«La carga brutal durante la pandemia me creó tal estrés y agobio que enfermé»
Una joven sanitaria de la comunidad relata su trastorno adaptativo «no por miedo al contagio sino por la dificultad para hacer bien mi trabajo»
El anonimato hace más grato continuar con su labor asistencial y fue su elección para tratar su ansiedad y estrés y para dejar constancia de su testimonio. Apenas llega a los 40 años y está casada y sin hijos. Trabaja en un centro de salud de una ciudad y la medicina fue siempre su pasión. Pero llegó el covid y, con él, un exceso de trabajo, «una carga brutal, inasumible, con bajas laborales de compañeros que no sustituían y con una enorme responsabilidad. Trabajábamos la mitad de la plantilla solo y con una pandemia. Tenías que atender, sin poder ver, a enfermos que no conocías porque eran de otro compañero; lo que hacía más difícil la consulta. Así durante dos años».
Una situación que provocó que esta médico se sumiera en el estrés y la ansiedad. «Trastorno adaptativo reactivo fue el diagnóstico. Vivía trabajando, soñaba con el trabajo. No desconectaba, le daba vueltas a todo», explica esta profesional. «No tenía miedo al contagio. No era eso. Era una agotamiento físico y mental. La incertidumbre de lo desconocido que era el covid. El que no se supiera tratar, qué hacer con tus pacientes. El teléfono te impedía verlos, estudiarlos. Todo sumaba en negativo. Era un agobio enorme porque no llegabas. Llegué a descargarme en casa el programa informático de Sacyl para poder seguir desde mi domicilio atendiendo casos, las ocho horas laborales no eran suficientes y seguía en mi tiempo libre», explica. Y, por si fuera poco, «los pacientes empezaron a enfadarse, a decir que no hacíamos nada, que el centro de salud estaba cerrado porque no había atención presencial y discutían por teléfono. Un teletrabajo que te obliga a afinar mucho en poco tiempo, en cinco minutos darle una solución. Fue horrible. Toqué fondo, una mañana me levanté con una calva enorme en la cabeza, síntoma del estrés. Hablé con mi entorno, hace ahora unos meses. Me dijeron que había esperado demasiado. Creía que podía con ello, estaba encerrada en esa necesidad de trabajar. En riesgos laborales me dieron apoyo psicológico, me fue bien». Luego ya entró en el PAIME y en sus consultas, que junto a una situación más relajada, no tan sobrecargada, le ha ayudado a reponerse. «Es una buena opción que recomendaría mucho».
