¿Hay que obligar a los niños a terminar toda la comida del plato?
Los expertos recomiendan observar, ofrecer porciones adecuadas según lo observado y respetar las necesidades nutricionales de los hijos
El 83% de los niños come por encima de su apetito. ¿La culpa? De sus padres ('léase' abuelos, cuidadores...) No lo decimos nosotros. Un ... estudio de la Universidad de California llamado 'Just three more bites' ('Sólo tres bocados más') llegó a esta conclusión después de evaluar el ambiente familiar a la hora de comer en una muestra aleatoria de 142 familias de diferentes niveles socioeconómicos. La presión que ejercen los padres para animar al niño a comer 'sólo tres cucharadas más' funciona, sí, funciona, pero ¿merece la pena el resultado? La respuesta de los expertos es unánime: 'no', si se tienen en cuenta las actuales tasas de obesidad infantil, «uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI», según la define la Organización Mundial de la Salud (OMS). El número de niños obesos o con sobrepeso de 5 años o menos aumentó de 32 millones en 1990 a 41 en 2016. «Si continúan las tendencias actuales, el número de niños con sobrepeso u obesos en ese grupo de edad podría aumentar a 70 millones para 2025», señala la OMS.
Nunca, bajo ningún concepto, hay que obligar a comer a los niños. «Nunca», asegura María José Castro, médico especialista en Nutrición y Dietética. «Lo que hay que intentar es orientar, educar. Como para todo, para comer hay que tener unas normas, pero nunca hay que forzar. Los niños tienen suficientes reservas, siempre y cuando el crecimiento sea adecuado y los parámetros nutricionales normales. Hay niños que tienen más apetito y otros que tienen menos, no es cuestión de edad ni sexo», recalca Castro.
«No hay que chantajear («si te acabas el plato te compro...») ni jugar con la comida («que viene un avión...»). Hay que dejar que cada niño vaya adaptando el apetito», señala esta médico especialista en Nutrición y Dietética. Hay que permitir que los niños se autorregulen las calorías que toman y evitar obligarles a que se acaben las comidas si no tienen hambre. Cada niño es un mundo y sus necesidades nutricionales únicas. La ingesta de alimentos no puede establecerse ni por edades ni por sexo. Según el estudio 'Just three more bites' ('Sólo tres bocados más'), el 85% de los padres obliga a sus hijos a comer todo lo que está en su plato, aunque los niños no quieran más. Sólo el niño sabe la cantidad de comida que necesita. Obligar a un niño a terminarse la comida del plato es establecer unos hábitos alimentarios inadecuados. Si la oferta de alimentos es saludable los hijos sabrán cuánto comer para cubrir sus necesidades. Los expertos recomiendan observarles, ofrecerles porciones adecuadas según lo observado y respetar sus necesidades.
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