El Mojados permite otra doble fiesta

Doble fiesta en Mojados. La de los locales, que volvieron a celebrar la permanencia, y la del Atlético Mansillés, que hizo lo propio por sus méritos y por los del Becerril, que ganó al Bembibre contra pronóstico. Se tenían que dar ambas cosas y se dieron, así que los de Mansilla de las Mulas volverán a jugar en 3ª.

Lo merecieron. Se lo empezaron a creer del todo cuando se vieron más fuera que dentro, que fue cuando el Mojados marcó gol en fuera de juego. Vallejo chutó, la pelota entró, pero el linier advirtió de que Alvi (que acabó expulsado) estaba en la trayectoria del balón. Apreciación polémica pero que, sea como sea, no adelantó a los locales. El fútbol es tan psicológico que ese no gol mermó al Mojados y revolucionó al Mansillés.

Un poco más porque ya lo estaba desde que su rival por la salvación iba por detrás en el marcador. Desde bien temprano, cuando el Becerril se adelantó. Desde ese momento solo hacía falta un gol del Mansillés para dar la vuelta a todo. Llegó en el 66, previo aviso. Pablo acababa de salvar un gol cantado y en el córner posterior Pelayo no perdonó. Locura en la grada visitante, que minutos después ya obligó al colegiado a detener la contienda por gritos malsonantes. Había tensión, demasiada.

Los ánimos andaban caldeados por muchos motivos y todos ellos eran de los precedentes en el campo. Hace un año, el de La Caldera, en el que el Mansillés ascendió en la final del 'play-off' en un choque cargado de polémica, rojas y trifulcas en la grada. Al final subieron los dos, por eso estaban este domingo aquí, aunque en este caso solo uno se jugaba la estancia en Liga.

Al Mojados le dio igual porque fue a por todas. En su derecho están, como ocurrió ante el Ciudad Rodrigo hace siete días, que también se jugaba la vida. De fuerza y ganas andaban sobrados; de precisión, escasos. Jugar contra el Mansillés nunca es fácil porque no dejan respirar a ningún rival, pero se echó en falta que alguien pusiera cordura. La primera mitad fue más testosterona que otra cosa.

Se jugó más en área local, aunque las dos más claras las firmaron los de amarillo. Alfon, al filo de la media hora, la pegó esquinada para despeje de Iker. Después, Vallejo puso un caramelo cuyo remate se fue alto.

Hasta que el gol anulado cambió las tornas después de una reanudación donde el Mojados era mejor. Detalles. Y tras el primero, el segundo. Una indecisión en el centro del campo entre Pablo y Méndez regaló el balón al Mansillés y Jairo acabó marcando a placer. Los puntos se los llevó quien los necesitaba. Ya hubo fiesta diez días antes cuando el Almazán firmó la permanencia en este campo y el Mojados celebró la suya. Más de lo mismo. Aún así, los de Diego Macón cierran un curso para recordar en el que no solo lograron el objetivo, sino que lo consiguieron con holgura.

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