Ávila se contagia de la fiebre amarilla
La nueva formación, Por Ávila, irrumpe en el Consistorio de la capital con once concejales. El partido, liderado por Jesús Manuel Sánchez Cabrera, se hizo además con otras diez alcaldías
Al grito de «alcalde, alcalde», saludaba eufórico Jesús Manuel Sánchez Cabrera desde el pequeño balcón de la sede de Por Ávila, en la Posada ... de la Fruta (muy cerca del Ayuntamiento de la capital) a las decenas de simpatizantes que coreaban su nuevo cargo pasadas las dos de la madrugada del domingo 26 de mayo. 11.223 votos y once concejales le habían elevado a lo más alto de la política local y convertirán a Por Ávila (XAV) en el primer partido, de los últimos 28 años, que desbanca al PP del mando municipal. En la provincia lograron diez ayuntamientos con mayoría absoluta y ochenta concejales.
Sánchez Cabrera (Ávila, 1982) es el rostro de un movimiento social que se ha dejado sentir en Ávila y que en tan solo tres meses (en febrero tuvieron su primer acto después de registrarse como partido político solo unas semanas antes) ha superado a las grandes formaciones en el Ayuntamiento y ha desbancado, hasta desaparecer, a las pequeñas. «Por Ávila es un fenómeno social», explica el presidente de la formación, José María Budiño, que fue asesor en la Diputación Provincial de Sánchez Cabrera. Allí se conocieron y congeniaron. «Me gustó mucho su forma de gestionar, pisando mucho la calle, hablando con la gente», explica Budiño, convencido de que ese es el 'milagro' que les ha elevado a los altares políticos en una capital tradicionalmente conservadora y poco acostumbrada a los cambios. «Hasta nosotros estamos sorprendidos con el resultado y eso que yo soy optimista. En los mejores pronósticos apostábamos por nueve concejales, pero once...», apunta Pedro Pascual, el procurador que la formación amarilla sacó bien entrada la madrugada del domingo arrebatándoselo a su principal rival, el PP.
Este hecho les sitúa en una posición privilegiada. Pueden gobernar en solitario o pactar. «Nos han visto como el voto útil», explica el futuro regidor que ya advierte de que solo pactará con «los que garanticen, por escrito, inversiones para Ávila, tanto de la administración regional como estatal». Así lo repite en cada una de las entrevistas que ha concedido en la última semana (en solo dos días hizo catorce) y lo escribe cuando le da tiempo a contestar a los miles de mensajes que ha recibido a modo de felicitación. La noche electoral le entraron 1.290 al 'WhatsApp'.
«Golpe de Estado»
El nuevo procurador, Pedro Pascual, es médico y trabaja en el 112, puesto que compaginará con su labor en el parlamento autonómico durante la legislatura. Fue el director médico del Hospital Nuestra Señora de Sonsoles de Ávila y ocupó un puesto de salida en la lista del PP al Ayuntamiento de Ávila cuando la lideraba Miguel Ángel García Nieto, ahora también procurador por el PP; y en la pasada legislatura fue el número 5 de la candidatura autonómica del PP por Ávila, cuando la encabezaba Alicia García. En ninguna de las dos ocasiones salió.
Y es que, detrás de Por Ávila (XAV) se han refugiado algunos conocidos de la política abulense «hartos de que no se hiciera nada», como explicaba el propio Sánchez Cabrera, que fue presidente de la Diputación abulense en la última legislatura hasta que una moción de censura impulsada por el PP y apoyada por UPyD le desbancara de la presidencia.
Había llegado al poder de la institución provincial protagonizando un «golpe de Estado», como lo calificaron entonces su excompañeros de partido. Sánchez Cabrera preparó durante semanas, en secreto, un asalto a la diputación en contra del candidato oficial del PP a la Presidencia, Pablo Luis Gómez. Contó con el respaldo de un numeroso grupo de alcaldes de la provincia y aquel 25 de junio de 2015 se convirtió en presidente de la corporación provincial tras un sorprendente golpe de mando y postulándose contra su propio compañero. Contaba con el apoyo de ocho de los 14 diputados del PP. Los presentes se quedaron de piedra y en una rápida decisión de la dirección del partido, acordaron apoyarle en su totalidad.
