La construcción ve peligrar su renacimiento en Castilla y León por la carencia de trabajadores cualificados
Los cursos de formación gratuitos están casi vacíos a pesar del ritmo creciente de actividad
Hay trabajo y va a haber más; el problema es que quizás no haya quien lo desempeñe. Así puede resumirse el sentir del sector de ... la construcción en la provincia en particular y en toda la comunidad autónoma en general. Es, además, una conclusión que emana de los datos estadísticos y que coincide con las valoraciones expresadas por los agentes implicados. Como consecuencia de una debacle que empezó en este sector y terminó por arrastrar a toda la economía, la construcción parece seguir cargando con el estigma de ser una actividad 'poco de fiar'. Si antes los jóvenes dejaban de estudiar ávidos de hacer carrera en el ladrillo, ahora no quieren acercarse a una obra ni siquiera los que le tienen tirria a hincar los codos.
Las nuevas formas de trabajo asociadas al avance tecnológico, el uso de nuevos materiales y la mejora de los procesos productivos requieren, para la patronal del sector, «una fuerza de trabajo cada vez más formada y profesionalizada, y con un adecuado relevo generacional». Sin embargo el porcentaje de trabajadores de la construcción menores de 35 años ha pasado del 42% de hace diez años al 19% de 2018, según el Observatorio Industrial de la Construcción. En la actualidad, apenas el 9% es menor de 30 años. A la vez, el porcentaje de mayores de 50 ocupados en el sector sigue una tendencia creciente lo que, según advierte el Ministerio de Trabajo en una Guía de envejecimiento activo en la construcción, «podría dar lugar a una subida en la incidencia de determinadas enfermedades profesionales».
En la Fundación Laboral de la Construcción de Castilla y León tienen claro que se necesitan nuevos trabajadores y que hace falta formación para los más jóvenes. Su presidente, que también lo es de la patronal sectorial (CCLC), advierte de que el sector vuelve a crear empleo pero no encuentra personal formado y cualificado. Según lamenta Javier Vega, ni siquiera encuentran interesados suficientes como para completar los cursos. La fundación, integrada por representantes de los sindicatos y los empresarios, centra su labor en la prevención de riesgos laborales y la formación de los trabajadores.
El sector presenta un paro registrado similar o inferior al de antes de la crisis, pero con miles de ocupados menos
A día de hoy, el mercado laboral del sector se caracteriza por un nivel de ocupación creciente, si bien muy distante del alcanzado en los años de la burbuja inmobiliaria, y una tasa de desempleo históricamente baja. Es decir, con déficit de mano de obra.
Sucede en provincias como Valladolid, donde hay en la actualidad 13.500 ocupados (EPA del segundo trimestre), frente a los 24.000 que había en 2008; y 540 desempleados, cuando en el mismo periodo de 2008 había 2.630. Registrados hay 1.587 parados (julio), frente a los 1.663 de julio de 2007. Tan gran diferencia entre los pocos parados de la EPA y los del Ministerio de Trabajo (cinco veces más) deja entrever que la fragmentación de la contratación es un importante condicionante del mercado laboral en el sector... y que la economía sumergida podría estar también jugando su papel.
En Segovia ocurre algo parecido, con 4.900 ocupados frente a los 9.600 que llegó a tener y una cifra de parados que ha pasado de 1.120 a 390. O en Salamanca: 4.900 ocupados, por 14.000 al inicio de la crisis; y apenas 120 desempleados, por los 430 anteriores. En Palencia, mientras, el tránsito es de 7.100 a 4.200 ocupados; y de 510 a 210 parados.
En afiliación a la Seguridad Social y para analizar el comportamiento del sector constructor en los últimos tiempos, encontramos que la variación anual de julio a julio es bastante heterogénea dependiendo de la provincia: mientras en Valladolid ha crecido el 4,4% y en Segovia, el 1,7%; en Palencia apenas lo ha hecho el 0,2% y en Salamanca incluso ha descendido, el 0,3%.
