Si eres joven, pagarás más por tu coche

Tal vez sea por un riesgo potencialmente mayor, por la menor experiencia al volante o porque se trate de principiantes, pero lo cierto es que los jóvenes se ven muy penalizados a la hora de contratar una póliza de seguro para su coche.

Los conductores de entre 18 y 25 años pagan una media de 1.581 euros por su seguro de autos, según un informe elaborado por el portal Kelisto, una web que que ha analizado los precios medios del seguro para diferentes perfiles de conductor en los últimos meses. Esto supone que los jóvenes pagan de promedio el 105,9% más por sus pólizas que los conductores de entre 26 y 35, que LES cuesta unos 768 euros de media, y el 158% más que un asegurado de entre 36 y 50 años, que abonan una media de 612 euros por su seguro.

Esta diferencias de precios, que suponen una cuantía media de todas pólizas, aumentan de forma considerable cuando la modalidad del seguro es a todo riesgo. En este caso, un conductor menor de 25 años tiene que pagar el 182% más que uno de entre 36 y 50 años por la misma póliza. El precio medio de esta cobertura es para los más jóvenes nada menos que de 3.283 euros al año, mientras que los conductores de entre 26 y 35 años pagan 1.510 euros de media, mientras que los de 36 a 50 años, abonan 1.160 euros, y los conductores con más de 50 años, 1.217 euros.

El seguro básico a terceros para un joven conductor tiene un coste medio de 709,74 euros, lo que supone el 83% más que lo que tendrá que pagar un conductor de entre 26 y 35 años, que le sale de promedio a 708,74 euros el mismo tipo de seguro, y el 114% más si el asegurado tiene entre 36 y 50 años, en cuyo caso el coste asciende de 331 euros de prima media

Si los jóvenes conductores quieran contratar una póliza de seguro a terceros, pero ampliada, le costará una media de 752,13 euros, el 84,6% más que a los de 26 a 35 años, y el 116,8% más que los del siguiente tramo de edad (36-50 años), cuya prima media alcanza los 346,9 euros.

Siniestralidad

Para Celia Durán, responsable de Contenidos de Seguros de Kelisto, «los jóvenes son considerados por las compañías de seguros como conductores de riesgo, debido a su índice de siniestralidad. Por ello, a este colectivo se aplican primas más elevadas que pueden hasta triplicar el precio de lo que pagan otros perfiles más seguros», afirma. Sin embargo, considera que cada vez son más las aseguradoras que ofrecen productos específicos para este colectivo centrados en el pago por uso, «con el fin de no castigar a aquellos jóvenes que son conductores responsables y gozan de un buen historial de siniestralidad».

Del mismo modo que ocurre con la edad, la experiencia al volante es otro de los aspectos clave que marca el precio del seguro. A medida que los conductores suman años de antigüedad en su carné de conducir, el precio del seguro se reduce. «Muy relacionado con la edad se encuentra la falta de experiencia de los conductores que, según las estadísticas que manejan las compañías de seguros, incrementa el riesgo de accidente. Por ello, a medida que el asegurado va aumentando los años de antigüedad con el carné de conducir, las primas que debe pagar por su seguro van descendiendo. Los que cuentan con una experiencia como conductores de entre 15 y 20 años son los que menos pagan por su seguro, una media de 557,3 euros», concluye Celia Durán.

Consejos

De todos modos, las diferencias de precios entre las distintas compañías de seguros acostumbran a ser muy elevadas, por lo que es aconsejable, tanto si eres un conductor joven como veterano, comparar las ofertas de varias aseguradoras y también sus coberturas.

Kelisto recomienda también adaptar el vehículo al perfil del conductor. Para un conductor novel, un coche de menor cilindrada e incluso de segunda mano permitirá pagar menos por el seguro.

Esta plataforma llama la atención además de un práctica muy arriesgada que estima poco aconsejable. «Si el conductor tiene entre 18 y 25 años, aunque la prima sea alta, no es recomendable incluir a un familiar con experiencia al volante como conductor principal, porque, si se ve involucrado en un accidente, la aseguradora podría interpretar el engaño como mala fe y, como consecuencia, suprimir el efecto del seguro, por lo que el conductor se deberá hacer cargo de todos los gastos e indemnizaciones que se deriven del siniestro», asegura.