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Lo llaman el 'síndrome del ladrón silente', por su evolución lenta y la ausencia de síntomas y dolores. Por eso, el glaucoma ocular ... es la segunda causa de ceguera en el mundo. Hoy, Día Mundial del Glaucoma, afectados y médicos advierten de la necesidad del diagnóstico precoz para minimizar los efectos de una lesión que no tiene cura.
En Castilla y León, el 50% de los más de 52.000 afectados por glaucoma sufren esta degeneración ocular sin diagnóstico, debido a la falta de síntomas.
De esta forma a las aproximadamente 26.000 personas sin diagnóstico en la región, se añade otro 45% de los confirmados (unas 12.000 personas), que abandonan sus tratamientos y pautas prescritas, lo que agrava los efectos de este mal.
El glaucoma es una lesión irreversible del nervio óptico provocada por el incremento de la presión intraocular. La pérdida de visión suele comenzar por la periferia del campo visual. No hay síntomas ni dolor, pero sí la sensación de «visión de túnel». Con el tiempo cada vez más estrecho.
El presidente del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas, Juan Carlos Martínez Moral, insiste en que «es asintomático y la detección precoz es el tratamiento más efectivo».
Después llegará un tiempo sin fecha en el que los colirios y otros medicamentos permiten frenar, que nunca curar, la evolución y la pérdida de visión. Incluso hay otros peligros añadido a los que sí han recibido la confirmación de los oftalmólogos. «El problema de las personas que lo padecen es que no notan una mejoría con su medicación porque nunca se recupera la visión perdida –explica la presidenta de la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF), Delfina Balonga–. Por ello, al final deciden no seguir el tratamiento, olvidándose de que esta es una enfermedad degenerativa y de que poco a poco en algunos casos, o de forma muy rápido en otros, pierden parte de la visión».
De ahí que las asociaciones de familias afectadas como AGAF destaquen la importancia que tiene la perseverancia en los tratamientos para evitar «más deterioro en la visión y la calidad de vida de los pacientes».
El único freno es el diagnóstico precoz, que podría evitar la ceguera en el 95% de los casos, al evitar daños adicionales y frenar el avance. Esas pruebas consisten en un examen del nervio óptico y mediciones de la presión ocular gracias a una topometría. Unas mediciones que se completan con más pruebas «indoloras y no invasivas», insisten los ópticos-optometristas.
Los principales factores de riesgo que pueden provocar la aparición del glaucoma son la diabetes, la presión intraocular alta (aunque no siempre se da con glaucoma), antecedentes familiares, miopía elevada (cinco o más dioptrías), hipertensión arterial o los tratamientos médicos con corticoides.
Después de las cataratas, este problema ocular es la segunda causa de ceguera en el mundo. Más de un millón de españoles sufren glaucoma, una cifra que se acerca a los 65 millones en todo el planeta.
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