Feria del Libro en Valladolid

Daniela Tarazona y la percepción movida de sitio

«La novela refleja una percepción del mundo alterada, movida de sitio, sujeta a la angustia y a las preguntas de qué significan las cosas», anticipó la escritora en un encuentro previo con los medios de comunicación. «En esa situación, la protagonista hace una recomposición de su propia historia mientras la atraviesa una crisis mental, y bucea en sus 'ancestras' y en cómo su transición emocional y su manera de ver el mundo tuvo que ver con su propia composición e identidad».

«Cuando la novela aborda esta tesitura, se sostienen los dos caminos cuando se pasa a través de estos momentos críticos emocionales: por un lado. la supervivencia; por otro, la renuncia o muerte», sentencia. La autora de 'Clarice Lispector: la mirada en el jardín' rubrica en esta, su tercera novela, sus posturas también en torno a la salud mental, mediante artificios que alternan las formas verbales a lo largo de su narración, y que incorpora en el libro una colección de imágenes del cerebro que representan partes de un encefalograma y revelan la dificultad eléctrica de comprenderlo en su plenitud.

«Me importaba mucho trasladar en otra de las vertientes del libro la manera en la que un diagnostico medico puede ser puesto en duda», explicó Tarazona. Pero lejos de sumarse a ciertas voces críticas con el mundo de la psiquiatría y sus abusos, nacidas de un activismo político enérgico y consolidadas y difundidas a partir de plataformas de colectivos con problemas de salud mental, este enfoque aún ausente en la literatura mayoritaria sobre salud mental, la obra parte más «de qué es real y qué no lo es», si bien considera otras reflexiones como que «la salud mental es un tema que nos acompaña y es parte de nuestras familias», y que «los diagnósticos son cosa seria y en ocasiones hay médicos con poder excesivo partiendo solo de una lectura puntual de nuestra circunstancia».