Huevos rellenos con un toque de manzana

Los huevos rellenos siempre son una buena elección. Su elaboración es fácil y el resultado apetecible y nutritivo. Una alternativa ideal para las cenas o el aperitivo y que triunfa en la casa de la familia Velasco. En esta ocasión, es la pequeña de la casa, Lola, de cuatro años, quien se atreve a debutar en la cocina con su primera receta en solitario. Tiene dos hermanos más mayores, Inés de 12 años y Sito de 11, que en esta ocasión le han dejado todo el protagonismo para que la benjamina se desenvuelva sola entre los fogones, bajo la supervisión de su madre, Loreto Velázquez que dirige la elaboración y toma las riendas cuando es necesario.

«Hoy voy a preparar la cena, huevos rellenos, con un ingrediente secreto», explica Lola, que ya tiene sobre la mesa todo lo necesario para comenzar a hacer su primera incursión en la cocina. Huevos, tomate frito, atún, mahonesa y aceitunas partidas en pequeños trozos. El primer paso es cocer los huevos. La pequeña, sobre una silla, observa el cazo lleno de agua colocado en la cocina, a la espera de la ebullición. «Ahora hay que añadir una pizca de sal y una cucharada sopera de vinagre para que, si algún huevo se rompe dentro del agua, la clara se cuaje rápidamente y no se desparrame», indica la madre a la pequeña, que acto seguido cumple el reto. Imprescindible que los huevos queden totalmente cubiertos y mantener el fuego a temperatura media-alta para que hierva.

Alcanzado ese momento, Lola introduce los huevos uno a uno en el agua. «A esperar diez minutos», advierte la pequeña con ganas de que el tiempo pase rápido. Terminada la espera, es hora de dejar los huevos cocidos en un bol con agua fría y espera otros cinco minutos.

«¿Ahora qué toca?», pregunta con ganas de seguir adelante. Guiada por su progenitora, es hora de pelar los huevos, partirlos por la mitad, sacar la yema y hacer el relleno. Lo primero es escurrir las latas de atún, desmenuzarlo en un bol con un tenedor, unir la yema y añadir un poco de tomate. «Tengo un ingrediente secreto, un toque especial, la manzana», desvela Lola con una amplia sonrisa en la boca. «Pongo a casi todo fruta, da un toque distinto a los platos y los niños lo comen bien. Están muy ricos», explica Loreto, quien da esa vertiente singular a la receta.

A partir de ahí, llegan los últimos remates. Una vez estén rellenos los huevos con la salsa se pone la manzana partida y, se concluye, con la mahonesa y las aceitunas de cobertura. «Ya está listo, y me han quedado muy bien», exclama la niña, mientras posa orgullosa para inmortalizar este momento. Seguro que ha acertado con la elección de la cena y sus hermanos se lo agradecerán.