'Rif', el desastre de Annual a ritmo de café cantante que llega hoy al LAVA
La obra de Micomicón recrea críticamente un episodio en el que Francisco Franco y otros mandos ganaron su prestigio militar
¿Cómo contar una guerra devastadora como la que dio pie al desastre de Annual, con sus antecedentes y consecuencias, en el limitado espacio de la escena de un teatro? La fórmula elegida por Micomicón en 'RIF (De piojos y gas mostaza)' es la del café cantante. Tres soldados se reúnen en este entorno singular y a partir de sus recuerdos y las canciones se recrean y reviven los dramáticos sucesos de la guerra de Marruecos. 'RIF' se representa hoy en el LAVA a las 20:30 horas.
A primera vista podría parecer que la obra encontró su motivación en el centenario del desastre de Annual, el año pasado, pero Mariano Llorente, coautor del libreto con Laila Ripoll, y uno de los actores de la obra, aclara que no. «Llevamos desde 2015 dándoles vueltas a la guerra del Rif. Nos parece que es un acontecimiento que explica mucho de lo que ocurrió después. Provoca la dictadura de Primo de Rivera, la caída de Alfonso XIII, la llegada de la Segunda República e influye también en el golpe del 18 de julio y la llegada de la dictadura».
Es en esta guerra en la que Franco adquiere su prestigio militar y en la que curte en combate, pero también participan en ella otros militares decisivos luego para el golpe contra la República, como Sanjurjo o Millán Astray. «Esos militares se curtieron allí y representan una cultura africanista que luego se impone a España durante 40 años», según Mariano Esteban.
La clave para entender esa conexión de largo alcance es que, tras el desastre de Annual, en el que 12.000 españoles fueron masacrados por los rifeños, comandados por Abd el-Krim, el Ejército español se tomó el desquite con nuevas campañas de gran violentas y en las que se llegó a utilizar el gas mostaza al que alude el título de la obra. Fue en los combates de conquista previos a Annual y en los de después en los que militares como Franco cimentaron su prestigio e incluso su leyenda.
«Algo como esto no puede volver a ocurrir», asegura Llorente, quien no encuentra «ningún elemento positivo» en estos sucesos.