

Rescata cuatro vinos creados tras un largo proceso de investigación

El Norte

Valladolid

Domingo, 16 de abril 2023, 00:27

Javier San Viticultor ha dado a conocer esta semana 'La Colección V', la gama donde el autor, con una inquietud nata y en su afán de recuperar variedades autóctonas desconocidas y casi extinguidas en Rueda, rescata cuatro vinos creados tras un largo proceso de investigación. 'Malcorta', un verdejo singular y difícil de vendimiar (de ahí su nombre); 'El Pago de Saltamontes', algo más de 2 hectáreas de verdejo de un viñedo prefiloxérico registrado en 1863 en la familia Sanz; 'Colorado', una insólita cepa tinta, de genética única y desconocida, que Javier Sanz ha recuperado y sólo se encuentra hoy en sus viñedos, la cenicienta; y por útlimo, el 'Dulce de Invierno', vino goloso y único, fruto del mestizaje entre la uva verdejo y la gorda de moldavia.

Las variedades castellana blanca, prieto picudo blanco, verdejo negro y cenicienta son el presente y el futuro de una bodega que no cesa en su afán de crear vinos sorprendentes, de calidad y únicos algunos en el mundo.

La bodega cuenta con dos gamas de vinos. La primera es Javier Sanz Viticultor. A ella pertenecen Javier Sanz Verdejo, Javier Sanz Sauvignon Blanc, Javier Sanz Fermentado en Barrica y Paraje La Encina, este último elaborado con bruñal.

«Creemos en nuestra tierra, en una viticultura sostenible donde primamos la calidad sobre la cantidad, gracias a un exhaustivo control del vigor y la sanidad de nuestros viñedos», así es la carta de presentación de Javier Sanz Viticultor. No en vano, en su propio nombre llevan la palabra 'viticultor' como bandera.

Su filosofía se basa en la conservación de viñedos prefiloxéricos (con más de 150 años), de variedades autóctonas y en la recuperación de variedades casi extinguidas para elaborar grandes vinos.

Cinco generaciones de viticultores que durante más de siglo y medio han continuado la tradición con el máximo respeto hacia la tierra de donde proceden y con una premisa clara: intervenir lo mínimo posible en el proceso de elaboración de sus vinos.

Los viñedos de Javier Sanz se distribuyen en un mosaico de parcelas, fincas y pagos, todos pertenecientes al municipio vallisoletano de La Seca. 104 hectáreas en propiedad, circunstancia que les permite controlar todo el desarrollo de las plantas.

Vino 'Paraje La Encina', de Bodejas Javier Sanz.

La verdejo, variedad mayoritaria de la bodega, con gran personalidad y un óptimo potencial para la vinificación, es trabajada con rigor desde el campo para conseguir vinos con diferentes matices y con larga vida.

Las variedades

Sobre castellana blanca: Creen que no se encuentra en ningún sitio, al menos en Castilla y León, que es en dónde la han buscado con mayor intensidad. De un porte erguido, muy vigorosa, cuenta con unas uvas gordas, racimos grandes y apiñados.

Sobre prieto picudo blanco: Es muy similar a la verdejo de La Seca. De hecho, no se puede diferenciar en la brotación, pámpanos, hoja, tamaño ni color hasta que llega el envero. Es aquí cuando comienzan las particularidades de esta variedad. El envero en unos días es más tardío y es donde se observa que es una variedad más rastrera que la verdejo de La Seca. Con un ciclo más largo (la maduración llega 15 días más tarde), las hojas son menos verdes, y las uvas, que es donde hay una mayor diferencia con la verdejo, son más pequeñas y más sueltas. Su color es amarillo fuerte lo que hace que no se puedan ver las semillas (como las deja ver la verdejo). La producción es muy pequeña y, a priori, es una uva que promete gran calidad.

Sobre verdejo negro: Es de un porte muy rastrero, poco vigoroso, hojas muy verdes y pequeñas. No se distinguen apenas las dentaduras, los racimos son pequeños, uvas pequeñas y muy apiñadas. El hollejo es muy fino. Puede ser muy propensa a la botritis si no se trabajan bien las labores de poda tanto en verde como seca.

Sobre cenicienta: Entre las cepas centenarias de verdejo de El Pago de Saltamontes, viñedo familiar anterior a 1863, se encuentra una insólita cepa tinta, de genética desconocida, que Javier Sanz ha recuperado por su originalidad y sólo se encuentra hoy en sus viñedos. Registrada por la familia con el nombre de cenicienta. Es una variedad genuina ya por su ampeología: hojas brillantes y muy dentadas, uvas pequeñas, cilíndricas y sueltas (lo que favorece su aireación e insolación) y pulpa blanca con vetas tintas. Además, es una planta de gran vigor y dificultad de granado, con producciones de gran calidad, pero bajo rendimiento, por lo que exige un continuo mimo en el viñedo. Tras años de injertos para reproducir la única planta original de esta variedad desaparecida, la cenicienta se asienta en los viñedos familiares de La Seca, caracterizados por suelos compuestos por una superficie de cantos rodados y subsuelo arcilloso, lo que favorece una mejor regulación térmica e hídrica. Tiene un porte alto, muy vigoroso, pámpanos largos. Sus hojas son muy grandes y dentadas, de un color claro y un envés muy peludo. Su aspecto, comparado con las variedades del entorno, da un toque muy claro como queriendo ser blanco. De ahí su nombre, cenicienta.

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