Chiquilicuatres a Bruselas no, por favor
«Europa es, entre otras muchas cosas, el tren de alta velocidad y los últimos aceleradores lineales para tratar el cáncer con radioterapia que se han conectado en Valladolid, Salamanca, León o Ávila»
No levantan pasiones las elecciones europeas. Se ve Bruselas como con pereza, sin analizar la repercusión del presupuesto de la UE en la vida ... nuestra de cada día. No son sólo los 924 millones que año tras año deja la Política Agraria Comunitaria, la conocida PAC, en Castilla y León o que los fondos de cohesión hayan invertido en la comunidad 14.600 millones para obras y servicios desde 1986, cifras con entidad suficiente como para tomarse en serio acudir este domingo al colegio electoral.
Europa es más. Es el tren de alta velocidad y los últimos aceleradores lineales para tratar el cáncer con radioterapia que se han conectado en Valladolid, Salamanca, León o Ávila, gracias a 38,2 millones de euros con los que la Junta de Castilla y León ha pagado la factura de equipos de alta tecnología sanitaria en 13 hospitales. O los 54,4 millones de euros que sufragarán la construcción de 1.241 viviendas de alquiler social para jóvenes en la comunidad. O los 97,8 millones de euros que han permitido, por fin y tras lustros de promesas vanas sobre la extensión de la banda ancha que daban para chistes malos cada vez que salían de la boca del consejero de turno, ampliar a buena parte de la zona rural conexiones de Internet a velocidad potable.
Todo eso, sanidad, vivienda, comunicaciones, carreteras, campo y ganadería, regadíos, medio natural, es una Unión Europea que identificamos muchas veces con la imagen de los burócratas de Bruselas.
Algo tendrá que ver con ese desapego la hartura que en los ciudadanos provoca el gremio político. Es más fácil para los protagonistas de las papeletas que hoy estarán a disposición de los electores, para sus jefes y para toda la parentela de partido que les arropa tirar de eslogan facilón, incluso grosero, que hacer pedagogía sobre lo que supone la Unión Europea y lo que se juegan España, Castilla y León, sus nueve provincias y sus 2.248 municipios en el Europarlamento y la Comisión Europea.
Y es menos trabajoso para el ciudadano optar por creerse a pies juntillas esos mensajes (o por pasar de ellos) que gastar energía y tiempo en dudar de lo que escucha, poner en cuarentena al vocero y buscar respuestas.
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¿A quien beneficia el euroescepticismo? Podemos ver la respuesta en Gran Bretaña, pero no hay que ir tan lejos. Basta imaginar una campaña agraria sin la PAC, incluso con todas las mejoras o los cambios que requieran requisitos y tramitación, que se deben currar los europarlamentarios que salgan de las urnas y los gobiernos en las negociaciones comunitarias.
Por eso España puede permitirse la broma en enviar a Eurovisión a Chiquilicuatre y salir trasquilado en las votaciones, pero no es bueno copiar esa idea en unas elecciones europeas. Cada cual que haga examen de candidatos, y de programas si los tuvieran, y vea quién encaja en el perfil de entonar desde el euroescaño y sin dar palo al agua ese 'chiki-chiki' que bailan 'jevis' y 'frikis'.
Europa son las vacunas de la covid, que permitieron atajar contagios y recuperar la economía, y también los fondos de resiliencia y reactivación. De estos últimos han recalado en empresas y administraciones de Castilla y León a través de programas estatales de apoyo a industrias y emprendedores o modernización y refuerzo de servicios públicos 1.858 millones de euros.
Ni siquiera estos fondos de recuperación de la pandemia se libraron de la lucha partidista en España, que llegó a la negociación en Bruselas sin posición de país fijada, extendiendo la confrontación política nacional.
Eso es algo que desde el PSOE se afea a los populares con unas partidas millonarias que van a permitir ahora cumplir promesas que se debían desde hace 17 años, como es la extensión de la radioterapia a todas las provincias. Iba en los programas de Juan Vicente Herrera y en los de Alfonso Fernández Mañueco. Sin consumar. Hasta este momento. Por fin. Gracias a la negociación en la UE y a los fondos europeos.
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