El UEMC se resarce de su floja pretemporada en el último suspiro

Con esta segunda victoria en siete amistosos, la primera y la última de la serie, el equipo de Paco García no despeja ninguna de las dudas generadas en septiembre y deja para octubre, ya en competición oficial, las primeras notas del curso. Lo del próximo viernes (20:45 horas en El Plantío ante Tizona) serán ya palabras mayores.

Le está costando a Paco García encontrar un quinteto sólido atrás que resuelva todas las dudas que tiene el UEMC en esta pretemporada. La salida a pista volvió a dejar la cara B de un equipo por momentos extraordinariamente blando atrás y adelante, capaz de desesperar al más neófito de los aficionados. El parcial de 9-16 con el americano Alex Barcello campando a sus anchas -de nuevo un exterior sobre la alfombra roja- presagiaba en Cigales la tormenta de Zaratán o Boecillo.

No necesitaba Guipúzcoa Basket complicarse la vida para llevar las riendas del partido. El conjunto de Mikel Odriozola (con protagonismo para su ayudante Iria Uxía, exOurense, en algún tiempo muerto), con poco recorrido en esta preparación (solo tres amistosos hasta la fecha), despliega un baloncesto fácil, con los roles bien definidos, mucha rotación y con un buen número de puntos asegurados al contraataque.

Con Barcello a los mandos (un clon de Jaworski que al descanso sumaba 13 puntos en tan solo diez minutos en cancha) y Aurrecoechea perfecto en el trabajo sucio, los donostiarras no tardaron en abrir brecha y dejar a su rival atrás a la carrera y sacando provecho de segundas opciones de tiro. Con un juego interior aparentemente escaso, alcanzó los vestuarios con 24 puntos en la 'pintura' y una máxima renta que llegó a ser de 14 puntos en el segundo acto (27-41, minuto 19).

No reaccionaba el Real Valladolid Baloncesto, que tampoco mejoraba prestaciones de días anteriores, un listón en teoría al alcance que cada día se le hace más pesado. Tampoco en Cigales se vio un paso adelante, con una disposición sobre el campo idéntica a la de fechas pasadas y una primera parte que también se le hizo bola.

No era difícil endurecer el partido, y el inicio del tercer cuarto rescató un punto más de intensidad con Belemene a toda pista sobre Barcello, Mike Torres al base, Kovacevic como escolta y Jaime y Nwogbo por dentro (46-51, minuto 26). Pese a que Barcello siguió a lo suyo, el UEMC era otro bien distinto. Solo el movimiento de Belemene le activó atrás lo suficiente como para crear dudas en su rival y comerle la ventaja en un suspiro (56-54, minuto 29). Un parcial de 14-6 volteó la tendencia, ahora ya en un ritmo más reconocible en el UEMC.

Con los dos equipos al límite de lo físico, el partido se empezó a decantar desde el perímetro y se terminó por decidir en los segundos tiros que regaló el equipo de Paco García cada vez que se asomaba al marcador. Un triple desde ocho metros de Kovacevic abrió la puerta a romper la racha (74-76, a 80 segundos), y una falta sobre triple -falló un libre el esloveno- envió el partido a la prórroga (76-76).

En el tiempo extra ya era cuestión de detalles... y el uno contra uno de Mike Torres rescató al UEMC in extremis. Con 3 segundos para un tiro, Josip Vrankic erró su lanzamiento.