Manuel Morón: «Hay muchas series pero de poco fondo, solo se busca enganchar»

«Aún pesa la imagen de la película 'Eva al desnudo', donde había un director, un crítico y otros personajes. En esta encarno al periodista que además soy casi amigo de ella. Él le pide una entrevista y ella le da largas», explica el actor gaditano. «Es un mundo de verdades no contadas en el que permanece oculta la admiración y la necesidad. Quizá sería más sencillo decir yo necesito esto que me puedes dar tú y viceversa. En cambio cada uno se mantiene en su parcela de poder, queriendo estar por encima del otro».

Tanto la obra como la película de Mankiewicz «ponen el énfasis en la decadencia femenina, la actriz madura frente a la joven. Es una cuestión, la del declive reseñado en la mujer, que arranca desde la educación y que la damos por hecho sobre todo en España, en otros países no es esa la mirada más común. La obra quiere sacar eso a la luz».

Reconoce que lo pasa bien en el papel de periodista, «es una ficción irónica en este caso. Aunque los personajes no te gusten, encarnas su sufrimiento. Si no hay conflicto, no hay drama y no hay teatro». Mirar desde dentro lo que se dice desde fuera de su trabajo también le ha enfrentado a la multiplicidad de voces. «Ahora con las redes cualquiera hace una crítica más que nada sentimental. También el actor se enfrenta a la tecnología, hoy cualquiera mira a cámara y parece sincero y natural. Cualquier bloguero sin criterio artístico, sin analizar la trama, los personajes o la trayectoria, sin conocimiento, emite una respuesta emocional, un 'me gusta' o no, 'bien' o 'mal', así de simple. Cuando esa respuesta infantil la da alguien con poder, se trastoca todo».

Desde 'El Bola' (2000) ha encadenado una película tras otra, sin embargo sigue sintiendo que «el teatro es mi hábitat, es donde tienes la responsabilidad, la llave de al función es tuya». Manuel Morón apunta que «en el cine dependes del enfoque, del tiro de cámara, del montaje, y ahora más. Me costó encontrarme cómodo, tardé siete años hasta que hallé el espacio de libertad que necesito. Es un medio en el que se interrumpe todo el rato y, más allá del resultado o del éxito de la película, nunca me acaba de satisfacer. El teatro me resulta más gratificante y creativo. Con el tiempo he logrado un ritmo que me satisface en el cine».

En ese camino le ayudaron sus compañeros, por ejemplo los de 'Smoking Room'. «Aquella fue la excepción, junto con 'Celda 211'. Los directores trabajaron mucho con nosotros antes de rodar. Si estábamos de gira teatral, se acercaban al lugar para hacer una sesión de trabajo, eso ayuda a tener un espacio en común».

Sostiene que debe lo que es al Estudio Corazza para el Actor y sigue trabajando de coach con algunos compañeros que hablan de «entrenar». «Forma parte de cualquier profesión, es necesario actualizarse. La vida del actor cambia, no puede hacer los mismos papeles a los 30 que a los 50 años. Eres como un atleta en constante entrenamiento para seguir abriendo espacio en tu mente para conocer el comportamiento de personajes que, la mayor parte de las veces, nada tienen que ver contigo. Como no espabiles, te dan siempre el mismo papel».

También ha trabajado en la serie 'Patria'. «El negocio todo lo arrasa, han venido las plataformas y nos han comprado. Es como un gran supermercado. Tiene la parte buena a favor de más trabajo, técnicamente son de bastante calidad, pero de poco fondo. Todo se hace rápido, no hay trama solo se busca enganchar al siguiente capítulo. Son productos que no dejan huella. Eso empobrece el espíritu, la cultura y el arte. Los actores tenemos menos problemas para pagar el alquiler pero con el peaje de la calidad».

lu eva contra eva

Teatro Calderón. Días 25, 26 y 27. 19:30h.