El paro regional baja en un año la mitad que en España tras el repunte de enero

La habitualidad dice que el paro sube en enero y la afiliación sigue el camino contrario. En la serie histórica, el desempleo solo ha bajado en Castilla y León en una ocasión (1991), mientras que nunca se ha creado empleo con respecto a diciembre. El año pasado, hubo 1.300 parados más y 10.200 afiliados menos. La finalización de los contratos de la temporada navideña y el tránsito de un año a otro, momento que aprovechan las empresas para ajustar sus plantillas, hacen de enero un mes en el que la destrucción de empleo es una constante. En esto no ha habido novedad en 2023.

El Ministerio de Trabajó trata de dulcificar el dato del paro de enero con la explicación de que el repunte a nivel nacional (70.744 desempleados más, el 2,49% más que en diciembre) supone «una subida más suave que la de la media de la serie histórica en el mes de enero» y que el total de parados es el menor en este mes desde 2008. En el caso de la comunidad, los 3.635 nuevos desempleados son el triple del aumento del años pasado (1.300), pero menos que en 2021 (más de 5.000) y 2020 (unos 4.000). El dato se parece más al de 2019, con 3.900 de incremento.

La duda que queda ahora es la de saber si enero ha sido malo desde el punto de vista laboral simplemente porque siempre lo es, o si después de los síntomas de agotamiento que muestran los últimos datos conocidos la situación puede haberse torcido de una manera más que puntual. Quizá febrero pueda dar más pistas, ya que es habitual que en el segundo mes del año la afiliación experimente un repunte.

En cuanto a la evolución de las personas que están inscritas en la lista del paro, su incremento hay que atribuirlo sobre todo al sector servicios (3.394 desempleados más). La industria (125) el colectivo sin empleo anterior (54), la construcción (52) y la agricultura (10) también tuvieron más apuntados al SEPE que en diciembre de 2022.

La comparación interanual sigue mostrando cifras positivas, con 4.435 parados menos que en enero de 2022 y 7.397 afiliados más. Pero no tan positivas como las que arroja el conjunto de autonomías, ya que las tasas de variación son de un 3,41% menos parados (6,87% en España, es decir el doble) y 0,80% más afiliados (2,31% en todo el país).

La evolución del paro registrado en los últimos doce meses, además, esconde grandes diferencias según de qué sectores productivos se trate. En términos anuales, el desempleo disminuye de forma significativa en la agricultura (25,5%), sólida en la industria (9,9%), también notable en la construcción (5,8%) y de manera más endeble en el sector servicios (1,7%). Por el contrario, aumenta en el colectivo sin empleo anterior (7,2%), que agrupa a los jóvenes y a los parados de larga duración.

A nivel provincial, el paro subió con respecto a diciembre en todas la de la región. En Valladolid aumentó en 604 personas y en León, en 711. El número de cotizantes a la Seguridad Social se redujo en las nueve provincias, con 2.226 inscritos menos en Valladolid y 2.086 en León como caídas más abultadas. La menor se dio en Palencia, tanto en número (393) como en tasa (0,62%).

En el interanual, también las provincias tienen sus más y sus menos. De hecho, ya hay una provincia que tiene más parados que en enero del año pasado, Zamora, donde se da un repunte del 1,4%. Entre las bajadas, las hay del 5,8% como la de Palencia; con Valladolid (5,2%) y Soria (5%) cerca; y las hay también más pequeñas, como las de Salamanca (2%) o Segovia (2,5%).

El mes pasado, las actividades que más empleo perdieron en términos de afiliados a la Seguridad Social fueron la hostelería, con 2.251 menos; el comercio con 1.933; la administración pública con 1.437 y las actividades administrativas y los servicios auxiliares, con 1.408. En un segundo nivel figuraron las sociosanitarias (969), la construcción (863) y la industria (682).

A un año vista, los comportamientos ponen de manifiesto que hay trabajos que no arrancan en la pospandemia. Es el caso del comercio minorista, con 1.753 afiliados menos en el último año y el de las actividades administrativas y los servicios auxiliares con 1.163 menos. En el otro extremo, la hostelería tiene hoy 2.442 empleados más que doce meses atrás; la industria manufacturera, 2.177 más; la educación, 1.730; la sanidad, 1.391 y las actividades artísticas y recreativas, con 1.085.

De cada diez personas desempleadas que hay en la comunidad, cuatro son hombres y seis, mujeres. En cifras absolutas, 51.480 varones por 74.154 féminas. Con respecto al mes precedente, en Castilla y León aumentó el número de parados en el colectivo masculino en 1.295 inscritos (2,5%) y en 2.340 paradas en el colectivo femenino (3,2%).

En enero se registraron en Castilla y León 43.791 contratos, de los cuales fueron indefinidos el 36,9%, una cuota algo inferior a la de la media nacional (44,1%).

La tónica general en el ámbito del trabajo autónomo fue, como viene sucediendo desde hace años, negativa. El mes se cerró con 186.649 inscritos en el RETA, 1.332 menos que en diciembre del año anterior y 2.786 menos en la comparación anual.

Por otro lado, en el último mes del año pasado se presentaron en la región 26.086 solicitudes de prestaciones por desempleo y el número de beneficiarios escaló a 72.459, de los que la mitad percibieron la prestación contributiva (36.127) y el resto, el subsidio o la renta activa de inserción. La cuantía media de contributiva por beneficiario en Castilla y León fue de 886,79 euros, frente a los 929,63 de España.