Clos Gómez descarta que los árbitros den explicaciones: «No nos pidáis ponernos delante de un batallón de fusilamiento»
El director del proyecto VAR matiza las declaraciones de Medina Cantalejo sobre la supresión de los 'penaltitos': «Queremos que solo se sancione en las áreas lo claro y evidente»
Han corrido ríos de tinta y los que están por desbordarse en torno a la implantación y uso del VAR en el mundo del fútbol darían para inundar pantanos e incluso estadios. De las polémicas arbitrales hablan los jugadores, también los técnicos, lo hacen los directivos más de lo necesario, y por supuesto también los aficionados antes, durante y, sobre todo, después de los partidos. Pero falta una pata, y eso hace que el debate, el análisis sesudo e incluso las tertulias se queden cojas. No hablan los árbitros. Ni para dar su versión ni para ofrecer explicaciones, por lo que cada vez que lo hacen para tratar de explicarnos el protocolo que siguen para dirigir un encuentro, antes en el campo y ahora también desde una sala de Las Rozas, sea considerado poco menos que un alumbramiento o una aparición.
El zaragozano Clos Gómez, director del proyecto VAR, ha explicado en la mañana de este martes en Sevilla el funcionamiento de la tecnología por parte del colectivo arbitral durante el Congreso Nacional de la Prensa Deportiva. Una conferencia didáctica y directa en la que ha expuesto, con ejemplos concretos en los que se han podido escuchar audios de la comunicación entre el árbitro y la sala VOR, cómo evoluciona la implantación del VAR en el fútbol español.
«Estamos encantado de recibir críticas, pero hay que entender que detrás del VAR no hay un máquina, sí una persona, y que va a seguir habiendo errores», ha señalado Clos, árbitro profesional durante 17 años antes de tomar las riendas del VAR en España. «También hay que aclarar que el VAR es el mismo en todos los países y en todas las competiciones y que, por lo tanto, no se puede decir que me guste más el VAR de Inglaterra o el de otro país. Te puede gustar más la interpretación que se hace, no la herramienta», ha aclarado en el comienzo de su exposición, en la que ha vuelto a diseccionar, punto a punto, el proceso y protocolo que obliga la herramienta.
Lo más relevante, sin embargo, ha llegado en el turno de preguntas, donde ha defendido la decisión del colectivo de no salir a la luz pública para dar explicaciones al término de los partidos. «Sinceramente de diez partidos nos pediríaias en dos, ya imagináis cuales. En segundo lugar veo la gran mayoría de partidos y cuando llega el turno de las declaraciones del jugador se elige al goleador para preguntarle qué ha sentido cuando ha marcado. ¿De verdad creéis que se preguntaría (al árbitro) qué ha sentido cuando se ha equivocado? No vamos a hacerlo, y aún así hablamos cada tres meses. No concretamos porque no nos gusta. El club no saca al peor jugador porque los trapos sucios los lavamos en casa, así que no nos pidáis que nos pongamos delante de un batallón de fusilamiento», ha asegurado, insistiendo en su matiz, «ya digo que veo las preguntas y al que falla a puerta vacía no le veo saliendo a hablar».
El otro foco de atención que ha despertado el colectivo arbitral en estos primeros meses de competición tiene que ver con las declaraciones de Medina Cantalejo y su 'promesa' de no señalar «penaltitos» esta temporada. «Es verdad que posiblemente podíamos haber encontrado otro término mejor, pero es una manera de hablar hacia la gente. Queremos que lo que se sancione en el área sean acciones de verdad, algo claro y evidente», ha añadido, apuntando otro matiz cuando se les recrimina el por qué se anula un gol por un fuera de un juego de un solo milímetro. «¿Y por cuánto hay que hacerlo? Hay que decir que por un milímetro antes nos matábais. Ahora por un milímetro acertado también nos critican».
También ha defendido Clos Gómez que determinadas acciones en el centro del campo no se sancionen de igual modo dentro del área. «Efectivamente el reglamento es igual en todas las zonas del campo, pero somos todos mayores y sabemos que donde no puede haber errores es en las áreas. El nivel de seguridad es menor y por eso se pitan más faltitas en el centro del campo. Hay que decir que el segundo perjudicado de un expulsado es el árbitro porque cuando se juega once contra diez, el partido va hacia abajo, también para el árbitro», ha explicado, dejando claro pese a la sensación que deja el intervencionismo de la herramienta que el importante es el árbitro del terreno de juego, «porque es el que gestiona y lleva el momento del partido», no el de la sala VOR.
El VAR interviene cada 2,6 partidos y emplea 76 segundos de media en tomar decisiones
Al contrario de lo que solía hacer Velasco Carballo, arrogándose un alto porcentaje de acierto del colectivo arbitral, Clos Gómez se ha limitado a dar cifras de la intervención de la herramienta en la última temporada, desgranándolas por situaciones específicas. «El VAR actuó en 380 partidos con 143 revisiones en Primera Division: 63 por goles, 64 por penaltis, en 13 rojas y en 2 ocasiones por confusión de identidad, además de un penalti repetido», lo que arroja que la herramienta interviene cada 2,66 partidos.
En cuanto a las comunicaciones desde la sala VOR, en 89 ocasiones el árbitro siguió las recomendaciones del VAR y en 6 se declinó la recomendació en las 95 veces que el colegiado acudió al minutor para revisar la jugada en concreto (el porcentaje asciende al 94%).
En lo que a la duración de respuesta, otra de las polémicas presente entre los aficionados, el promedio de reacción es de 76 segundos, ascendiendo a 132 segundos cuando se ha necesitado acudir al monitor (el tiempo medio entre unas y otras es de 114 segundos).
Además de dejar claro una vez más que «todos los incidentes se chequean», Clos Gómez ha vuelto a inciddir por si hubiera dudas que «el VAR no puede recomendar una revisión al árbitro si tiene dudas de una decisión tomada, no porque no quiera el VAR sino porque no se lo permite el protocolo».
También ha explicado que el número de ayudantes que hay en la sala VOR depende de la competición, «como mínimo tiene que haber dos personas porque mientras se chequea sigue el balón en juego y tiene que haber alguien pendiente», y el motivo por el que se han elegido exárbitros para integrar el cuerpo VAR. «Acaban de dejar de arbitrar y tienen el 'feeling' de las distintas situaciones que se producen en un partido. Cada año hacen 80 partidos, de ahí que sea más fácil que se equivoquen que, por ejemplo, un Gil Manzano que igual hace diez. Ese feeling de un exárbitro es mejor que el de un asistente, por eso queremos que sean ellos quien ocupen estos puestos», ha aclarado.
La diferencia en el seguimiento en Primera y Segunda también es diferente. Son 25 las cámaras de seguimiento en el campo en cada partido en Primera División, «y en estos partidos hay dos operadores porque tenemos que ser muy fiables y también rápidos», mientras que en Segunda solo hay ocho cámaras. «Lógicamente no es lo mismo un partido del Real Madrid que, por ejemplo, del Zaragoza», ha sostenido.
En su exposición, el director del VAR ha utilizado ejemplos concretos aportando los audios de la comunicación directa entre el ábitro de campo y la sala VOR. Así, se ha podido ver cómo Mateu Lahoz rectificó una tarjeta amarilla a Feddal para mostrarle la roja cuando éste vestía la camiseta del Betis y frentó en falta un contraataque siendo el último defensor. «David, muchas gracias», se le escucha a Mateu tras ver la jugada en el monitor.