La patronal del sector proclama que en la construcción «hay y va a seguir habiendo trabajo pero falta gente»
Los números, así pues, corroboran los planteamientos de los empleadores. «La gente no quiere volver a un sector en el que saben que se pasó muy mal. Ni siquiera los más jóvenes, a los que se les ofrece formación gratuita y no acuden. A pesar de que es una realidad que en el sector vuelve a haber trabajo y todo apunta a que va a seguir habiéndolo», explica Alberto Soto, presidente de la patronal vallisoletana de la construcción (Aveco).
Así que faltan aprendices, albañiles y peones, pero también especialistas: caravisteros, yeseros, carpinteros, fontaneros, electricistas, soldadores, gruistas... Para Soto, la aversión a 'la obra' no es una cuestión de salarios. «Los convenios sectoriales incluyen subidas del 2,5% y las relaciones laborales son buenas, aunque lógicamente los sindicatos querrían más y nosotros no es que queramos menos, sino lo que es posible», añade el representante empresarial, que deja caer que las remuneraciones del sector son mejores que en la hostelería, sector que parecen preferir los jóvenes menos cualificados.
Según la Encuesta anual de coste laboral de 2018, el sueldo medio en la construcción en Castilla y León es de 21.358 euros (el 7% mayor que un año antes), frente a los 19.498 euros que se cobran en el sector servicios y los 24.797 de la industria.
Las medias estadísticas, sin embargo, no acaban de convencer a los sindicatos. Desde CC OO, el secretario regional de Acción Sindical de Construcción y Servicios advierte de que si se baja al detalle de las ocupaciones (peón, encargado..) y de las diferentes provincias, las remuneraciones son el principal problema a la hora de hacer atractivo el sector. «No soy optimista -advierte Óscar Ferrero-. El empleo crece desde 2017, pero lo hace de manera precaria y en este sector la precariedad es peligrosa, como demuestra el incremento en los accidentes laborales».
Los sindicatos creen que la pérdida de atractivo tiene que ver con la precariedad y los sueldos»
Para el representante sindical, es preciso «hacer más atractivos los convenios colectivos, con mejores salarios y también mejores criterios». Por ejemplo, explica, «no tiene sentido que un oficial de 3ª cobre en Zamora 1.200 euros al año más que en Valladolid, que es una provincia con mucha más actividad». Según comenta, mientras Burgos y León tienen los mejores convenios y Valladolid y Salamanca, peores, es en estas dos últimas provincias donde más repunte de actividad se produce.
«Antes de la crisis en la construcción se ganaba bastante dinero, mientras que ahora no es así y tampoco hay estabilidad. No se encadenan las obras, hay parones y aunque no decimos que todos los contratos deban ser indefinidos, sí que tengan una cierta continuidad», señala.
Visados de obra
La tramitación de visados de obra, aun con altibajos, muestra una evolución de la actividad constructora en general positiva. En Palencia, por ejemplo, el año pasado se concedieron 379 para obra nueva, ampliación o reforma, el 56% más que un año antes, mientras que hasta mayo de 2019 el crecimiento es del 129%, hasta 170. En Valladolid, donde los 1.334 del año pasado supusieron un aumento del 37%, este año han bajado el 11% en los cinco primeros meses. Segovia sufrió una caída también del 11% el año pasado (407 visados), pero este año aumentan el 21%. En Salamanca, los 690 del ejercicio anterior representan un avance del 3,5%; aunque este año caen el 6%, hasta 256.
«La gestión del suelo y la obra nueva es una ecuación compleja con muchos condicionantes», opina Alberto Soto. «Para edificar hay que comprar suelo, costear la construcción y contar con un margen de beneficio. Los costes se han encarecido y el suelo ni ha bajado de precio ni tampoco abunda, por lo que en ciudades como Valladolid corremos el riesgo de que no haya suficiente en el caso de que siga aumentando la apetencia por la vivienda». Soto cree que los planes de ordenación urbanísticos deberían elevar la disponibilidad de suelo y promover su edificabilidad.
En este contexto, la Fundación Laboral de la Construcción se afana en ingeniárselas para impulsar la formación y el empleo entre los trabajadores y empresas del sector, con especial hincapié en atraer a los jóvenes y a las mujeres. Pero las aulas están semi vacías o aun peor, los cursos no llegan a impartirse. El curso con mayor número de alumnos a nivel nacional en 2018 fue el de Eficiencia Energética de Edificios, seguido de Fundamentos básicos de BIM (modelado de información de construcción) y Medidas pasivas para la rehabilitación energética de edificios.
El perfil del trabajador que se forma en la fundación Castilla y León es un hombre (94,8%), de entre 36 y 45 años de edad (30,2%) y ocupado (54,7%). El porcentaje de alumnos extranjeros se situó en cifras similares a las de 2017, con el 10,7% del total.
La subida de precios endurece el esfuerzo para pagar la hipoteca
De un panorama (de crisis) donde la bajada de precios de la vivienda parecía no tener fin y la hipoteca era un bien (¿o un mal?) más asequible que anteriormente, pero escaso; hemos pasado a otro (de recuperación) en el que el metro cuadrado vuelve a subir de una manera más o menos sostenida y la hipoteca empieza a apretar el bolsillo. Según han advertido los registradores de la propiedad, los indicadores de accesibilidad a la vivienda encadenan varios trimestres al alza.
En Castilla y León, el precio medio del m2 de la vivienda libre experimentó en el segundo trimestre del año un crecimiento interanual de apenas el 0,2%, hasta 1.011 euros/m2, según datos de la tasadora Tinsa. Desde los valores máximos alcanzados en 2007, el valor de los pisos en la región se ha depreciado el 38,8%. En la región el precio de la vivienda alcanzó su máximo en el tercer trimestre de 2007 con 1.653 euros/m2 y el mínimo se registró en el primer trimestre de 2001, con 913 euros.
Respecto al precio de la vivienda en la ciudad de Valladolid, el crecimiento interanual es del 8,4%, hasta 1.320 euros/m2, pero el desplome acumulado es también y todavía del 38%. La tasadora señala que el plazo medio de venta de una vivienda en la provincia se sitúa en siete meses, por debajo de los 8,16 que se tarda de media en España.
En la capital segoviana, el precio de la vivienda no acaba de encontrar su 'suelo' o pista de aterrizaje y lleva casi tres años sin bajadas claras, pero sin que tampoco se registren subidas. De hecho, desde los valores máximos alcanzados en 2007, el valor de los pisos en la ciudad arrastran según la tasadora una depreciación del 50,7%. En el segundo trimestre del año experimentó un descenso interanual del 0,8%, hasta 1.227 euros/m².
En la ciudad de Palencia, el crecimiento interanual es del 5,4%, hasta 1.162 euros/m2, pero el desplome acumulado es todavía del 34,9%. La tasadora señala que el plazo medio de venta de una vivienda en la provincia se sitúa en 12,3 meses, por encima de los 8,16 que se tarda de media en España.
En la capital salmantina, el crecimiento interanual es del 64%, hasta 1.448 euros/m2, pero el desplome acumulado es todavía del 39,5%. La tasadora señala que el plazo medio de venta de una vivienda en la provincia se sitúa en 14,5 meses, por encima de los 8,16 que se tarda de media en España.
Con un escenario de precios al alza, el esfuerzo que se ven obligados a hacer los compradores para sufragar la vivienda sigue el mismo camino. Según señala el Colegio de Registradores, «el deterioro de los indicadores de accesibilidad ha continuado en el comienzo de 2019, dando lugar a cuatro trimestres consecutivos con ascensos», lo que eleva el porcentaje de cuota hipotecaria mensual media con respecto al coste salarial. La cuota hipotecaria mensual media del primer trimestre se ha situado en Castilla y León en 426 euros (587 en el conjunto de España) y su porcentaje con respecto al coste salarial mensual medio es del 24,8%, tras haber repuntado desde el 23,6% del mismo periodo de 2017. En el año 2014 llegó a superar el 30%, tasa en la que se encuentra actualmente en el conjunto del país. «El motivo de este ascenso han que buscarlo en el aumento de los tipos de interés y la reducción de los plazos de contratación de los créditos.
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