Los fondos de cohesión han dejado 14.600 millones en Castilla y León desde 1986
Las partidas que tenían como reto favorecer a las comunidades menos desarrolladas jugaron un papel clave a finales del siglo pasado
Era otra Castilla y León. La misma, recién creada como comunidad autónoma –año 1983–, pero diferente en todos sus parámetros socioeconómicos. El Consejo Económico y ... Social reflejaba con números, en 1995, la realidad de aquella comunidad que había empezado a recibir los fondos europeos. Fondos de cohesión, dicho en general, aunque agrupaban diferentes partidas. Por ejemplo, los Feder, que ya supusieron ingresos extra desde 1986. O los propios fondos de cohesión con ese epígrafe, que se crearon en 1994. El objetivo, en todo caso, era único: que las regiones más empobrecidas de Europa convergieran, poco a poco, con las más favorecidas. Una política de discriminación positiva en lo económico que a lo largo de casi cuatro décadas ha dejado en Castilla y León 14.600 millones de euros.
Una cantidad a la que habría que sumar otros fondos como los de la Política Agraria Común o los más recientes derivados de la gestión de la pandemia.
Y teniendo en cuenta, además, que en julio debería presentarse el informe de ejecución de los fondos que se distribuyeron en el periodo 2014-2020, y que el siguiente periodo, el que va de 2021 a 2027, está aún en marcha.
¿Qué impacto han tenido esos fondos en el desarrollo económico de Castilla y León? Pues de entrada uno muy positivo, a juzgar por las declaraciones que hizo en mayo de 2000 el entonces presidente de laJunta,Juan José Lucas, en la Sociedad de Estudios Internacionales de Madrid. «Castilla y León se ha aproximado, desde 1985, quince puntos a las medias europeas, con un crecimiento en los últimos cinco años del 10,1%, frente al 5,7% de otras regiones Objetivo 1 y el 8% del resto de España», relataba Lucas.
Objetivo 1. Ese era el epíteto que se aplicaba a las regiones que más necesitaban ese empujón para converger con el resto de Europa. Una calificación que privilegiaba a estos territorios y que propició, contaba Lucas, que Castilla yLeón recibiera en cinco años, de 1994 a finales de 1999, «520.000 millones de pesetas». Para la generación del euro, en torno a 3.125 millones de euros. (Actualizado con el IPC a día de hoy, unos 5.400 millones de euros en cifras de 2024).
En esos primeros años, explicaba la Unión Europea, se invirtió principalemente en infraestructuras. Así, se emplearon 393 millones de euros en autopistas, carreteras y autovías y 259 millones en «infraestructuras de apoyo a la actividad económica».
Entre 2000 y 2006, además de el gasto en infraestructuras, cobraron importancia proyectos relativos al abastecimiento de agua y a la gestión de los residuos.
Castilla y León peleó mucho en el año 2006 para continuar como Objetivo 1.Precisamente porque la convergencia aún estaba lejos y perder esa condición suponía dejar de percibir cantidades muy importantes. Por ejemplo, solo para el PlanRegional de Empleo se calculaba que se perderían 28 millones de euros de fondos europeos (equivalentes a unos 40 millones actuales).De hecho se pidió la creación de un fondo estatal de compensación para «las zonas más deprimidas de la comunidad, que se encuentran por debajo del 75% de la media de renta europea, pese a que el conjunto de Castilla y León ha superado ese nivel», se explicaba.
Es una de las peculiaridades de la comunidad. Su extensión, la enormidad de su medio rural, tan disperso y con 2.248 municipios, y el diferente grado de industrialización, provocan que haya territorios que se encuentran por debajo de los índices europeos a pesar de que globalmente se hayan alcanzado los objetivos.Sigue pasando hoy.Soria,como Teruel yCuenca, ha conseguido el visto bueno de Europa para bonificar la instalación de empresas en esas provincias por su índice de despoblación.Zamora no se incluyó porque superaba por décimas la densidad de población requerida, pero solo es así porque la capital, que aún sostiene la demografía, desvirtúa la realidad del resto del territorio, que padece una despoblación severa.
Entre 2014 y 2020,Castilla yLeón recibió 979 millones de euros de fondos de cohesión, de los que 664,5 eran de aportación neta de la Unión Europea, con otros 335 de procedencia estatal. Por áreas, la lucha contra la crisis se llevó 309 millones. Se entregaron 192 millones para investigación e innovación y 52,7 para Medio Ambiente. Ahora está en marcha el plan hasta 2027.
Así ha cambiado Castilla y León en tres décadas
Una comunidad menos agrícola y más orientada al sector servicios. Ese es el gran cambio operado en Castilla y León, socioeconómicamente hablando, desde el año 1994. La agricultura y la ganadería ha perdido peso en el PIB regional, pasando de un 11% hace tres décadas a un 5,2% ahora, según informes del Consejo Económico y Social. Un porcentaje superior a la media española, en todo caso. Pero es que el sector servicios ha pasado de suponer el 54% al 67%.
Otra de las realidades que han cambiado drásticamente es la aportación del turismo. De poco más de dos millones a casi ocho millones de viajeros y de un número de pernoctaciones muy limitado, 3,4 millones, a más de 13 millones.
El paro juvenil era un problema entonces en toda España, muy por encima de la media europea con un 35%, y lo era en Castilla y León como lo es hoy, a pesar de contar con menos población por debajo de los 25 años. Era un territorio mucho más joven. Entonces, solo el 19% de los castellanos y leoneses tenía más de 65 años. Hoy suponen el 26,5%. La edad media de la población era de 40,7 años y hoy es de 48,3.
Es una comunidad, en lo macroeconómico, más competitiva, pero al mismo tiempo lastrada por una demografía que muestra un envejecimiento galopante y con la población concentrada en los grandes núcleos urbanos, algo que se ha acelerado en el siglo XXI con el crecimiento de los alfoces. Eso hace que prestar servicios básicos sea cada vez más caro.
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