Museo Casa Lis: Un recorrido de ensueño por las artes decorativas

Fue el hogar de la familia Lis y posteriormente de la de Enrique Esperabé de Arteaga, rector de la Universidad de Salamanca. Hoy, la Casa Lis, un palacete urbano diseñado por el arquitecto Joaquín de Vargas y Aguirre a finales del siglo XIX, es la casa de los amantes del arte y las artes decorativas.

Enclavada sobre la antigua muralla de la ciudad, la Casa Lis, auténtica joya modernista y paradigma salmantino de la arquitectura del hierro, es la sede del Museo Art Nouveau y Art Déco.

Vidrios, criselefantinas, bronces, muñecas, joyería y pintura forman parte de las 19 colecciones que atesora el Museo, que propone un recorrido temporal a través de las artes decorativas entre las últimas décadas del siglo XIX y la II Guerra Mundial, uno de los periodos más fecundos de las artes aplicadas, según explica el director, Pedro Pérez Castro.

Tras su época de esplendor como hogar de la familia Lis y de Enrique Esperabé de Arteaga, la casa acogió a distintos inquilinos y habitantes y conoció una época oscura, casi ruinosa, de la que fue rescatada por el Ayuntamiento de Salamanca.

Tras su expropiación en 1981 y su restauración, abrió sus puertas en 1995 como museo de artes decorativas, gracias a los fondos que Manuel Ramos Andrade, anticuario, coleccionista y mecenas salmantino, donó para su conservación y exposición en el singular edificio modernista. Este año el Museo de la Casa Lis conmemora sus 25 años de historia.

La exposición permanente del Museo, con más de 2.500 piezas, muestra la producción de los talleres europeos de artes decorativas de los periodos Nouveau y Déco. Pueden verse joyas de Masriera o Fabergé, vidrios iridiscentes de los talleres Loetz, Kralik, Pallme König o de la escuela de Nancy con piezas de Émile Gallé, los Hermanos Daum o Paul Nicolas; muebles de Homar, Majorelle, Busquets, o porcelanas de Rosenthal, Royal Copenhagen, Mariano Benlliure, Gustave Guetant o Zuloaga.

El edificio, característico por sus vidrieras, acoge también una colección de muñecas de porcelana francesa del siglo XIX, que ha sido definida por los expertos como «la mejor colección expuesta al público a nivel mundial», así como una muestra de criselefantinas de Demetre Chiparus o Ferdinand Preiss, con pequeñas esculturas que combinan el metal para las vestimentas y el marfil para las partes desnudas del cuerpo como la cara o las manos.

Explica el director del Museo, Pedro Pérez Castro, que la mayor parte de las obras que se exponen en la Casa Lis son objetos utilitarios concebidos con unos cuidados criterios estéticos, dualidad que los convierte en «singulares documentos de una época y modo de vida de los que no han perdurado muchos hasta nuestros días debido al uso que se hacía de ellos».

Hasta el mes de septiembre, los visitantes pueden disfrutar también de la muestra temporal 'De Rubens a Van Dyck. La pintura flamenca en la colección Gerstenmaier', una exhibición de las creaciones de algunas de las figuras más importantes de la pintura flamenca.

La institución ha implantado medidas de seguridad y sanitarias como la limitación de su aforo a 90 personas, el uso obligatorio de mascarilla, el uso de geles hidroalcohólicos, la señalización que indica la distancia que debe mantenerse y la propuesta de itinerarios a través de sus salas para evitar aglomeraciones.