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Un salón de recepciones del Ayuntamiento de Valladolid repleto de público ha acogido la presentación del libro 'Retrato de Ortega y Rubio', de Javier Burrieza, ... en el que traza la biografía de «un investigador de referencia para el conocimiento de la ciudad, que puede ser definido como el primer gran catedrático de Historia, en formación y ejercicio, de la Universidad de Valladolid».
La obra sobre Juan Ortega y Rubio (1845-1921), publicada por el Ayuntamiento, ha sido presentada por la concejala de Educación y Cultura, Irene Carvajal, de Vox, y el catedrático de Historia Contemporánea de la UVa, Ricardo Martín de la Guardia, en un acto al que ha asistido entre el público Francisco Javier Ortega-Smith, portavoz en el Ayuntamiento de Madrid por Vox, también diputado en el Congreso por esta formación, y bisnieto de Ortega y Rubio, junto a otros familiares del historiador que militó en el Partido Republicano Progresista. Un dato que fue citado por Javier Burrieza en la presentación, en la que recordó la figura de Juan Ortega y Rubio como «un intelectual de pensamiento político republicano y progresista».
También recordó Javier Burrieza «un importante conflicto» que mantuvo Ortega y Rubio, de mentalidad liberal, con el entonces arzobispo de Valladolid, el dominico fray Fernando Blanco a raíz de la publicación de 'Compendio de Historia Universal' (1879). «Ortega, como sucedía con muchos intelectuales de su tiempo –desde el espíritu de la Institución Libre de Enseñanza– era un hombre profundamente espiritual que no supo encontrar en la Iglesia católica un espacio de debate y libertad. Era esa Iglesia que no supo crear un ámbito intelectual propio apartado del tradicionalismo y el carlismo. Aunque Ortega después se pudo reconciliar con su inicial fe religiosa por encima de la Iglesia y su jerarquía, gracias a que uno de sus alumnos, Prudencio Melo, fue nombrado obispo de Madrid y ejerció de director espiritual al final de su vida».
Tras la presentación, los familiares de Ortega y Rubio visitaron el Archivo Municipal, a cuyos fondos en su sede primigenia recurrió el historiador en incontables ocasiones como fuente de investigación.
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