El Aula le pega un buen bocado a la eliminatoria en su debut europeo ante el Guardés

El Aula Alimentos de Valladolid le dio un buen bocado a los cuartos de final de la Challenge Cup en su bautismo europeo y viajará hasta La Guarda el próximo domingo con cuatro goles de renta y un golpe anímico aún más cuantioso después de un partido en el que por momentos rozó la perfección para superar todos los muros que le presentaba el primer asalto de la eliminatoria.

El equipo de Miguel Ángel Peñas, que partía como víctima propiciatoria después de caer vapuleado en liga ante el mismo rival hace apenas diez días (29-21), no solo derribó el favoritismo inicial del Guardés sino que dio la vuelta a su teórica superioridad como un calcetín bajando al barro cuando fue necesario y sacando lo mejor de su repertorio cuando el partido se puso de cara. Porque se jugaron dos partidos en uno en Huerta del Rey, y en los dos fue mejor el Aula.

La eliminatoria arrancó como una partida de ajedrez, con dos equipos que se conocen sobradamente más pendientes de minimizar errores que de explotar sus virtudes. El Guardés, consciente de que sus opciones pasaban por poner freno a la velocidad de su rival. Por jugar el mayor tiempo posible en estático para imponer su físico y una primera línea potente a ambos lados de la cancha. El Aula, mientras tanto, sabedor de que su realidad pasa por ajustar al milímetro su defensa 6-0 para tener opciones de correr y descoser así las defensas rivales.

Esa era la teoría. Llevarlo a la práctica costó algo más. Concretamente treinta minutos. Una primera parte en la que las chicas de Miguel Ángel Peñas supieron sufrir para mantenerse en un partido incómodo, sin apenas revoluciones ni margen para el contraataque. Tocaba desenvolverse en la pizarra y en ella el técnico local supo también jugar sus bazas buscando en las rotaciones la mejor fórmula para contrarrestar las bazas del conjunto gallego. Un estilo metódico, sin fisuras atrás y escasas alegrías en ataque que durante muchos minutos mandó en el campo. Eso sí, sin alegrías tampoco en el marcador. 4-6, su máxima renta en un primer tiempo en el que el intercambio de golpes fue una constante.

No fue una primera parte desaprovechada para el Aula, que con el paso de los minutos fue ajustando pequeños detalles en el centro de la defensa que le costaron goles. Por el camino se libró también una labor de desgaste que poco a poco fue minando al Guardés. Se llegó al descanso con una renta mínima (11-10) y la sensación de que el Aula había logrado capear el temporal y sentar las bases de lo que estaba por venir.

Y lo que estaba por venir iba a ser el mejor bocado posible en su bautismo europeo. El conjunto vallisoletano cambió de marcha y metió el partido en la batidora para subirlo de revoluciones y asestar, así, el primer hachazo a la eliminatoria. En un abrir y cerrar de ojos un parcial de 3-0 llevó al marcador la que iba a ser máxima diferencia de todo el partido (14-10, minuto 33) y dejó tocado a un Guardés que no solo perdió el control y el ritmo sino que ya no dejaría de ir a remolque en toda la segunda parte. Con el partido donde quería, la inercia hizo el resto.

A la carrera, el Aula se encontró como pez en el agua y todas sus piezas salieron a flote para sumar. Iara Grosso se mostró más entonada, María Niño y Sara Molés aparecieron para hacer daño desde el extremo, Bolling asumió galones, Elba le metió dos chispazos en momentos clave,... Y Lulú dio el salto que se requería para mantener a raya al Guardés. Lulú Guerra creció con el paso de los minutos y justo cuando más lo necesitaba el partido, coincidiendo con la expulsión de Yunis Camejo por tres exclusiones (23-19, minuto 50), dio su mejor versión en la portería. El penalti que detuvo con 25-22 en el marcador a 1:33 del final bien puede dar la eliminatoria a un Aula que aún dispuso de un balón para aumentar su renta con seis segundos por jugarse.