El Recoletas desperdicia una ocasión de oro de noquear al Bidasoa
El equipo de Pisonero ganaba de cinco goles a falta de diez minutos, pero cede un empate que mantiene la imbatibilidad de Huerta del Rey
Todo depende de cómo se quiera ver el vaso. Si sus ojos miran con el líquido elemento por encima de la raya de lo normal, ... el punto de ayer del Recoletas Atlético Valladolid ante el Bidasoa, lo verá como un pasito más de un equipo que está completando la mejor temporada de su historia en la Asobal.
Si lo ve con una perspectiva de relativa exigencia, incluso con un rasero de quien sueña con devolver al balonmano vallisoletano a lo más alto del cajón, el 25-25 ante el equipo vasco, se antoja una oportunidad desperdiciada, y eso que los irundarras aspiran a ser el primero de los mortales en la Liga. A ser subcampeones detrás del FC Barcelona, con una plantilla diseñada para competir en Europa y que se las sabe todas cuando llegan los minutos calientes, y en Huerta del Rey hubo momentos ardientes entre dos equipos que se encontraban con objetivos ambiciosos antes de dar por concluida la Liga en apenas dos semanas.
Recoletas Valladolid
César Pérez; Oliveira, Karapalevski, Álvaro Martínez, D'Antino, Camino y De Toledo -siete inicial-, Pisonero, Gedo, Miguel Martínez, Pedro Martínez. Ribeiro y Pablo Herrero.
25
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25
Bidasoa
Jakub; Zabala, Gey-Emparan, Eneko, Rodrigo Salinas, Da Silvay Asier -siete inicial-, Leo Maciel; Cavero, Jevtic, Esteban Salinas, Mújica, Iribar, Gorka, Dariel y Tito Díaz.
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Árbitros: Hoz Fernández y Riloba Pereda. Expulsaron con roja directa a Dariel (min. 25). Eliminado también en los locales Lucas Ribeiro con tres exclusiones (min. 47),
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Parciales: 0-2, 3-3, 5-5, 7-7, 10-9 y 14-11 (descanso), 16-14, 17-16, 19-18, 23-19, 24-23 y 25-25.
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Partido de la Liga Plenitude o Asobal disputado en el Polideportivo Huerta del Rey, disputado ante 1.500 espectadores. Antes del inicio del encuentro, se realizó un homenaje a Enrique López Ramírez, fallecido el pasado 19 de abril, estrecho colaborador del club desde su fundación y padre del directivo de la entidad Enrique López Antero.
El Recoletas apuraba sus opciones de ser cuarto, y aspirar –quién sabe– a plaza para jugar competición continental la próxima temporada. El Bidasoa saltaba a la pista más complicada de la Liga, a sabiendas de que no perder le colocaba en una situación privilegiada para ser segundo y depender de sí mismo.
Así, no es de extrañar que los primeros minutos y con el tembleque generalizado en los locales, los vascos secasen los precipitados ataques de los de Pisonero. Cinco minutos y el marcador era de 0-2, con la defensa vasca convertida en un muro que sacaba manos de debajo de las piedras, y con la pareja arbitral aún ajustándose el silbato.
A ese fuerte inicio y a esa convicción se sumó el inicio estela del guardameta del Bidasoa, Jakub Skrzyniarz, que con tres paradas seguidas manteía el cero en el casillero de los locales. Tuvo que ser De Toledo, ese gladiador poco ortodoxo, erigido en estrella de la Liga en la histórica victoria ante el FC Barcelona, el que cambiara la dinámica, con uno de esos goles poco estilosos, de brega ante una defensa impenetrable, para estrenar el marcador. Hizo también el segundo ante las quejas de Matheus da Silva, que vio su primera exclusión y recordó lo vivido el pasado año también en Huerta del Rey.
Empató a tres el equipo pucelano con un tanto de Álvaro Martínez y ya con Alejandro Pisonero a los mandos, que cambió el signo del partido en ataque. También ayudó a cambiar el signo del encuentro César Pérez en la portería, con diez paradas que dejaron lo de Jakub en una mera anécdota inicial.
El 'capi' cerró la portería y la visión de Pisonero le dio las primeras ventajas al Recoletas (7-6, min 19, tras un penalti transformado por D'Antino. Precisamente, el acierto del italiano desde la línea de siete metros también fue clave, porque ante una defensa tan agresiva, el penalti se convertía en gol para los vallisoletanos siempre.
Con los colegiados ya decididos a pitar, una acción feísima de Dariel García sobre Pisonero, terminó con el extremo cubano con una roja directa que se convirtió en cuatro minutos en inferioridad para los vascos y un jugador menos en la rotación. Aprovechó esta circunstancia el Recoletas, y se fue al descanso conun 14-11, que incluso pudo ser mayor.
La circunstancias eran similares a las del día del Ademar. Todo a favor para los pucelanos, pero el Bidasoa se rehizo. Anotó sus dos primeros ataques, y metió presión a los locales. La aguantaron hasta casi el minuto 45, hasta que Ribeiro vivió su tercera exclusión y la rotación quedó coja en una defensa en la que Gedo se ha convertido en capitán general. El egipcio es una de las grandes claves de este Recoletas, y seguro que Juan Carlos Pastor toma nota para su proyecto en la selección de los faraones.
Vio dos exclusiones seguidas también De Toledo, sustituyendo ahí en defensa a Ribeiro, y el Bidasoa siguió a lo suyo, pese a que en ataque el Recoletas acertaba con la meta vasca. Logró la máxima, 24-19, min. 59, y entonces se hizo de noche en Huerta del Rey. Diez minutos en los que no apareció nadie o casi nadie. El tanteo local se clavó en el 24, y el Bidasoa que sí, se las sabe todas, con Rodrigo Salinas o Asier Nieto, fue recortando y recortando hasta darle la vuelta al marcador (24-25, min. 29).
Parecía que la imbatibilidad del polideportivo se esfumaría, precisamente ante uno de esos equipos que logró ganar en la pista pucelana la pasada temporada. Pero con cuarenta segundos por jugarse, el Recoletas logró que el balón llegase al extremo, a Dime Dimitrioski. Se elevó el macedonio, sin ángulo, para meter un balón de esos imposibles y dejar esa sensación de aprendizaje doloroso.
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