Por qué si eres de Castilla y León tienes que ver y leer 'La Casa'
Álex Montoya adapta la historia de Paco Roca sobre un hito vital habitual: la ausencia de los padres y el dilema de qué hacer con la casa que simboliza la felicidad de nuestra infancia
La Casa es una novela gráfica. La Casa es una película. Pero La Casa es, sobre todo, muy probablemente, tu vida, si es que vives en Castilla y León. Y enfrentarte a tu vida puede ser precioso y catártico, doloroso y nostálgicamente bello. Un autorretrato sin filtros de Instagram. Con el grano del Super 8 que el director de la película, Álex Montoya, utiliza para enfocar el pasado. O con las viñetas viradas con las que Paco Roca retrata el flashback.
La Casa es tu retrato de infancia sobre todo si eres uno de los hijos de la generación EGB, que entre los 70 y los 80 fueron niños que en verano disfrutaban del pueblo de los abuelos. Fueron muchos. En el medio rural, en los municipios de menos de 2.000 habitantes, vivía en los años setenta un 43% de la población de Castilla y León, que era tanto como decir 1.136.899 personas. En los ochenta eran un tercio, 881.470.
Hoy son un 24%. Unos 592.000 resistentes y resilientes.
Entonces, con una clase trabajadora recién integrada en las ciudades, alojada en barriadas para las que empezaban a reclamar servicios básicos como escuelas o centros de salud (ambulatorios, se decía), había quien podía disfrutar las vacaciones de los Alcántara en Benidorm y quien descargaba a los críos en el pueblo al acabar el curso y regresaba para las fiestas de agosto.
En 2001, más de 460.000 personas de otras comunidades autónomas volvían en verano a Castilla y León. Un tercio eran emigrantes nacidos aquí y desplazados a Madrid, País Vasco, Cataluña, Francia. Había entonces un número de viviendas «no principales», dice la estadística, que rondaba las 347.000. Diez años más tarde eran 436.000. Dos de cada tres, en el medio rural.
La Casa vacía.
La Casa de los padres que hay que reparar, mantener, cuidar, con un jardín o huerto o parcela que hay que reparar, mantener, cuidar. Trabajo que ellos hacían pero tú no. Poda aquí, echa cemento allá. Tanto les daba. Quizá gallinas, o cerdo. Quizá vacas. Quizá solo campo. Quizá también coser. Y trabajar, trabajar, trabajar, para ahorrar. Para que no les faltara a los hijos, que estudian y se van. Que buscan otro modo de vivir en la ciudad. Y vuelven de vacaciones.
Aquellos que entonces tenían 30 ó 40 y que hoy rondan los 80-90.
Pero caen. Ley de vida. Que de eso también va el relato, de la ausencia de quienes estuvieron allí, presentes, toda tu vida. Y La Casa, que aún era centro de reunión, de fiesta veraniega familiar, se convierte en un dilema. ¿Qué hacemos con La Casa?
Ese es el relato que presenta Roca, nada menos que su propia vida que es la tuya con las mismas dudas y las escasas certezas, con el significado poderoso de lo que parecía insignificante y con su nostalgia, que te empuja a recrearte en la tuya.
Es el relato que ha adaptado Álex Montoya a partir del trazo del dibujante -casi del storyboard que es en algunas páginas el cómic del tremendo narrador que es Roca-. Una película que es el libro pero al tiempo tiene su vida propia, como el personaje de la nieta mayor, enriquecido respecto al libro. Y ambos formatos compartiendo, viñeta a fotograma, escenas tan impactantemente reales como el modo en que una hija se acostumbra sin darse cuenta a las visitas al hospital.
Igual eres de otra generación. Regresas con tus padres y hay cortacésped, o el jardín es de hormigón, que da menos trabajo, o ya no hay cuadras sino un trastero enorme, o una piscina desmontable que se ha hecho fija y rebosa verdín. Quizá tus recuerdos serán otros, claro, en 4K, y no los que plantean Roca y Montoya con sus colores mate. Pero entonces, y sobre todo si eres de Castilla y León, recuerda que La Casa es tu yo del futuro, cuando el joven que eres y que veranea o fiestea en la casa que tus padres heredaron de tus abuelos, tendrá que enfrentarse a la ausencia y a la misma disyuntiva que los protagonistas: ¿Qué hacemos con La Casa?
(Los datos estadísticos están extraídos del informe del Consejo Económico y Social de Castilla y León 'Población y poblamiento en Castilla y León', y del Instituto Nacional de Estadística).