Valladolid vive su particular día sin coches gracias a La Vuelta

Un ingente operativo de la Policía Municipal trabajó sin descanso para que el corte de los 25,8 kilómetros del recorrido y de las calles adyacentes complicara el tráfico lo menos posible. Ese esfuerzo tuvo su recompensa, aunque hubo una serie de puntos en la ciudad en los que se vivieron atascos puntuales, especialmente en la hora punta del regreso a casa del trabajo de muchos empleados.

A las 10:00 horas se llevó a efecto el corte del paseo Isabel la Católica entre la plaza de Poniente y la calle Encarnación y, poco a poco, el cierre de este céntrico nudo de comunicación se fue notando en la circulación, que comenzó a sufrir de forma más cruda los efectos de la etapa a las 11:00 horas. En ese momento, en la radio de la Policía Local se pudo escuchar la siguiente frase: «Corte total del circuito» y tras ese mensaje se comenzaron a agudizar los problemas en el tráfico.

El primer lugar en el que se empezó a registrar una circulación mucho más densa de lo normal fue La Circular, donde poco después del corte del circuito se fue ralentizando el movimiento de vehículos, pero los problemas más importantes llegaron poco después de las 14:00 horas. Muchos trabajadores finalizaron su jornada laboral y acudieron a sus casas en coche. La mayoría de ellos conocían la ruta que debían seguir para llegar a casa, pero los agentes desplegados comprobaron sorprendidos que alguno de los vecinos no se había percatado de que La Vuelta pasaba por la ciudad.

El punto que registró una densidad de tráfico más alta estuvo situado en el paseo Arco de Ladrillo, del lado de Las Delicias, donde los vehículos que accedían a la ciudad por la avenida de Madrid fueron desviados por los agentes desplegados hacia el paseo de Farnesio y General Shelly con el fin de evitar que la bajada del viaducto se convirtiera en un embudo. Hasta cuatro agentes se encargaron de ordenar el tráfico en el cruce de los paseos Arco de Ladrillo y Farnesio y ese despliegue permitió dar cierta fluidez al tráfico, aunque hubo instantes en los que la afluencia de coches fue tal que se generaron atascos.

La calle general Shelly sufrió un incremento notable de la densidad de la circulación, e incluso hubo un momento en el que se tuvo que empezar a desviar el tráfico que llegaba desde Laguna de Duero hacia Juan Carlos I para evitar embotellamientos. Pero los problemas no sólo se generaron en esta zona. Parquesol también tuvo lo suyo. La cuesta de la calle Manuel Jiménez-Alfaro tuvo circulación lenta en torno a las 15:40 horas y, por norma general, los conductores atendieron a las indicaciones previas que se dieron desde Policía Local, que indicaban que la manera más ágil de moverse por la ciudad era por las vías exteriores. Tan obedientes fueron los conductores que hasta la A-62 llegó a registrar un aumento notable del tráfico.

Los cortes repercutieron en algunos negocios. Por ejemplo, varios hosteleros de la zona ubicada junto a la Plaza de Toros se quejaron de que los proveedores no les sirvieron ciertos productos, tanto el lunes como el martes, por las dificultades para llegar a los locales. Además, empresas en las que el servicio a domicilio es fundamental tuvieron muchos problemas para desempeñar su labor. «Sólo tenemos un barrio para trabajar», aseguraba el encargado del Domino's Pizza de Puente Colgante, Christian Abonin, quien reconocía que La Vuelta había afectado a los pedidos de comida, ya que sólo podían repartir pizzas en Las Delicias desde su ubicación. «Menos mal que sólo es un día», apuntaba con resignación. Pese a estos problemas puntuales, el presidente de los hosteleros vallisoletanos, Jaime Fernández, apuntaba que la llegada de La Vuelta a la ciudad ha repercutido de forma positiva en el sector. «Cualquier actividad que se haga en la ciudad es buena para la hostelería. Además, esto es un escaparate muy importante», aseguraba.

Está claro. A algunos negocios (pocos) les ha repercutido negativamente la llegada de La Vuelta, pero para otros ha sido todo un empujón. Por ejemplo, la gerente de la Asociación de Hoteles de Valladolid, Raquel González, aseguraba que «hemos tenido una ocupación de entre el 95% y el 100%. Unas 3.000 personas forman parte de la caravana de La Vuelta y esto, unido a las fiestas, nos ha hecho estar casi completos durante tres días», indicaba González.

Los numerosos agentes de la Policía Municipal desplegados ejercieron como puntos móviles de información y atendieron a infinidad de vecinos con dificultades para moverse por la ciudad. Una de esas personas fue Sofía Sánchez, que aseguraba a uno de los agentes que tenía una cita en el Hospital Río Hortega y no encontraba manera de llegar hasta allí. «Vivo en Francisco Suárez, pero no puedo circular con el coche. No hay autobuses y taxis, tampoco. Esto es un problema muy grave para los que vivimos en el centro», explicaba indignada esta mujer en una de las decenas de quejas vecinales que tuvieron que escuchar los policías durante una jornada que, pese a todo, se saldó sin grandes incidencias, tal y como indicaban desde la unidad de relaciones externas de la Policía Municipal. «En momentos puntuales, ha habido más intensidad del tráfico, pero no ha habido grandes atascos. La ciudadanía ha respondido y los que han podido, han dejado el coche en casa», aseguraban.