Calleja, aquel estudiante de la UVa fichado por la policía franquista
Mientras estudiaba Historia en la Universidad de Valladolid, José María Calleja desarrolló un intenso activismo como militante clandestino del Partido Comunista
José María Balbino Fernández Calleja: éste era uno de los 14 nombres que aparecían en la relación de detenidos por repartir propaganda del Partido Comunista en Valladolid. Así se lo hacía saber la jefatura de Policía al gobernador civil el 21 de diciembre de 1973. Y es que aquel joven estudiante de Historia en la Universidad vallisoletana, nacido en León pero trasladado a la capital del Pisuerga con apenas dos años, era uno de los más activos militantes del PCE en la clandestinidad.
Periodista de raza forjado en la lucha por las libertades, primero contra el Franquismo agonizante y luego contra la vesania asesina de ETA, José María Calleja dejó una honda huella entre los compañeros de Facultad, pues antes de cursar Ciencias de la Información en la Universidad Complutense se licenció en Historia en la de Valladolid. De familia le venía sin duda su tesón por combatir la dictadura, no en vano su tío paterno, Domingo Fernández Pereiro, fue fusilado junto a Juan Rodríguez Lozano, abuelo del ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el barrio leonés de Puente Castro, el 18 de agosto de 1936. Como ha escrito el profesor de la Universidad de León Javier Rodríguez González, el tío de 'Chema' Calleja militaba en Izquierda Republicana, argumento que los militares sublevados el 18 de julio utilizaron para justificar su muerte.
Era imposible que la memoria de la represión franquista en el entorno familiar no impulsara su precoz militancia comunista, pues su otro tío, José María Calleja García, médico en Palanquinos, fue asesinado de una paliza en el Parador de San Marcos, habilitado por los franquistas como campo de concentración. De ahí que el nombre de José María Calleja aparezca de manera recurrente en la documentación policial sobre actividades clandestinas del PCE en Valladolid. Entre las más relevantes, el reparto de propaganda en protesta por el juicio del famoso 'Proceso 1001' contra militantes de Comisiones Obreras, en diciembre de 1973, que coincidió con el asesinato del vicepresidente del gobierno, Luis Carrero Blanco, a manos de ETA. Al lanzamiento de propaganda le siguió una radicalizada manifestación de 200 estudiantes en dirección a la Plaza de España al grito de «Amnistía», por la que resultó condenado por el Tribunal de Orden Público a 9 meses de prisión menor y cuatro de prisión mayor, y a abonar una indemnización de 2.500 pesetas al policía Luis Quintanilla por, según la sentencia, haberle golpeado.
Su activismo en las protestas universitarias de 1974 y 1975, respondidas por el Régimen con el polémico cierre de todas las Facultades el 8 de febrero de ese último año, continuó en la famosa «Universidad paralela», improvisada por alumnos y profesores comprometidos con las libertades para no perder las clases, y en otras muchas actividades como delegado de Filosofía en 1976. Entre ellas, una contundente protesta por los sucesos de Vitoria de marzo de 1976, cuando la Policía Armada reprimió con violencia una multitudinaria huelga provocando cinco muertos y más de 50 heridos. Calleja fue uno de los cuatro estudiantes detenidos en la ciudad por organizar una jornada de lucha contra dichos sucesos: fue puesto en libertad el 14 de marzo de 1976, previo pago de una cuantiosa fianza. En enero de 1978 resultó elegido para formar parte del Comité Provincial del PCE vallisoletano, liderado entonces por César de Prada. Estas y otras muchas vivencias las solía recordar cada vez que venía a la Universidad para hablar sobre el periodismo en la época de Franco.