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José Luis Calvo.

José Luis Calvo: «Cuando un pueblo muere pasa a la condición de tragedia»

El nuevo director del Museo Etnográfico de Castilla y León se fija como retos modificar el discurso de la exposición permanente e impulsar un foro sobre despoblación

ALICIA PÉREZ

Martes, 12 de julio 2016, 11:48

Llega al Museo en bici. Como cada tarde desde que el 7 de junio fuera elegido como nuevo director del Museo Etnográfico de Castilla y León, con sede en Zamora. Licenciado en Derecho por la Universidad de Salamanca y en Antropología Social por la de Sevilla, José Luis Calvo Domínguez volvió a Zamora hace tres años desde la ciudad andaluza, donde renunció, «por los contextos económicos», a una beca de investigación etnográfica para dedicarse a la abogacía. Su elección para dirigir el Etnográfico tras la jubilación del anterior director, Carlos Piñel, ha sido la oportunidad para volver a lo que más le gusta. El Museo no le es ajeno. En él ha puesto en marcha iniciativas como Punto de fuga, diálogos para moverse en la posmodernidad.

¿Qué supone ser director del Museo Etnográfico de Castilla y León?

A nivel personal es una ilusión porque el proyecto es muy bonito, muy atractivo, con muchas posibilidades y muy ajustado al perfil de lo que me ha interesado tanto a nivel personal como académico y profesional. También supone una responsabilidad porque es un museo de cabecera de Castilla y León y uno de los más importantes a nivel etnográfico del país.

¿Los ciudadanos entienden lo que es la etnografía?

Los ciudadanos son etnografía, todos somos producción de cultura. La cultura para los antropólogos no es algo elevado, se produce a ras de suelo, la producimos todos los días y somos nosotros los agentes de producción cultural. Hay que entender que nosotros producimos cultura, que somos objetos de la etnografía total y que somos agentes de la construcción social.

¿Cómo ve el Museo?

La dotación arquitectónica es impresionante. Para un museo etnográfico es casi la mejor dotación que hay en España. He estado en el Museo Nacional de Antropología de Madrid y el edificio es emblemático porque es histórico, pero ya quisieran tener las dotaciones que tenemos nosotros. Además, está en una buena posición para empezar el proyecto que queremos llevar a cabo y tiene una posición de reconocimiento a nivel regional, estatal e internacional bastante interesante. Queremos que el impacto sea mayor e intentaremos que haya una dotación un poco mayor de gente especializada con perfiles de ciencia social y museístico.

¿En qué sentido se va a modificar la exposición permanente del Museo?

Queremos cambiar el discurso expositivo porque nos hacemos cargo de que desde la exposición permanente no es un museo que tenga muchas visitas. Una vez que lo has visto, lo has visto. El discurso hay que irlo modificando para intentar atraer otra vez la afluencia de la gente más cercana y que tenga una visita distinta. Queremos hacer un discurso expositivo que esté prefigurado por las ideas de la premodernidad, modernidad y posmodernidad, y al final que estén las ideas de utopía y distopía. El objetivo es darle un enfoque más contextual de los objetos que presentamos y que el visitante salga de la visita y se sienta más contextualizado en el momento que vive y con la idea de que él es agente de la construcción social y de la transformación

¿Cómo se pretende conseguir esa proyección a todos los niveles?

Con distintas líneas de actuación y proyectos que tengan dimensión internacional, estatal y regional. A nivel internacional, vamos a poner en marcha un certamen de cine etnográfico y antropológico. Estamos haciendo un estudio para no pisar fechas con otros festivales análogos. Queremos empezar a convocar ya y se celebraría probablemente en mayo del año que viene. También queremos hacer una cosa más enfocada con el tema de la despoblación a nivel interestatal porque somos varias comunidades las afectadas y, aunque nos centraremos en el tema de Castilla y León, creo que tenemos que unirnos y compartir.

¿En qué consiste el proyecto sobre despoblación?

Queremos hacer un programa complejo y con acciones diversas. Vamos a intentar hacer cosas en audiovisual de sensibilización y denuncia sobre la despoblación, publicaciones y un foro interestatal de gente interdisciplinar para que venga desde un agricultor a instituciones que están trabajando en el tema, sobre todo del interior de España, e investigadores, asociaciones rurales y activistas. Queremos hacer charlas para el público en general, que sea la propia gente que está sufriendo el problema quien lo cuente, y hacer foros especializados que saquen conclusiones, que sean propositivos al final y que la antropología esté también aportando al futuro. Pretendemos además sensibilizar a los jóvenes y a los niños sobre el problema.

¿Teme por esa despoblación y por la desaparición de los pueblos?

Claro, es que estamos llegando al momento de la desaparición de muchos sitios. Ya no es despoblación es desaparición. Estaríamos hablando de antropologías del silencio. Un etnógrafo llegará a un pueblo donde no tendrá un informante, todo serán vestigios y rastros. Y eso es espeluznante. Cuando muere el pueblo pasa a la condición de tragedia porque la tragedia implica muerte. Nos tenemos que implicar todos en esto porque es muy fuerte que desaparezca una tribu del Amazonas o que a los aborígenes de Australia no se les permita vivir como vivían y se les haga ahora su reserva, pero igual de fuerte es que desaparezca un pueblo de Castilla y León y de eso nos tenemos que sensibilizar porque nosotros somos étnicos como ellos. Los pueblos son particulares, contextuales y únicos y están desapareciendo igual. El fenómeno de la despoblación pasa de tener la condición de drama a tener la condición de tragedia, de muerte, de desaparición.

¿Qué se va a hacer para regionalizar el Museo?

Actividades para estudiantes, niños y jóvenes, y diálogo intergeneracional de los mayores con los pequeños. Haremos propuestas interesantes y formatos creativos que lleguen a los colegios con su ficha didáctica en torno a la etnografía. Una de las actividades que queremos poner en marcha antes de que acabe el año es un homenaje a Antonio Gamoneda porque se cumplen 60 años desde que acabó de escribir Blues castellano, uno de los grandes libros de poesía que fueron censurados. Le queremos proponer que lea dos poemas de Blues castellano y explique a los estudiantes en un video por qué lo escribió y que ellos hagan su lamento de la juventud en hip hop. Sería un diálogo intergeneracional entre los chavales y Gamoneda, 60 años de puente intergeneracional sobre el lamento de la juventud.

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