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Por segunda temporada consecutiva, el Paris Saint-Germain de Luis Enrique está en las semifinales de la Liga de Campeones. El asturiano es el primer ... técnico que repite entre los cuatro mejores equipos del Viejo Continente en el banquillo del club del Parque de los Príncipes, un hito que el conjunto de la capital francesa solo había conseguido tres veces antes de su llegada, con la final de Lisboa en 2020, en plena pandemia de covid, como techo.
Los resultados son incuestionables para un bloque hegemónico en el fútbol galo, con la Ligue 1 ya en el bolsillo, pero que de la mano del exseleccionador español al fin parece haber trasladado ese potencial a la competición europea, la asignatura pendiente en el club desde la llegada del fastuoso capital catarí. Sin embargo, la alegría no oculta el mal trago que el PSG pasó en Birmingham, donde estuvo a merced del Aston Villa después de llegar a acumular hasta cuatro goles de renta en la eliminatoria.
La remontada exprés del equipo dirigido por Unai Emery, que perdía 0-2 en Villa Park en el minuto 30 y que media hora después ya ganaba 3-2 y estaba a un solo gol de igualar el resultado global, mostró por primera vez este año carencias en el PSG, un cuadro hasta ahora casi intratable, capaz de ganar 22 de sus 24 partidos en 2025. La única derrota desde el comienzo del año también llegó en Champions, con el engañoso 0-1 del Liverpool en el Parque de los Príncipes en la ida de octavos. Sin embargo, aquel duelo el equipo parisino lo dominó por completo y solo la falta de puntería le separó de un triunfo más que merecido.
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En Villa Park la historia fue diferente, pues el campeón galo se durmió con el 3-1 del primer asalto y un cómodo 0-2 en el marcador. El físico planteamiento de Emery anuló al centro del campo del PSG, que echó en falta a Vitinha, su brújula, totalmente opacado por el ingente trabajo de Tielemans y Onana. Así, el equipo de Luis Enrique fue incapaz de sacudirse la insistencia del orgulloso Aston Villa, al que solo detuvieron los guantes salvadores de Donnarumma.
«Nos ha entrado el tembleque, ha habido diez minutos de frenesí donde el Aston Villa podría haber dado la vuelta a la eliminatoria», reconoció el técnico asturiano tras el partido. «Empezamos de la mejor manera con los dos goles, pero luego hemos tenido complicaciones. Debemos mejorar muchas cosas y al final este sufrimiento ayudará al equipo a hacerlo mejor», añadió a continuación, con un aviso a navegantes más allá de la alegría por el sufrido pase a semifinales. Compartió su autocrítica Dembélé, mucho más analítico respecto a la anárquica versión de sus tiempos en el Barça. «Tenemos que ser exigentes, sobre todo en estos partidos. Nos lo pusimos difícil, pensamos que éramos demasiado buenos», asumió.
El asturiano dejó además una sorprendente declaración en referencia a los méritos de Emery, técnico del rival que tan complicado se lo puso a los suyos. «Yo merezco el reconocimiento igual que él (Emery) y los entrenadores españoles que estamos por el mundo intentando llevar adelante nuestras ideas. A partir de aquí... respeto para todos», señaló, sacando pecho por su labor frente a un adversario para el que, eso sí, había tenido palabras de elogio. «El Aston Villa es un gran equipo, que juega bien, con muchas cualidades», valoró previamente.
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