Nela Prieto, la enfermera de Valladolid que se hizo pintora para «lanzar emociones al mundo»

Dos años y medio después de su muerte, una exposición le rinde tributo en la sala Pimentel de su ciudad, pasando revista a las etapas estilísticas que definieron su pintura, aunque su creatividad cristalizó también en el grabado, la cerámica y la estampación textil, llegando a colaborar con la diseñadora Esther Noriega en una colección de ropa pintada a mano.

'Yo soy Nela Prieto, fondo y forma' se titula la muestra con inicio en tres óleos de los años setenta. Antes, había adquirido destreza con el pincel con Doña Antonia, pintora del realismo en su taller vallisoletano, y en el dibujo natural con José David Redondo. En otro bloque de la sala se alude a la reivindicación femenina con la serie 'Mamíferas' a partir de animales y figuras en composiciones inspiradas en el libro 'Mujeres que corren con los lobos', de Clarissa Pinkola. Surrealismo marcado por trazos vigorosos e intensos en torno a animales y figuras geométricas . «No era una feminista que rechazara al hombre, abordaba el tema de la mujer desde todos los planos, siempre desde el deseo de libertad, con formas muy gestuales y un ritmo acelerado», resume Monserrat Acebes de la Torre, comisaria de la exposición.

De otra pared cuelgan óleos de cuerpos humanos deconstruidos a partir de enormes bocas y abultados pechos. En viajes a Puerto Rico, Miami y Nueva York se empapó de nuevos conocimientos de creatividad plástica, y en 1998 recibe la beca de artes plásticas de la Diputación Provincial de Valladolid al tiempo que es seleccionada miembro de honor del Museum of Hispania and Latin American Art en Miami. Su colaboración en proyectos educativos de solidaridad en barrios neoyorquinos y en Nicaragua la inclinan a crear pinturas con motivos infantiles, abundantes en color y con reminiscencias de collage.

En una serie sobre África refleja la artista embarcaciones cargadas de migrantes y rostros que dan lugar a otros imaginarios que derivan en monstruos. Varios son los lienzos en los que explora fantasías y sueños a partir de siluetas e imágenes de magos, brujas, duendes, castillos, aves gigantes y bicicletas en escenas difuminadas, donde el rojo y el naranja copan el protagonismo. Abundan también los retratos de amigos, familiares y conocidos en los que capta la esencia humana a partir de gestos distorsionados y el contraste entre el trazo negro y otras gamas de llamativos colores.

Del estudio sobre el poder de los símbolos y su transformación en formas abstractas cuelgan en la muestra obras como 'Compases de amalgama'. En ellas difumina y empasta la artista composiciones a partir de líneas, formas esféricas y cuadradas con la idea de que «muevan los sentimientos por su simple contenido», recuerda Monserrat Acebes de la Torre, refiriendo también la influencia que el crítico y poeta Eduardo Cirlot tuvo en la querencia que la pintora vallisoletana mostró por las formas geométricas y las texturas.

Familiares y amigos arroparon con su presencia la inauguración de una muestra que incluye quince de las cuarenta obras de Nela Prieto donadas el año pasado a la institución provincial. La Fundación Coello, la sala del Teatro Calderón, la Casa de Cervantes, el Centro Marcelina Poncela, el Palacio de Santa Cruz o el Salon International des Arts en Buxieres (Francia) son algunos de los lugares donde Nela Prieto llevó su obra, un legado que custodia su familia. La exposición que se puede visitar en la sala del Palacio Pimentel hasta el 13 de octubre (entrada gratuita) permanece abierta de martes a domingo de 12:00 a 14:00 horas y de 19:00 a 21:00 h.