La factura de la luz amenaza la diálisis domiciliaria de 156 enfermos renales
El gasto asciende a 160 euros en un hogar sin pacientes electrodependientes, con ellos, la cifra puede duplicarse
Los recambios peritoneales, es decir, la extracción e introducción del líquido, los realiza una máquina durante la noche. Este proceso suele durar unas ocho o nueve horas, lo que generalmente permite que el paciente tenga el día libre y pueda desarrollar su vida laboral y personal de manera normal y activa. El hecho de poder llevar a cabo estos tratamientos en el domicilio presenta importantes ventajas frente a la hospitalización o a su desarrollo en los centros de diálisis. Reduce gastos, disminuye el riesgo de infecciones por contagio y se mejora la autonomía, calidad de vida y libertad de la persona atendida, apunta la propia Consejería de Sanidad. Es una opción no siempre posible y más habitual entre los enfermos renales jóvenes. Hace años que los nefrólogos intentan potenciar su uso que, además, es mucho más barato para la sanidad. En Castilla y León hay 156 enfermos renales con hemodiálisis domicilairias (38 en Valladolid), según los últimos datos de 2020.
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La subida del precio de la electricidad pone contra la cuerda a los pacientes con modalidades domiciliarias por su alto coste energético. Puede hasta duplicar su factura respecto a la del resto de hogares dependiendo del tratamiento. Pasar de 160 al doble. Tanto la Sociedad Española de Nefrología como la asociación Alcer de afectados advierten que las nuevas tarifas de la luz suponen un incremento medio de 30 a 60 euros al mes y unos 600 euros anuales. Ambos demandan en el Congreso de los Diputados medidas económicas, coordinadas entre todas las administraciones, para fomentar las terapias domiciliarias, más coste-eficientes que la hemodiálisis en centro sanitario, pudiendo alcanzar diferencias de hasta 25.000 euros a favor de las técnicas domiciliarias, lo que supondría más de 40.000 euros de diferencia por año de vida ganado ajustado por calidad.