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Óscar Puente, Javier Calaveras (caracterizado de José Zorrilla) y Ana Redondo presentan la reedición del facísimil del libro, con prólogo de Alonso de Santos.

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Óscar Puente, Javier Calaveras (caracterizado de José Zorrilla) y Ana Redondo presentan la reedición del facísimil del libro, con prólogo de Alonso de Santos. El Norte

El año del Bicentenario de Zorrilla toca a su fin

El Ayuntamiento de Valladolid recupera los ‘Recuerdos del tiempo viejo’, una de las cumbres de su literatura, cuya reedición ha contado con la coordinación de José Luis Alonso de Santos

vidal arranz

Valladolid

Miércoles, 21 de febrero 2018, 12:48

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Zorrilla no se agota en el Tenorio. Pero tampoco en su vastísima producción poética. Existe otro Zorrilla, en prosa, que cada vez es más reivindicado por los expertos y que tiene en sus Recuerdos del tiempo viejo su versión más apasionante y seductora. Es el tesoro escondido de José Zorrilla, su texto más moderno. Pero también una de sus obras menos conocidas, debido, entre otras razones, a su desaparición editorial. A día de hoy sólo está disponible una versión incompleta (que incluye únicamente el primero de los tres tomos de que consta), salvo que se acuda al mercado de segunda mano. Por ello, la reedición facsímil que hoy ha presentado el Ayuntamiento de Valadolid es mucho más que un libro atractivo, con el sabor de época de ese ‘tiempo viejo’ que el título evoca: es una auténtica oportunidad de redescubrir una joya poco conocida por las últimas generaciones de lectores.

José Luis Alonso de Santos, dramaturgo y vallisoletano, como el propio autor de las memorias, lo tiene claro: «Para mí, las dos obras más significativas de Zorrilla son el ‘Don Juan Tenorio’, como obra de juventud, y los ‘Recuerdos del tiempo viejo’, como obra de vejez. Es la otra cara de la moneda de su labor creadora, que anticipa muchos elementos de la literatura moderna posterior, como la fragmentación, el ensayo personal expresionista, la presencia de un yo escindido, o incluso la reivindicación de la creación literaria como una actividad profesional de la que se debe poder vivir. Porque, en palabras del propio Zorrilla, ‘no podemos los poetas vivir del aire».

Alonso de Santos, que rindió su personal homenaje al Don Juan del vallisoletano con su monólogo ‘La sombra del Tenorio’, que interpretaba Rafael Álvarez El Brujo, enriquece ahora la reedición municipal con un ameno y enjundioso prólogo que proporciona doce claves, o doce pistas, para introducirse en el riquísimo, pero también complejo, mundo de las memorias de su paisano. «Hay que entrar con ciertos ojos a este texto, organizado con una fragmentación casi posmoderna. Por sus propias características, nunca será tan popular como el Tenorio, pero es la obra más moderna de Zorrilla: un hombre confesándose frente al mundo. Su interés no se va a desgastar porque tiene muchos valores».

Los recuerdos son ficción

Zorrilla se presenta en esta obra como el mayor crítico de sí mismo. Pero la autocrítica es a veces sincera y otras no tanto. Todo el libro está marcado por ese juego entre la verdad y el fingimiento, entre la base real de los hechos que narra y su tratamiento literario, a veces novelesco, otras teatral. «Los Recuerdos son también ficción, porque son literatura. Incluso los más verdaderos», explica De Santos. Entre la verdad y el relato se cruza el deseo del escritor de escribir, de crear buenas frases, y de dar una forma literariamente dramática y seductora a sus recuerdos. La muy real y conflictiva relación de Zorrilla con su padre, que es uno de los ejes temáticos del libro, no expresa sólo un caso personal, sino que reelabora uno de los grandes temas del romanticismo. «El romanticismo es básicamente una rebelión contra la autoridad de los padres, que suelen ser presentados como causa de los problemas que se narran en los relatos». De modo que Zorrilla cuenta al tiempo una historia íntima y una historia literaria, tejida con hilos de realidad, pero enhebrada con las agujas de una escritura muy consciente de sí misma.

Alonso de Santos no está sólo en la reivindicación del valor excepcional de los Recuerdos de Zorrilla. Hace dos décadas el también escritor Eduardo Mendoza propició la primera reedición contemporánea del libro, dentro de la colección Maestros Modernos Hispánicos, del Círculo de Lectores, y no dudó en calificarlo como el más importante libro de memorias del siglo XIX y uno de los más importantes textos en prosa de la literatura española.

Ni éxito ni fortuna

«Recuerdos del tiempo viejo es un libro maravillosamente escrito, que incluye muchas cosas a la vez: un retablo histórico, un recorrido por el mundo y el mundillo teatral español en los años dorados del romanticismo, un mosaico de personajes y anécdotas.

También, y por encima de todo, la lúcida autobiografía de un hombre cuyo talento excepcional no le proporcionó ni el éxito, ni la fortuna, ni la felicidad», explica Mendoza en la presentación de su edición, hoy descatalogada. Y añade: «No es menos admirable de esta obra la honestidad y el sentido del humor con que Zorrilla rinde cuentas, desde la amarga perspectiva de su ancianidad, del azaroso curso de su vida».

Y es que el escritor inició la redacción de sus Recuerdos en 1879, con 63 años de edad, y los fue publicando, durante más de dos años, a tenor de uno por semana, en 'Los Lunes del Imparcial', dirigido entonces por el novelista José Ortega Munilla, padre del filósofo José Ortega y Gasset, e hijo del vallisoletano José Ortega Zapata. El propio Zorrilla colocó en sus acuciantes necesidades económicas el origen de la motivación que le llevó a narrar sus recuerdos.

Lo expresó con una de esas frases afortunadas de las que abundan en el libro: «Hoy, cuando lo que de mi subvención me resta no me basta para la posición en que mi reputación me coloca, recojo los últimos destellos de mi decadente ingenio, los últimos alientos de mis cansados pulmones, y los últimos átomos de honra y de brío que en el corazón me restan, y me arrojo otra vez en los brazos del trabajo, en vez de arrojarme por el balcón».

Los frutos literarios de tan voluntariosa decisión pueden volver a disfrutarse hoy como cuando se publicaron hace ahora 136 años.

Concierto de clausura

Los actos del Bicentenario del nacimiento de Zorrilla se clausuran esta tarde (20:00 horas) con un concierto en la sala Delibes del Teatro Calderón en el que participan el barítono Luis Santana, Antonio López al piano, y Alba Frechilla y María Negro en la dramaturgia.

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