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El jugador del Viveros Herol Nava, Alberto García, reclama una acción durante el partido jugado ayer ante el Cisne BM en presencia de Isma Juárez.
Balonmano

Batacazo a manos del Cisne

El Viveros Herol sucumbe a domicilio ante el colista en un partido en el que nunca se encontró cómodo

jorge gómez

Sábado, 12 de diciembre 2015, 22:13

El Viveros Herol Nava cayó derrotado en Pontevedra ante un Cisne que, aunque llegaba colista al choque, mostró mayor garra. Los hombres de Álvaro Senovilla fueron inferiores en todo momento al cuadro gallego, un rival directo por la permanencia. No estuvieron bien en defensa ante un conjunto con problemas en la anotación y en ataque, tan solo funcionaron en momentos puntuales. Así, el conjunto navero sumó su cuarta derrota en los últimos cinco partidos y ve cómo su rival de ayer le empata en la clasificación con seis puntos.

Comenzó bien el conjunto segoviano. Los visitantes salieron con la intención de hacer daño a la tocada moral del colista. Sabían que si imponían un ritmo alto y mandaban en el marcador, a su rival le podrían los nervios. Pareció ser así en el inicio, con el cuadro de Nava de la Asunción mandando. Pero a los diez minutos, el Cisne le cogió el truco al partido. El Viveros Herol no encontraba las vías para hacer daño a un rival aún más necesitado del triunfo que el cuadro segoviano. Los hombres de Edín Covelo apretaban los dientes atrás y se iban a en el marcador. Era el ecuador de la primera parte y Álvaro Senovilla se vio obligado a pedir tiempo muerto. Entonces, el Nava pareció reaccionar. Con dos goles consecutivos, la ventaja del equipo local ya era mínima. Fue un espejismo, porque el equipo local volvió a encontrar huecos para hacer daño en el pivote y desde el extremo izquierdo. Los visitantes solo podían incidir con lanzamientos de fuera. Y no todos entraban, por lo que el marcador volvió a aumentar a falta de cinco minutos para el final (14-11).

Quedaba la opción de un último arreón si el conjunto segoviano no quería tener que remar demasiado en el segundo tiempo. Y Senovilla lo intentó jugando con siete en un par de acciones de ataque. Ramón Gil en lugar del meta David Delgado. Solo una de ellas resultó. El Nava no tenía ideas y las amenazas de pasivo eran constantes. Guille Campillo recortó a tres la distancia en el último ataque visitante. Era un mal menor. Pero las cosas no salían y con tan solo ocho segundos en el crono, el Cisne encontró a Pablo Domínguez en posición franca. Otro error de concentración dejaba el 17-13 al descanso.

El paso por los vestuarios solo podía servir de revitalizante al Viveros Herol. Pero no fue así. El conjunto pontevedrés salió todavía más metido en el encuentro y gracias a una enorme defensa, culminada por un Galán que se cruzó dos veces en el camino de Darío Ajo, endosó a su rival un parcial de 3-0. El Nava estaba tocado. Le podía la precipitación y eso permitía al equipo de Pontevedra machacar a la contra. La ventaja era de seis y Senovilla buscó la enésima reacción con otro nuevo tiempo muerto, pero sería de manera infructuosa.

El propio Darío Ajo e Isma Juárez trataban de tirar de los suyos en su papel de máximos anotadores del equipo. Pablo Galán estaba gigante. El Cisne defendía con colmillo y cuando la circulación del equipo ayer de negro era buena, el portero se erigía como salvador. La distancia en el marcador era cada vez más grande sin remedio para solucionar el desaguisado.

La escuadra gallega barría a su rival. En ataque estático encontraba puerta. Y cada buena defensa era una contra que acababa en gol. Los palos tampoco ayudaban y a falta de poco más de diez minutos, la renta para los locales era de once (30-19). Parecía misión imposible. No había quien lo remediase.

Guille Campillo volvió a ser el que más quiso con tres goles consecutivos, mejorados por varios ataques fallidos de los locales. Aun así, la distancia en el marcador era un abismo. El cuadro navero cayó en la precipitación fruto de las prisas y el equipo local volvió a recuperar la renta. No había nada que hacer.

El Cisne, mucho más metido, se iba a llevar una amplia victoria. La necesidad de los locales, que no ganaban desde la primera jornada, pudo más que la del Nava. Así, el cuadro segoviano enlazó su quinto partido consecutivo sin ganar y sigue en descenso. La próxima cita, ante otro rival de Pontevedra, será el próximo miércoles en tierras segovianas. El Cangas será el rival de una Copa del Rey que puede servir como estímulo para cambiar la tendencia negativa.

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