«El vértigo tiene un alto impacto en la calidad de vida»

El doctor Santos está avalado por un amplio currículum como coordinador del Instituto de Otorrinolaringología del Hospital Recoletas Felipe II y como jefe de unidad en el Hospital Clínico, ambos de Valladolid. Este especialista compagina, además, su labor asistencial con la docencia como profesor asociado de la Universidad de Valladolid, desde 2012 y forma parte de la Comisión Nacional de la Especialidad de Otorrinolaringología.

En su charla, el doctor Santos expuso las principales conclusiones extraídas durante su larga trayectoria sobre esta patología de considerable prevalencia –el 80% de la población ha sufrido algún episodio de vértigo en su vida– y es el segundo motivo de consulta más frecuente en atención primaria a partir de los 75 años. Arrancó aclarando que los trastornos del equilibrio y de la marcha son uno de los aspectos más complejos dentro del campo de la Otorrinolaringología, por los múltiples cuadros clínicos que presenta, como el vértigo, la inestabilidad, el desequilibrio o los mareos, entre otros. Es por ello, que son muchos los especialistas que intervienen para la mejora del paciente, como son los propios otorrinos, neurólogos, cardiólogos, reumatólogos, médicos internos, médicos de familia, rehabilitadores, radiólogos o psiquiatras. Expuso cuáles son los órganos responsables del equilibrio en el cuerpo humano. «Son tres», aclaró de entrada. «La vista, el sistema vestibular del oído, que se ubica en el oído interno y es, en gran parte el responsable de la estabilidad y equilibrio, y el sistema propioceptivo, formado múltiples receptores musculares que son los encargados de transmitir señales indicando en qué posición estamos respecto a nuestro entorno. Esos tres sistemas mandan información al cerebelo, que es donde se regula todo el equilibrio. Cuando falla el equilibrio, es porque uno de estos sistemas que lo regula, empieza a fallar», explicó.

Una consecuencia natural del envejecimiento, y que afecta a los órganos responsables del equilibrio, es lo que se conoce como presbivértigo y que se asocia a lesiones degenerativas propias de la edad del sistema vestibular. «Suele ser multifactorial, y genera en las personas mayores una sensación continua de inestabilidad, que puede llevarles a tener más caídas, a perder actividad, e incluso al aislamiento social. El presbivértigo es una causa importante de problemas en la tercera edad», aseguró el ponente, que en estos casos recomienda la realización de ejercicios domiciliarios, ejercicio físico con moderación y desarrollo de vida activa y rehabilitación vestibular.

A continuación, detalló las diferencias entre los tipos de vértigo que existen, y que son el periférico, y el central. «El primero se debe a un problema en la parte del oído interno que controla el equilibrio, mientras que el vértigo central, que es menos frecuente, se atribuye a un problema en el cerebro, generalmente en el tronco encefálico o en el cerebelo. Los síntomas del paciente son a menudo vagos. Indican sensación me mareo de «cabeza hueca», de «sensación de borrachera» o de caída o sensación «de movimiento de objetos o del propio paciente».

Según su opinión, «una historia clínica bien enfocada y bien trabajada, nos lleva a empezar a pensar en qué tipo de vértigo puede tener el paciente». Pero además, hay otras pruebas que pueden indicar si hay una alteración en determinados órganos, como pueden ser posturografías, videonistagmografías y pruebas de impulso encefálico e incluso de imagen como resonancias magnéticas, tacs o angiografías para comprobar el riego del cerebro.

Una vez que se tiene el diagnóstico, hay diferentes opciones de tratamiento, que van desde el farmacológico a la rehabilitación vestibular y en algunos casos, como en el vértigo postural benigno, se lleva a cabo la maniobra de Epley, que consiste en la realización de movimientos en la cabeza para aliviar los síntomas. «En casos muy extremos, puede llegarse a la cirugía, pero es poco común», afirmó el doctor, que aprovechó su charla para ofrecer consejos para disfrutar de una vida sin vértigos. «En el caso de vértigos centrales, por ejemplo, de personas que han sufrido un ictus o un accidente cerebrovascular, lo ideal es apostar por una alimentación sana, no ser diabético y controlar la tensión y el colesterol. En casos de vértigos periféricos, como pueden ser la enfermedad de Ménière, conviene llevar una vida ordenada, evitando el tabaco y la cafeína, con una dieta baja el sal y horas de sueño muy definidas, los síntomas, suelen mejorar», recomendó.

Muy atento durante toda la conferencia, el público al finalizar tuvo oportunidad de preguntar al doctor Santos diversas cuestiones sobre la patología del vértigo, y que éste solucionó de forma muy didáctica.