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Portal de Belén con dos figuras de homenaje a los abuelos.
El belén de los Trebolle-Liz sigue creciendo

El belén de los Trebolle-Liz sigue creciendo

El nacimiento, en la iglesia de San Lorenzo, atrae cada año a unos 25.000 visitantes

l. sancho

Martes, 13 de diciembre 2016, 19:40

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140 figuras adquiridas en lugares tan diversos como Nápoles, Polonia, Sicilia o Barcelona, un escenario de 16 metros de largo y 2,5 de fondo y una recreación de los pasajes más importantes de lo acontecido durante la concepción, nacimiento y adoración a Jesús hace 2016 años. El belén de la familia Trebolle-Liz sorprende un año más, en su ya duodécima edición, con la incorporación de nuevas figuras y escenarios (las tiendas de Nazaret o el templo de Luxor, por ejemplo) en un minucioso relato de los acontecimientos religiosos narrados en la Biblia, donde no faltan guiños a la actualidad con la incorporación de un homenaje a los abuelos españoles mediante dos figuras de un matrimonio mayor que observan al niño ya en el portal. «Constituimos este homenaje por estos años pasados, por todo lo que los abuelos han ayudado a sus hijos y nietos para salir adelante», explica Feliciano Trebolle, presidente de la Audiencia Provincial y alma mater de uno de los nacimientos que cada año se erige en uno de los más visitados de la ciudad (entre 24.000 y 25.000 visitantes de media).

Junto con su esposa, María Elena Liz, y la colaboración de Juan Pablo Sánchez y José Ángel Camina, la iglesia de Nuestra Señora de San Lorenzo alberga una nueva edición de este belén, que este año se antoja un par de metros más largo de lo habitual y que permite así incorporar edificios como el templo de Luxor, hasta ahora sin exponer, con una perspectiva de su interior para encontrar la esfinge de Dios árabe.

La filosofía sigue siendo similar a la de los años anteriores. Cerca de cuarenta figuras en movimiento, algunas únicas, convierten este nacimiento en uno de los preferidos por los más pequeños de la casa. No en vano, Feliciano Trebolle lo denomina el «belén de los niños» porque son cada año más numerosos los que lo visitan. «Hemos tenido que apagar las luces en alguna ocasión porque era la única manera de que alguna madre se pudiera llevar a su hijo, que se quedaba mirando figuras durante cerca de media hora», comenta Trebolle.

No olvidar el relato

A ellos, pero en general a todos los vallisoletanos, va dirigida la narración de estos pasajes bíblicos a través de materiales como el poliespan, papel roca, musgo reutilizado, arena y serrín. Porque la familia Trebolle-Liz quiere recordar el significado de la Navidad a través de su belén, «que los vallisoletanos vean que esto es una tradición en España, pero que es uno de los acontecimientos religiosos más importantes para las personas creyentes. No se nos puede olvidar el relato», incide.

El nacimiento está así dividido en cinco localidades. Arranca en Nazaret, con la Anunciación, en un pueblo de casi tres metros de longitud, un taller de San José en movimiento, el templo de los desposorios y el primer sueño de San José. El recorrido sigue por un campo de los pastores, con un esquilador en movimiento, ovejas y carneros y un grupo napolitano «que es difícil de ver en cualquier otro punto de España, porque es una serie limitada». Aquí, además, hay un grupo José y la Virgen, embarazada.

La tercera fase es Jerusalén amurallada, con casas, el alto Ain-Karim, una María que se abraza a su prima Isabel y una plaza habilitada con perspectiva interior. La presentación de Jesús al sumo sacerdote y la pérdida y posterior hallazgo del niño componen otros dos pasajes.

Continúa con el palacio de Herodes, un campo con cascada que introduce Belén, el pasaje del empadronamiento, la búsqueda de la posada y el portal. La huida a Egipto y el posterior sueño de José en el que el ángel le anuncia que Herodes ha muerto cierra la narración.

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