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Unas de las actuaciones de TAC celebrada este sábado a cardo de Hanna Moisala.

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Unas de las actuaciones de TAC celebrada este sábado a cardo de Hanna Moisala. RODRIGO JIMÉNEZ

Una jornada de TAC llena de equilibrismos

A medio caballo entre el frío y el calor, Valladolid acoge un teatro de calle con circo, actuaciones de denuncia impactantes y mucho humor

Samuel Regueira

Valladolid

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Sábado, 25 de mayo 2019, 16:20

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De equilibrios precisamente ha ido la mañana del sábado en plena XX edición del Festival Internacional de Teatro y Artes de Calle en lo que a clima se refiere: no había espacio en el que el público no protestara por el tiempo meteorológico, rebequita arriba rebequita abajo, tiempo que andaba sobre cuerda floja entre la gélida brisa menos confortable y el tórrido sol más achicharrante, que no permitía ni la manga larga ni la sandalia. Pero no todo son malas noticias: el día también permitió al público, en su mayor parte, reencontrarse con un buen puñado de números artísticos y acrobáticos en el caso de que se lo hubieran perdido durante los días previos, durante las franjas horarias laborales.

Así, pudieron volver a verse los números ejecutados por la intérprete visual francesa Claire Ducreux, la atrevida performance de denuncia de la brasileña Priscila Rezende. o el sembrador del caos lituano Adrian Schvarzstein, además de las circenses piruetas de los holandeses Flying Dutchmen o Tom y Ayala y los potentes artistas canadienses Bam Percussion, estos tres últimos en una Plaza Mayor a rebosar desde sus gradas hasta sus colas de entrada y en torno a las verjas de protección.

La participación española resultó, además, mayoritaria, tanto en las reposiciones de las bailarinas Julia Sanz y Milagros Galiano o en el bis que el coro lírico Calderón ejecutó en el Mercado del Val, como en las novedades en el LAVA (con la ya esperada presencia de La Nave y sus performances multidisciplinares), y en Portugalete, la Rinconada y Mantería.

Los artistas circenses La Testa Maestra, de la sección Off, habían estrenado ya en este TAC hace dos días su número 'Hijos de fruta'. Dirigidos por Iris Muñoz, el tándem hispano-colombiano compuesto por Miguel Ángel Barreto y Noemí Burgos Ruiz rivaliza y se ayuda mutuamente en complicados números de equilibrismo y circo, con el sano alimento como telón de fondo desde la plaza de Portugalete.

En otro orden de cosas, la poderosa 'performance' de Nieves Correa 'Till Doomsday' sobrecogió a la plaza de la Rinconada, obviando a 'graciosos' impertinentes, con una impactante actuación que repite, año tras año, con la variación que supone el añadir 365 días a un número con respecto al previo: los pintalabios que pega en horizontal y se clavan en su cuerpo al término del 'show' representan, como pocos símbolos, una de las metáforas más contundentes sobre la violencia ejercida en el cuerpo de la mujer.

Pero sin duda el gato al agua se lo llevó Zanguango Teatro en Platerías por su 'Al otro lado', obra que se integra en el ciclo especial del TAC en colaboración con el Gobierno Vasco y que supone el segundo número de esta compañía en la vigésima edición, junto a la reposición del pasado viernes de 'Flux', premio al espectáculo más original e innovador en el Festival hace tres años.

En esta ocasión, Txubio Fernández y Miguel Garcés desplazan un telón móvil y juegan con el público y ese 'otro lado' de la escena, sea el final de Platerías, una puerta, una pared o el tráfico de Macías Picavea. Nada importa salvo aquel lugar en el que los actores eligen dónde se supone que se representa el arte mismo, para deleite de unos espectadores que encontraron dificultades para moverse, dado su marabúntico volumen y las dimensiones estrechas de la calle.

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