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La imaginería castellana que Sorolla llevó al lienzo, en el Museo de Escultura
Una exposición confronta en el Palacio de Villena su creación pictórica con tallas en las que se inspiró en sus viajes por Castilla y León
La fascinación que la escultura ejercía en Joaquín Sorolla (1863-1923) y llevó a sus lienzos tras sus viajes por ciudades de Castilla y León entre 1900 y 1910 queda pasmada en una sala del Palacio de Villena. Una quincena de óleos confrontados a una decena de tallas medievales y piezas de reproducciones artísticas revelan el influjo que la imaginería castellana tuvo en el pintor valenciano, en unos casos tomándola como modelo literal para sus óleos, en otros captando el estilo para su inspiración.
En 'Viajar para pintar. Sorolla y la escultura pintada' se pueden contemplar óleos en su mayor parte inéditos que permanecían depositados en al almacén del Museo Sorolla de Madrid, una faceta del artista valenciano alejada de la más común que le relaciona con las escenas de costa mediterránea, bañistas y paisajes marítimos con las que principalmente se le asocia.
Portadas de catedrales de Segovia, Burgos o León, fachadas de palacios de Ávila, imágenes de vírgenes con niño, varias tallas de santos... la riqueza escultórica de la imaginería medieval castellana atrajo tanto su atención como para recogerla en sus pinceles durante sus viajes por ciudades castellanas.
En Segovia visitó el monasterio de El Parral y pintó el sepulcro de Beatriz de Pacheco. Tambien captó la belleza otoñal de los jardines de La Granja de San Ildefonso alrededor de una escultura. En Ávila quedó seducido por la monumentalidad de arquitectura palaciega. Dos vaciados en yeso de esculturas de la Virgen de la Anunciación y del arcángel San Gabriel de la basílica de San Vicente tienen su réplica pictórica, al igual que tres tallas de la portada de la catedral de León de autoría anónima (1476-1500).
De su viaje a Burgos en 1910 y la gran nevada que le obligó a pintar en la calle se exhibe una fotografía de Alfonso Vadillo con el artista y su caballete rodeado de curiosos, además del óleo en el que reflejó la catedral de Burgos y su visión del retablo de Gil y Diego de Siloe en la Capilla del Condestable.
La exposición aborda de modo muy colateral la faceta del Sorolla coleccionista de obras de arte en la casa palacete del Paseo General Martínez Campos, actual Museo Sorolla, Enntre esas piezas, un SanJuan Evangelista en madera policromada (siglo XIII-XIV) de autoría anónima que en 1914 trasladó a uno de sus cuadros titulado 'Rincón del estudio'. «A través de estas obras se aprecia la conexión estilística y los vínculos del artista con la imaginería que pudo conocer durante sus viajes por Castilla y León», explica Elvira Guerra, comisaria de la muestra junto a Fernando Delgado. «También se han incorporado algunas obras de juventud, de cuando se está formando, otras más introspectivas y también de su época de madurez».
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La exposición del Museo Nacional de Escultura y del Museo Sorolla y la Fundación Sorolla tiene su origen en el ciclo 'Viajar para pintar', proyecto que busca dar a conocer la «voluntad del artista de plasmar en el lienzo sus múltiples viajes por España». Así, el año pasado esta iniciativa arrancó en San Sebastián con una muestra con escenas que reflejaban los veraneos allí del artista; en Toledo el nexo fue el paisaje castellano, y en La Coruña primó la etnografía.
La exposición permanecerá en el Palacio de Villena hasta el 25 de agosto de 2024, y se puede visitar con entrada gratuita de martes a sábado de 10:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 19:30 horas. Domingos y festivos, de 10:00 a 14:00 h.
