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Roberto Péres penetra en la defensa gallega. G. Villamil
Balonmano

Huerta del Rey recupera la sonrisa

El equipo de Pisonero mostró garra, ambición y acierto para volver a ganar en su feudo con autoridad ante el Frigoríficos del Morrazo Cangas

Sábado, 23 de febrero 2019, 23:58

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Llegó por fin la ansiada victoria convincente en Huerta del Rey. Y los propios jugadores lo celebraron tras el pitido final como si se tratara casi de un título. No era para menos. Desde el pasado 6 de octubre, cuando el Recoletas se impuso 32-20 al Benidorm, la afición vallisoletano solo había sufrido con el juego de su equipo. Ni siquiera los triunfos, ajustadísimos, ante Puente Genil y Alcobendas, había mitigado las dudas de un equipo que solo mostraba su potencial lejos de su coliseo.

Recoletas Atlético

(14+14) Calle (17 paradas y 1 gol), Adrián (9, 8 de penalti), Rubén Río (3), Abel, Miguel Camino (1), Manu García (1), Víctor (2) –siete inicial–, César,Turrado, Dani Pérez (3), Roberto (5), Nico, Diego y Mouriño (3).

28

-

20

Cangas

(11+9) Javi Díaz (13 paradas), Vujovic, Cancio, Gavidia, Cerqueira (2), Menduiña (4, 2 de penalti), Muratovic (2) –siete inicial–, Javi Fernández, Chapela, Mitic (2), Iglesias (3), Aranda (4), Soliño (1), Simes (2, 1 de penalti).

  • Parciales cada cinco minutos: 3-2, 5-4, 6-5, 9-5, 11-8, 14-11; 15-12, 17-14, 18-16, 21-16, 24-19 y 28-20.

  • Árbitros: Jordi Ausás y Miquel Florenza (Federación catalana). Excluyeron a Adrián (min.8), Abel (m.26) y Roberto (min.38), del Recoletas Valladolid, y a Simes (min.23), Muratovic (min.28), Gavidia (min.37 y 54), Cerqueira (min.56), del Cangas.

  • Incidencias: Encuentro disputado en el Polideportivo Huerta del Rey ante unos 2.500 espectadores, con un centenar de aficionados gallegos en las gradas. El club rindió homenaje a los canteranos que participaron en el Campeonato de España de Selecciones Autonómicas, incluidos los cuatro cadetes que se proclamaron campeones en su categoría.

Por eso mismo, el partido ante el Cangas se presenta como crucial en las aspiraciones de los de Pisonero. Era una excelente oportunidad de demostrar que el Recoletas tiene plantilla y juego suficientes para no tener que deambular por la parte baja de la clasificación. Y sobre el parqué de Huerta del Rey el equipo volvió por sus fueros, con sus luces y sus sombras, pero con la intensidad, la ambición y la decisión necesarias para someter al rival. En ningún momento del partido perdió el mando en el electrónico, jugó siempre con el marcador a favor, con ventajas de tres o cuatro goles y además tuvo arrestos para, en un momento crítico en el ecuador de la segunda mitad, superar la crisis con aplomo y ciertamente con un Carlos Calle espectacular bajo los palos. Fueron los únicos minutos de debilidad, de falta de acierto, que dieron paso a un Recoletas arrollador que pudo disfrutar de un final de partido plácido. La grada volvió de nuevo a conectar con la garra, la ambición, la intensidad y las ganas de agradar que mostró el Recoletas sobre la cancha.

Y eso que el partido se ganó en la defensa. Los de Pisonero han mejorado en este aspecto y eso que aún no han mecanizado suficientemente los cambios tácticos que su técnico intenta inculcar para crear dudas el rival. Planteó un 6-0 de inicio que Muratovic se encargó de superar ofreciendo todo un recital de pases y asistencias para que su equipo no perdiese contacto en el marcador. La ausencia del montenegrino y los ajustes defensivos propiciaron las primeras ventajas sustanciales para el Recoletas (9-5, min. 20), que no fueron a más por la precipitación. Y es que eran tantas las ganas de romper cuanto antes el choque y la superioridad que los de Pisonero demostraban en su juego que se desperdiciaron varias opciones de ataque con lanzamientos fallidos a portería vacía, así como varios contragolpes que neutralizó el veterano e incombustible Javi Díaz y un par de superioridades mal finalizadas.

Con todo, el Recoletas se mostró muy superior en esta primera mitad, y eso que mantuvo completamente inédito a Abel Serdio, que se marchó del partido sin marcar y prácticamente con un único disparo que repelió el omnipresente Díaz. Las cómodas ventajas de tres y cuatro goles permitieron a los locales dejar aparcados los nervios y marcharse al descanso con un 14-11 que se antojaba escaso.

Tras la vuelta del vestuario, el Cangas cerró aún más su defensa y encontró en David Iglesias el brazo que necesitaba en ataque. Por su parte, los de Pisonero esperaban la oportunidad de romper definitivamente el choque y quizás por ello mismo desperdiciaron nuevamente una superioridad. Javi Díaz y los palos permitieron a los gallegos soñar con una posible remontada, colocándose con balón para ponerse a tan solo un gol de diferencia y llevar los nervios a la parroquia loca, pero ahí apareció Carlos Calle par desbaratar con paradas de todos los colores cualquier atisbo de reacción del Cangas.

Además, con el 18-16 en el ecuador de la segunda mitad, Pisonero paró el partido y dio más profundidad a su defensa, con un Turrado flotante en el 5-1 y ayudando a Nico atrás cuando era necesario, dificultando el lanzamiento de los laterales y cualquier comunicación con el pivote Cerqueira. El atasco del Cangas fue evidente y Magis Serra tuvo que volver a echar mano de Muratovic para poner un poco de orden en el ataque, pero ya era demasiado tarde (20-16, min. 48). Además, un par de balones robados y los contragolpes de Camino y Dani Pérez volvieron a entusiasmar a una grada, a la vez que Calle seguía con su particular recital.

Yen estos últimos minutos se sumó Gastón Mouriño , muy activo tanto en defensa como en ataque para aumentar la ventaja y acabar con cualquier atisbo de remontada. El partido estaba sentenciado y la grada lo agradeció. Cuatro meses después, por fin una victoria contundente en Huerta del Rey. Este ese el camino

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