El zoo humano que palpita tras la fachada amable

Isabel Coixet estuvo acompañada por el productor, Agustín Almodóvar (El Deseo), y tres de los actores. El otro protagonista, Timothy Spall, envió un vídeo. «Benidorm es el parque temático de mis obsesiones y uno en sí mismo en el que hay acróbatas vaginales, hombres perdidos, viajeros del Imserso con ganas de pasarlo bien, un zoo humano en el que transcurre esta historia de amor», explicó la directora que eligió esta ciudad tras conocerla en un viaje para hacer un documental medioambiental que finalmente no pudo ser.

«Un día en un bar a mediodía vi el número de las perlas que lo hacía una mujer mayor ayudada por su hija sin que el público prestara mucha atención. Luego la vi salir a las dos, vestidas con una maletita hacia otro club para hacer lo mismo. Había leído en los diarios de Sylvia Plath sobre su estancia en España, casi dos meses, de los cuales el mayor tiempo lo pasó en Benidorm y la vida cotidiana de esta ciudad, se me juntó todo en la cabeza», y de esa mezcla surgió el guion que dio a conocer a Esther García y los hermanos Almodóvar hace casi tres años.

«Nos gustó, tenía ese romanticismo espacial, esa melancolía envolvente de los guiones de Isabel. Ya habíamos producido dos películas suya en las que nos llevó a Vancouver y al Mar de Norte, esta en el Mediterráneo cierra una trilogía. Por otra parte, es una directora que rueda muy rápido y es muy fácil trabajar con ella», explicó Agustín Almodóvar. Hubo un aplauso a la ausente Esther García, la segoviana no pudo estar por una muerte cercana.

Sarita Choudhury, la «mujer más guapa que he conocido y la más solitaria», según le dice Spall (en su papel de Peter Riordan), es el misterio, la femme fatale que ha vivido todo frente a un Peter casi virgen en su madurez. «Desde que rodé con Isabel 'Aprendiendo a conducir', suelo venir una semana de vacaciones cada año a España. Cuando me lo ofreció tardé poco en decidirme. Pero tampoco hablamos mucho sobre el papel, fueron más bien órdenes concretas y entendimiento implícito», afirmó esta actriz de belleza racial que se come cada plano en el que aparece.

Por su parte, Pedro Casablanc, el secundario que encarna al carnicero, se lanza a un monólogo en inglés que lo ha disfrutado. «Actuar en otro idioma que no es el tuyo tiene la ventaja de que es una segunda máscara pero te obliga a trabajar mucho el texto, es un diálogo largo. Mi personaje es como la metáfora de Benidorm, una fachada agradable, un tipo amable, pero no sabemos lo que hay por detrás». Edgar Vittorino, el portero de la Torre Lúgano, donde vive el protagonista, también repite con Coixet tras su papel en un capítulo de 'Foodie Love'.

Coixet agradeció la confianza y valentía de la productora por estrenar en estas circunstancias. «Es heroico. Por otra parte, nuestras autoridades toman las decisiones necesarias para preservar la salud pero creo que se olvida la salud mental, tan importante para mantener el sistema inmunitario alerta como la salud física. Necesitamos salir y volver a las salas. Cero que esto es un acto de militancia cultural gustosa. Que la gente se levante del sofá y vaya al cine».