«Son inevitables los rumores e interpretaciones, pero el historiador debe ser serio»
Severiano Delgado sacaa la luz la realidad sobre el altercado entre Unamuno y Millán-Astray en su libro 'Arqueología de un mito'
claudia carrascal
Viernes, 28 de febrero 2020, 11:05
'Mientras dure la guerra', de Alejandro Amenábar, ha sido el largometraje responsable de que se retome el enfrentamiento entre el escritor y entonces rector de la Universidad de Salamanca, Miguel de Unamuno, y el coronel José Millán-Astray, el 12 de octubre de 1936, durante la Guerra Civil. El altercado ocurrió en el paraninfo y dejó frases para el recuerdo como «venceréis, pero no convenceréis». No obstante, el historiador Severiano Delgado asegura en su libro 'Arqueología de un mito' (2019) que los acontecimientos no sucedieron como siempre ha contado la historia.
Durante su intervención en el Aula de Cultura de El Norte de Castilla, patrocinada por la Obra Social La Caixa y la Fundación Vocento, Severiano Delgado explicó que ha tenido que hacer un proceso de «arqueología documental» para sacar a luz la realidad de esta confrontación. «He restaurado el episodio porque he quitado la pintura que sobraba y he sacado brillo a aspectos sepultados por el tiempo», subrayó.
En conversación con el director del Aula de Cultura, Fernando Conde, quiso contextualizar el complejo momento en el que se produjo el altercado y afirmó que «el error fue dar naturaleza historiográfica a un relato que escribió en 1941 el profesor de la Universidad Luis Portillo».
En este sentido, detalló que era un escrito simbólico, cuya intención era representar la lucha del pueblo español, encarnado por Unamuno, y la barbarie de la guerra, reflejada en el coronel Millán-Astray. Después, tanto Hugh Thomas como Ricardo de la Cierva, y posteriormente otros historiadores, «dieron a la crónica carta de verosimilitud y contribuyeron a que se popularizara».
En realidad, Unamuno tomó la palabra muy irritado en el acto que tuvo lugar en el paraninfo porque los discursos de los ponentes tildaban de antiespañoles a catalanes, vascos y republicanos. «Criticó las palabras de odio, también a las mujeres de Salamanca que iban con crucifijos a ver los fusilamientos. Hizo un alegato muy fuerte contra el discurso dominante, separándose del movimiento militar que hasta entonces había apoyado». En ese momento, Millán-Astray comenzó a dar voces y entre sus palabras pronunció «que muera la intelectualidad traidora», relató Delgado.
A su juicio, la popularización de rumores y bulos es algo que ocurre continuamente. Por eso, atribuye a los historiadores la responsabilidad de basar sus aportaciones en documentos fiables, en contrastar las informaciones y en someterlas a la crítica de otros historiadores.