La armada vallisoletana: joven, universitaria y amiga
Bea Caldera, Melania Merino y Esther Carnicero, las tres referencias locales, acceden a octavos de final
Santi Hidalgo
Miércoles, 18 de septiembre 2024, 00:01
Ellas son las tres únicas jugadoras dentro del cuadro final femenino de este Premier Pádel Oysho Valladolid en las que su DNI pone que han nacido en Valladolid. Bea Caldera, número 26 del ranking, juega de pareja con la cacereña Lorena Rufo. Ellas fueron las vencedoras del torneo FIP Gold Valladolid que se disputó en el mes de junio en las instalaciones del Club Raqueta. Hasta la fecha en 2024, sus mejores resultados han sido completar dos cuartos de final en Acapulco (Bea Caldera jugó aquí con Catalina Nogueira) y en Burdeos ya con Rufo. Bea y Lorena son, asimismo, campeonas de Europa formando parte de la selección española. Bea Caldera fue, además, campeona del mundo junior en 2019 con la malagueña y tocaya Bea González.
En el partido que abría el cuadro hoy, Caldera y Rufo vencieron de forma clara, 6-2 y 6-2, ante Lucía García Trella y Natividad López Díaz y esperan ya a las rivales de octavos.
Bea, con 23 años, está acabando nada más y nada menos que Ingeniería de Organización Industrial IOI en la UVA. «Lo compagino bien. A ver si termino. Ya estamos acostumbradas a tanto viaje tras diez años en el pádel», dice Bea con aplomo.
En este nuevo formato de Premier Pádel quizás más exigente por las pruebas (solo cinco en España y el resto fuera), y por los viajes, además de que las jugadoras cada vez hacen las cosas más profesionales, Bea Caldera y Lorena Rufo han dado muchos pasos para estar a un gran nivel, aunque les falta colarse entre las ocho del ranking. «Somos jóvenes, seguimos avanzando, pero es verdad que falta el escalón más grande para estar a la altura de las mejores del mundo», dice Caldera.
Para Bea, jugar en casa y que le puedan ver sus amigos y familia «es un plus». Hoy lo pudo ver en la pista central y disfrutó de ello. Unas horas después entraban a la pista las otras dos vallisoletanas presentes en el cuadro, una vez que Alicia Blanco cayó en la previa: Esther Carnicero, haciendo pareja con Melania Merino.
El partido de Carnicero y Merino frente a la segoviana Jimena Velasco y Noa Cánovas fue un carrusel a tres sets que puso de manifiesto la dificultad de la entente. Con el primer set casi a su favor con 5-3, no remataron y terminaron perdiendo por 7-6, después de la revisión de una bola. El segundo sí que fue suyo por 6/4 y en el tercero, con rotura en el 0/1 en el primer juego y salvando un 15-40 en el segundo, todo fue a favor de obra con una Esther que remató entonces más y mejor, asiéndose a la sobriedad de su compañera. El 6/2, concluyendo con juego en blanco, fue el remate final.
«No fue un partido fácil, aunque a mí me favorece la pista para pegarla. Al principio tal vez Melania entró un poco cohibida, pero luego nos hemos venido arriba. Ella con un juego más estructurado y yo más suelta con los remates y golpeos como me gusta», dice Esther.
Carnicero y Merino, Esther y Mela, se conocen desde pequeñas y ya jugaron juntas en la fase lógica de meterse desde las previas al cuadro. A mitad de esta temporada unieron de nuevo sus destinos. Ambas son del año 99, se conocen de sobra y su juego se complementa. Pareja 19, el pase a octavos es uno de los mejores resultados de este año junto al torneo de Málaga P2.
Esther estudia tercero de Fisioterapia, aunque este año lo ha tenido que posponer debido al exigente calendario del Premier Pádel. Su compañera Melania Merino está cursando Ciencias de la Actividad Física y Deporte en la Universidad Europea Miguel de Cervantes. El jueves se medirán en los octavos de final en unos encuentros que ya se antojan durísimos.
«Las tres nos llevamos fenomenal desde hace muchos años». Lo dice Bea Caldera, a pesar de enfrentarse entre ellas en el 20x10 en numerosas ocasiones a lo largo del año.