«En las novelas hay más pedófilos que personas afiliadas a un sindicato»
Belén Gopegui presenta en Valladolid 'Existiríamos el mar', un libro que habla sobre «el poder de la convivencia» para luchar por el cambio social
Podría llamarse, tal vez, el síntoma del helicóptero que explota. ¿En qué consiste? Belén Gopegui (Madrid, 1963) lo explica en la página 29 de 'Existiríamos el mar', novela que este miércoles presentó en la Biblioteca de Valladolid y que este jueves acercará hasta Palencia. Dice la escritora:«La historia que se cuenta no coincide con las historias que suceden». Hay una grieta, una falla cada vez más insalvable entre la realidad y la ficción mayoritaria.
«Las narraciones sirven para aprender qué pasa cuando hay un conflicto, cómo se resuelve, qué ocurre cuando se solventa y cómo se vive una vez superado. Yel conflicto no tiene por qué ser un helicóptero que explota». «En los últimos años, en una novela es más fácil encontrar a un pedófilo, un necrófilo, cualquier tipo de perversión que te puedas imaginar, que a una persona afiliada a un sindicato».
Así que Gopegui consagra su literatura a esos personajes «comunes y corrientes»cuyas vidas no siempre hallan reflejo en el espejo de la ficción. En su novela, habla de personas «que luchan para que no todo sea igual, que se unen para conseguir cosas y cambiar el orden establecido». Se fija en tipos cotidianos, mujeres tan normales que han sido «expulsadas»de la novela porque, en sus vidas, no hay grandes persecuciones ni explosiones trepidantes.
«Las narraciones parece que están hechas para el redoble de tambores, pero los cambios graduales son importantes. No hay un momento concreto en el que alguien dice:'Entro en este colectivo, salgo de aquí', porque suele ser un proceso más lento y meditado. O no. Y muchas veces estas decisiones no te cambian la vida. En las técnicas de guion te explican que tiene que haber un punto de giro, un arco argumental que transforme al personaje. Pero hay gente que no puede avanzar o transformarse porque la sociedad no facilita esos cambios».
'Existiríamos el mar' cuenta la historia de cinco personas (ya han cumplido los 40) que comparten piso en Madrid. La precariedad no les permite aspirar a un apartamento propio. Pero han convertido ese piso en un espacio comunitario. «Y cada vez quedan menos lugares de este tipo, porque cada vez hay más individualismo y soledad. El capitalismo ha trabajado siempre creando soledad. Y lo consigue fomentando la competitividad. Vemos al otro no como alguien con quien construir un proyecto común, sino como un competidor. Así es como nos dividen para conseguir que las cosas queden como están. El margen que tenemos para cambiarlo es muy pequeño. Pero hay que construir espacios para que ese margen cada vez sea mayor», dijo ayer Gopegui, durante un encuentro organizado por la Fundación JesúsPereda, de CC OO.
«Hemos naturalizado tanto las historias, que ya no le hacemos preguntas. Es importante saber quién nos cuenta, por qué nos lo cuenta y qué quieren de nosotros». YGopegui, dice, quiere animar a despegar la mirada de su libro y pensar, pensarse, cuestionarse la vida propia y el momento en el que se vive. El piso –escenario principal de su novela– se convierte en una suerte de refugio común donde «no hay lugar para la agresividad entre ellos. Han comprendido que eso tienen que dirigirlo hacia quienes tienen el poder».Cinco convivientes que, en realidad, son cuatro, porque una de ellos ha decidido salir de allí, emprender la búsqueda de un mar soñado en el que las cosas suceden de otro modo distinto del vivido.
