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Ricardo Moreno Castillo. Fórcola Ediciones

Ricardo Moreno Castillo: «Un fanático es sólo un ignorante dotado de gran espíritu crítico»

El autor de 'Breve tratado sobre la estupidez humana' disertará el jueves 28 en el Aula de Cultura sobre los males que acechan a la educación

fernando conde

Miércoles, 27 de noviembre 2019

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Autor de 'Breve tratado sobre la estupidez humana' y del 'Panfleto antipedagógico', entre otros títulos, Ricardo Moreno Castillo dejó atrás sus clases de matemáticas para dedicarse a reflexionar sobre lo que estaba fallando en la sociedad actual y, en especial, en el mundo de la educación.

Con 'Los griegos y nosotros', Moreno Castillo rompe una lanza más en favor de la preservación de las humanidades en el sistema educativo actual. Y sobre ello disertará en la próxima sesión del Aula de Cultura que, con el patrocinio de Obra Social laCaixa, tendrá lugar mañana jueves, en el Círculo de Recreo, a las 20 horas.

–¿Un matemático defendiendo el latín, el griego, las humanidades…?

–Sí, puede parecer un poco paradójico, pero no lo es. Si perdemos Grecia y las lenguas clásicas todos perdemos todo. Si en el otro extremo del mundo se cae una catedral o arde una biblioteca, todos salimos perdiendo; y somos más pobres, incluso, aunque no tengamos intención de visitarlas. Grecia está más cerca, y los griegos nos enseñaron a pensar y a filosofar. Prescindir del pensamiento y el legado clásico es perder las claves indispensables para entender el mundo actual. Y, con ello, las claves para construir el futuro.

–¿Hacia dónde va la educación actual?

–Va hacia la nada más absoluta. Las escuelas son lugares donde se desprecia el conocimiento frente a la creatividad y el espíritu crítico. Pero ni la creatividad excluye el conocimiento ni mucho menos lo excluye el espíritu crítico. La crítica siempre ha de ser razonada. Cualquier tonto es capaz de romper en público un ejemplar de la constitución. Ahora bien, ese tonto no es capaz de hacer de ella una lectura fundamentada para saber qué mantener y qué cambiar. Para ello es preciso pensar y el tonto no sabe. Un fanático es sólo un ignorante dotado de gran espíritu crítico.

–¿Hemos desterrado la memoria del aprendizaje?

–El conocimiento es una moneda de dos caras, inteligencia y memoria, y no pueden funcionar por separado. Si la memoria está vacía, no hay material que entender y sobre el que reflexionar. Los educadores pretendidamente progresistas dicen que el alumno no es un depósito que llenar sino una lámpara que se ha de encender. Ahora bien, ¿alguien me puede explicar cómo encender un candil sin antes llenar el depósito de aceite? Si el pensamiento es llama, la memoria es su combustible.

–Su 'Panfleto antipedagógico' es una crítica feroz al sistema

–Recibí muchos mensajes y halagos de profesores por él, pero ahí se quedaron. Nadie se atreve a ir contra lo políticamente correcto. Y debemos tener en cuenta que de la jerga pedagógica viven muchos gurúes, orientadores, pedagogos, sicólogos evolutivos y sociólogos de la educación. Todas estas gentes quedarían sin discurso en cuanto se volviera a una enseñanza basada en el sentido común.

–No parecen gustarle mucho los pedagogos modernos.

–Efectivamente, nada de nada. Viven de un discurso vacío que ni ayuda a mejorar la enseñanza ni a formar a los nuevos profesores, que tienen que pasar horas y horas de mortal aburrimiento en el máster de educación, escuchando memeces. En prácticamente todos mis libros sobre educación incluyo textos de profesores de las facultades de Educación que son sencillamente delirantes. Uno de mis libros, 'La conjura de los ignorantes', está totalmente dedicado a estos delirios, es una antología de disparates firmados por muy eminentes y conocidos patriarcas de la nueva pedagogía. Son apenas veintitantos textos, pero se podría escribir una enciclopedia del tamaño de la Espasa.

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