Alfredo Corell: «La quinta ha sido una ola perfecta para el virus, pero ya hemos alcanzado el pico»
El inmunólogo explica que se deberá aprender «a convivir con el virus y determinar qué número de muertes vamos a asumir al mes o al año»
Hace dos meses, el 25 de junio, los casos notificados de covid-19 en Castilla y León fueron 119. Una semana después, ya en julio, ... la cifra de positivos se había incrementado de forma explosiva y el dato ascendía hasta los 909 nuevos diagnosticados. La quinta ola irrumpió con fuerza en la comunidad, subiendo todas las incidencias, el número de ingresos y los fallecidos, si bien la vacunación hizo que el dato más duro no sufriera un gran incremento en comparación con olas pasadas. A pesar de ello, la comunidad encadenó ayer 42 días consecutivos con decesos por coronavirus. 233 personas han perdido la vida desde el 15 de julio, último día sin fallecidos por la enfermedad.
«Ha sido la ola perfecta para el virus», explica Alfredo Corell, inmunólogo y profesor de la Universidad de Valladolid. Y es que durante los últimos días de junio convergieron una serie de factores diferenciales que favorecieron este incremento. Variante Delta, personas con la pauta completa que dejaban de tomar precauciones, final de los cursos escolares y un consiguiente aumento de la movilidad de los jóvenes -no vacunados en aquel entonces-. Y un «factor fundamental», como puntualiza el inmunólogo, el final del uso de la mascarilla en exteriores el pasado 26 de junio.
Desde ese día, 21.771 personas han contraído la enfermedad en Castilla y León. Dos meses después, Corell afirma que ya «estamos en la decaída y en el final de esa quinta ola». «El pico de fallecidos ha sido esta semana, los contagios ya llevan bastantes días en descenso y el máximo de ingresos y de pacientes en UCI también se ha alcanzado», añade. En Castilla y León, los positivos se han reducido un 22% respecto a los notificados hace siete días y los hospitalizados en planta y en unidades de cuidados intensivos han disminuido un 14% en ambos casos. El número de decesos todavía se mantiene, pero, como asevera el profesor de la UVA, este número siempre es lo último que se reduce.
Aprender a convivir con el virus
«Esta ola ha sido muy diferente a las demás gracias a la vacunación», explica Corell. «En la primera, hubo más fallecidos que diagnosticados, la segunda y la tercera tuvieron estos dos aspectos más relacionados; la cuarta, aunque olita, fue más parecida a esta, donde podemos ver una incidencia altísima pero una mortalidad muy baja gracias a la vacunación», añade.
De hecho, España está a punto de alcanzar el 70% de la población que ya ha recibido la pauta completa, Castilla y León lo hizo la semana pasada. En ese aspecto, el catedrático explica que «la inmunidad de grupo es inalcanzable, porque se acerca mucho al 100% y las propias características hacen que sea algo utópico». Con esto, el inmunólogo habla de que las vacunas pueden reducir su inmunidad en personas con defensas bajas, que no son esterilizantes al 100% o que no evitan la propagación del virus, sí el desarrollar una infección grave. Por eso, una vez alcanzado ese objetivo de vacunación, Corell opina que se debe buscar otra estrategia y aprender a convivir con el virus. «Habrá que determinar qué número máximo de fallecidos por covid vamos a asumir al año o al mes, qué tasa es con la que vamos a convivir incorporando las muertes por coronavirus como una causa de muerte más en nuestro día a día», explica.
Sobre la posibilidad de una tercera dosis
Corell se muestra tajante en este aspecto y, aunque ve «seguro» que algunos colectivos necesiten otra dosis en algunas semanas o meses, no considera necesario administrar una tercera vacuna para todo el conjunto de la población. «Deberíamos pensar en un plan a nivel global, esas terceras dosis masivas se podrían mandar a los países en desarrollo para buscar aumentar la inmunidad a nivel planetario. Es algo solidario pero a la vez egoísta, porque en esas naciones también es más fácil que puedan surgir nuevas variantes, incluso alguna que nos rompa los esquemas», explica.
Situación en las residencias
Durante las últimas semanas también se ha podido ver la aparición de ciertos brotes en residencias, como el que tuvo lugar en Dueñas, Palencia, este último mes. Desde el 16 de julio, ocho personas han fallecido en estos centros en Castilla y León. Algunos trabajadores funcionan como vía de entrada del virus ya que, como se ha expresado previamente, las vacunas no evitan el contagio. Además, hay empleados que no están vacunados.
«Ese es otro debate en el que nos debemos plantear algunas cuestiones legislativas y ver si es necesario revisitar algunas leyes, siempre con respeto a los derechos fundamentales. No podemos obligar a la gente a vacunarse, pero sí podríamos plantear que aquellos trabajadores que no lo hayan hecho se deban someter a una PCR cada dos días para hacer de las residencias un espacio con las máximas condiciones de salud». finaliza.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión