Confirman un fallecimiento por fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en León
Sanidad informa de otro caso de esta enfermedad en otro varón de la misma provincia, en el Bierzo
El Ministerio de Sanidad ha confirmado la muerte de un hombre de 51 años, vecino del Bierzo, por fiebre hemorrágica de Crimea-Congo el pasado mes de junio, concretamente el día 19. El varón, agente medioambiental, había fallecido en el hospital de la comarca con diagnóstico probable de intoxicación por sulfato cuprocálcico, shock hemorrágico y coagulopatía.
La PCR a tiempo parcial resultó positiva frente a la enfermedad, sin que hubiera antecedentes de picadura de garrapata. Sin embargo, habría estado sulfatando su huerta 24 horas antes de comenzar con síntomas. Inicialmente fue diagnosticado con una infección respiratoria con cefalea, pero después desarrolló malestar abdominal, diarrea y el día 16 de junio fue ingresado con una coagulopatía grave, experimentando deterioro progresivo hasta su fallecimiento tres días después.
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El otro caso corresponde a un cazador, con antecedentes de picadura de garrapata, que inició síntomas el 12 de julio y se encuentra en situación estable, según se recoge en el informe elaborado por el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. El día 16 de julio fue hospitalizado y se le observó la elevación de transaminasas y trombocitopenia, por lo que el 19 de julio el Centro Nacional de Microbiología confirmó mediante PCR a tiempo real la positividad frente al virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo.
Doce casos desde 2013
Entre 2013 y 2022 se han confirmado un total de doce casos con cuatro fallecimientos en España, uno en 2013 en Ávila, dos en 2016 -uno de ellos también en Ávila-, dos en 2018 en Badajoz y Salamanca, tres en 2020 en Salamanca, dos en 2021 en Salamanca y León. Además de los dos que se acaban de notificar y producidos en el Bierzo.
No es la primera vez que se detecta un caso de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en El Bierzo, sino que el 10 de junio del pasado año se confirmó otro caso en una mujer que había estado en algunos lugares de Ourense, alrededor de la Ribera Sacra. Este fue el primer caso en esta zona, considerada hasta ese momento de bajo riesgo y que en este momento se considera moderado, especialmente en la población con una mayor exposición a picaduras de garrapatas, es decir, personas en contacto con animales o que realizan actividades al aire libre en el campo.
