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Un niño hace tareas escolares con su madre durante el confinamiento. Eduardo Parra-EP
Coronavirus en Castilla y León: El virus agudiza brechas sociales y empuja a reforzar en verano y a evitar repetidores

El virus agudiza brechas sociales y empuja a reforzar en verano y a evitar repetidores

En Castilla y León, donde 4.300 estudiantes carecen de Internet, se aboga por evaluar a partir de lo obtenido en los dos primeros trimestres

Antonio G. Encinas

Valladolid

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Miércoles, 15 de abril 2020

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Aprobado general, no. Esa opción de máximos se cayó antes de empezar la reunión entre la ministra y los consejeros autonómicos del ramo educativo. «La promoción debe ser la regla general y la repetición, la excepción», fijó Isabel Celaá. Y eso incluye matices. Posteriormente se acordó que lo hecho en casa en el tercer trimestre podrá servir para subir nota y que para evaluar el curso bastará con un informe personalizado que tenga en cuenta los dos trimestres que se cubrieron de forma presencial. Por último, si algunos estudiantes necesitan un refuerzo añadido para no comenzar el siguiente año académico con un desfase que podrían acusar, las autonomías tendrán la potestad de decidir si establecen refuerzos en el mes de julio.

Y es que este virus ha dejado al aire las brechas sociales que acechaban al sistema educativo y que, en muchos casos, permanecían acotadas por el trabajo presencial de los profesores y equipos especializados de Pedagogía Terapéutica, Audición y Lenguaje, Trabajo Social y Orientación. O por los comedores escolares. O por las actividades extraescolares que logran atraer a las familias al colegio.

Acuerdo Ministerio-Comunidades

  • Informe personalizado. Se tendrá en cuenta lo realizado en las dos primeras evaluaciones. «La evaluación será continua y acentuará su carácter diagnóstico y formativo en todas las etapas, ciclos y enseñanzas», anunció la ministra.

  • Evitar repeticiones. Isabel Celaá emplazó a que la «promoción de curso» sea la regla general. «La repetición será una medida muy excepcional que deberá estar sólidamente argumentada y acompañada de un plan preciso de evaluación en cada informe individualizado de cada alumno».

  • Calendario. «Se mantiene la duración del curso escolar. Ni acaba ahora ni se alargará más allá de junio, excepción hecha de las pruebas para la EBAU».

  • Contenidos. «Se flexibilizarán el currículo y las programaciones didácticas. Hay que centrarse en los aprendizajes y competencias imprescindibles, cuidando de no sobrecargar al alumnado de tareas excesivas. Se apovechará el tercer trimstre para la recuperación, el repaso, el refuerzo.

  • Refuerzo en julio. «En verano se organizarán y apoyarán actividades de refuerzo, en formas diversas y coordinadas con actividades lúdicas, pero no habrá actividad lectiva».

  • Universidades. El próximo curso, propone Castilla y León, debería empezar en el mes de octubre, para poder dedicar septiembre a tareas como presentar trabajos de fin de grado.

La responsable de Educación, Rocío Lucas, sacó el informe de su Consejería y empezó a enumerar. 750 aulas virtuales, con casi 289.000 usuarios entre profesores y alumnos, 900.000 accesos a la semana, 1.200 videoconferencias diarias, 48.000 usuarios en la plataforma educativa Teams. Un éxito, según las cifras, de la docencia en línea en etapas en las que no está prevista, como son Primaria, Secundaria, Bachillerato y FP. De hecho, ni siquiera está prevista en las universidades públicas de Castilla y León, donde la oferta de estudios 'online' es pírrica en comparación con sus grados presenciales. Universidades que Castilla y León propondrá que empiecen el curso en octubre, y no en septiembre, para poder presentar trabajos de fin de grado, evaluar o poder titular a sus estudiantes.

Pero en las cifras de éxito online acaba la utopía educativa.

Porque al lado de estos datos la consejera desgranó otros que evidencian una realidad sobre la que advertían los expertos educativos: el virus es una cuña que amplifica las diferencias. «Hemos detectado 4.300 alumnos sin Internet», señaló Lucas. Palencia o Salamanca bordan los 800; Valladolid está en 647. Segovia, 534.

Vídeos explicativos de la pandemia

Educación ha parcheado el asunto con tarjetas SIM. Es decir, con Internet móvil. Unas cuantas de 60 gigas cedidas por Movistar (690) que serán para chavales de Bachillerato y FP de grado medio y superior, porque la precariedad no entiende de etapas educativas. Otras las ha facilitado Vodafone (1.000), para Primaria y Secundaria. Y la propia Consejería está comprando otras 2.600 para llegar a todos.

Aunque esa falta de conectividad es solo una de las carencias que permite observar este trastazo de cruda realidad que acosa al sistema sanitario y al educativo, sectores que suman más del 50% de los 10.800 millones de presupuesto de la Junta de Castilla y León. Unidos ayer en una comparecencia que resultó demostrativa: mostró todas las desigualdades de golpe.

«Hoy, de los 517 casos positivos registrados, 47 son profesionales y 316 tienen 70 o más años», acababa de decir Verónica Casado. Los mayores enferman y se mueren más por culpa del coronavirus. Entre los confirmados y los que fallecieron con síntomas compatibles con la enfermedad, 1.866 personas.

Y llegaba el turno de Rocío Lucas y hablaba de estudiantes sin Internet.

Y no se incluía, en este caso, a los hogares que tienen Internet, y puede que hasta Netflix o HBO o la plataforma que sea pero no cuentan con recursos informáticos suficientes. Porque hay 19.100 hogares en la región formados por una pareja y 3 o más hijos.

Y tampoco entraban en las cifras todos los inmigrantes. Los 21.788 que desfilan por todas las etapas educativas y que, en un 15,4%, según STECyL, «tienen necesidades de atención educativa por desconocimiento del idioma o por un desfase curricular». Desigualdades que se afrontan con dificultades con el sistema presencial, pero intratables a distancia.

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