Allí estaba el entonces diputado por Ávila y hoy presidente del PP, Pablo Casado, que no ha olvidado lo que ocurrió. De hecho, fue una decisión personal suya la que movió a Sánchez Cabrera como cabeza de lista al Ayuntamiento (que era la idea del partido provincial) e impuso a la candidata Sonsoles Sánchez Reyes. Lo anunció pocas horas antes de cerrarse el plazo para registrarlo y después de que se diera por hecho –el propio Sánchez Cabrera así lo reconoció–, que él sería el cabeza de cartel.
Y así se llegó a febrero cuando un grupo de personas de la entera confianza de este empleado de la banca y con «madera de líder», como le reconoce el presidente de los hosteleros abulenses, Víctor Gómez, crearon un nuevo partido. Lo llamaron Por Ávila, «porque es lo que defendemos. No queremos que la gente se vaya y no vuelva, y porque nos rebelamos ante la situación de abandono que sufrimos», explicaron.
«La ciudad estaba cansada y esta gente tiene gancho, genera expectativas», expresa el presidente de los hosteleros convencido de que «necesitábamos un líder que gestionara la ciudad como si fuera una empresa». Representa a uno de los colectivos que mejor palpan la realidad social en una capital eminentemente turística. Pero los empresarios abulenses comparten la misma opinión. Juan Saborido, presidente de CONFAE (Confederación Abulense de Empresarios) no disimula la «esperanza» y no esconde la «alegría» que sienten tras cuatro años «en los que hemos estado paralizados. Estábamos olvidados de la mano de Dios por la inacción tanto del PP como de la oposición», y habla en nombre del colectivo al que representa cuando advierte de que ya se han puesto «a su disposición para ayudar en todo lo que nos pidan». Algo más parco se muestra el líder provincial de UGT, Javier García que reconoce, no obstante, que la masa laboral «tenía ganas de un cambio» aunque interpreta el ascenso de Por Ávila «como un castigo al Partido Popular».
Esperanza
En definitiva, todos tienen la esperanza puesta en este político, con una carrera no exenta de polémica, que se ha ganado el apoyo de la gente por su «labia y su don de conversación». Esto último se lo reconocen hasta sus excompañeros en el PP que siguen sangrando por la herida aunque públicamente le restan importancia. El presidente, Carlos García, se limitó únicamente a reconocer el «traspiés tan importante» que habían sufrido en el Consistorio y a prometer una reflexión por ello.
Poco a poco, convocando y expresando «siempre mensajes positivos» a través de las redes sociales, los de Por Ávila han tejido una tela de araña que ha terminado fagocitando a una parte importante de la sociedad abulense. «¿El éxito? Que hemos explicado las cosas muy bien. Hemos estado muy cerca de la gente y tenemos las tres cosas que hay que tener: proyecto, confianza y equipo», detallaba el líder de la formación.
La candidatura municipal está formada por gente joven y muy conocida en la ciudad. Hay empresarios, hosteleros, profesionales de todos los sectores y también conocidos de la política. Algunos de ellos coincidieron con Sánchez Cabrera en Nuevas Generaciones y desde entonces han crecido juntos. Defienden que su gestión se basará en el diálogo con todo el mundo y en la máxima de llegar al consenso. «La gente estaba harta de la falta de política por parte del Ayuntamiento de Ávila», asegura el futuro alcalde de la ciudad. Y es algo que ratifica también el portavoz de los hosteleros que califica como un «soplo de aire fresco» la llegada de este grupo de jóvenes abulenses que no se han resignado a dejar su tierra para no poder volver. «No queremos que eso le pase a nuestros hijos», explican desde la formación que se ha apoyado precisamente en el ingenio infantil para construir su logo. Es una cruz amarilla «porque es el color con el que los niños pintan siempre la muralla, que es lo más significativo de Ávila».También es el color del independentismo. «Bueno, no llegamos a tanto pero sí que somos provincialistas», ironizan.
En los últimos días ya han llegado a los 257 afiliados (50 euros al año) y poco a poco van sumando más, algunos incluso procedentes de otras formaciones políticas. Por la calle, la gente les para y les felicita por la hazaña electoral. Llevan una semana frenética y se han subido a la cresta de una ola de la que, por lo menos durante los próximos cuatro años, no están dispuestos a bajar. «En las próximas vamos a por un diputado y un senador», dicen. Esto acaba de empezar.
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