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José Valín observa la calle Muro de Valladolid desde el balcón de su despacho en la CHD.
«Incluiré en 2015 la construcción de ocho pequeños embalses en Castilla y León»

«Incluiré en 2015 la construcción de ocho pequeños embalses en Castilla y León»

José Valín, presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero

sonia andrino

Lunes, 22 de septiembre 2014, 16:35

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A falta de una semana para que termine el año hidrológico, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), José Valín, analiza para El Norte en las oficinas de la vallisoletana calle Muro. Su pasión por la etimología le lleva a explicar la procedencia del nombre del río que preside la Cuenca y asegura que es una evolución fonética del antiguo Turi-o que los latinos transformaron en Duri-us y que, por diptongación, derivó en la palabra Duero. Lo curioso es que en esas lenguas célticas Turi significaba río, con lo cual, le llamaron con una redundancia habitual, el río Duero, es decir, el río río. Desde hace casi tres años, Valín se encarga de su gestión y, en la campaña que concluirá el día 30, dice, la ausencia de problemas ha sido la tónica.

Aún así, los embalses están por debajo del 45% de su capacidad ¿se terminará bien la campaña?

El año empezó muy bien desde el punto de vista de las necesidades de la campaña. Llegamos a tener cerca del 93% de volumen de los embalses llenos a principios de abril, lo que pasa es que luego no ha llovido prácticamente nada. La primavera fue muy seca y luego el verano ha sido, no solo seco, sino prolongado, y salvo las últimas lluvias, globalmente han aportado poco. Es cierto que ya hay algunos cauces como son el Carrión y el Órbigo que están por debajo del 30% y además, hemos tenido que recortar la salida de agua de los embalses del Carrión a cuatro metros cúbicos por segundo para poder mantener un nivel a final de la campaña que esté cercano al 25%.

Entonces, ¿se garantiza el riego de los principales cultivos?

Yo creo que en general se va a terminar la campaña bastante bien porque se ha podido regar todo lo que se ha querido sin ninguna restricción. Lo que está quedando por regar ahora mismo es algo de maíz y remolacha, pero en general se considera que va a ser suficiente.

En su momento se anunció la construcción de pequeñas balsas de regulación, ¿hay alguna en proyecto?

No. Estamos en este momento con los procesos de evaluación de impacto ambiental correspondientes a los tres pequeños embalses previstos en el río Carrión, que realmente estarían ubicados en el río Cueza. Ahí se ha hecho ya la información pública correspondiente a la evaluación de impacto ambiental. En las dos balsas previstas en el río Órbigo estamos a punto de sacar la información pública correspondiente a la evaluación de impacto ambiental. Esperamos que estos trámites se terminen avanzado el verano de 2015 y a partir de ahí es cuando desarrollaremos el proyecto de detalle aunque la construcción no creo que empiece antes de 2017. Teníamos también dos embalses pequeños en el río Eresma, el de Ciguiñuela y el de Carboneros, y en esos estamos realizando los trabajos técnicos previos al anteproyecto y a la información público.

¿Por qué se construyen ahí?

Las del Carrión y las del Órbigo son claramente porque tiene una zona regable que no pueden abastecer una buena parte de los años con las aguas reguladas en los embalses correspondientes. El Carrión tiene dos embalses (Camporredondo y Compuerto) que, en su conjunto, tienen aproximadamente 165 hectómetros cúbicos, y no tienen agua suficiente para las más de 60.000 hectáreas de la zona regable. Por su parte el Órbigo, con una zona regable similar, tiene un embalse con 308 hectómetros cúbicos que es también insuficiente. Hay que tener en cuenta también que las aguas del Carrión se utilizan para abastecer Valladolid y las del Órbigo, parte de León.

Solución provisional

¿Y las del Eresma?

En este caso, tienen una doble misión. El de Ciguiñuela sería para abastecer Segovia y al mismo tiempo para regular las avenidas de la cuenca del Eresma, y para poder atender sobre todo la recarga de los acuíferos vinculados a todos los pozos de las zonas de Segovia y Valladolid, más o menos cercanos.

El trasvase de agua desde Riaño hasta el Carrión empezó siendo una solución provisional, ¿terminará convirtiéndose en duradera?

No. Gracias a eso se han podido atender estos años los riegos del río Carrión, pero los embalses que estamos proponiendo para ese río son precisamente para evitar en buena medida esos trasvases desde el río Esla porque este río tiene que tener un desarrollo mayor de regadíos del que tiene. Está pendiente una buena parte del desarrollo de los regadíos de Riaño en toda la zona de Payuelos leonesa, con lo cual, lógicamente, los sobrantes que ahora tiene el Esla, no los tendrá en el futuro y es necesario prever todo eso.

En la zona de Payuelos están hechas 6.000 de las 39.000 hectáreas de regadío. Parece otro proyecto histórico. ¿Por qué va tan lento?

Eso no me corresponde a mí porque la Confederación tiene todas las infraestructuras hechas. En estos regadíos de Payuelos el ámbito hidráulico del Ministerio ha desarrollado ya el Canal Alto de Payuelos; está desarrollando el Canal Bajo, a punto de terminar, y se construyeron además tres grandes arterias desde el Canal Alto, que son la arteria centro, la arteria Cea y la arteria Esla. Lo que hace falta es seguir desarrollando la parte tradicionalmente agraria, es decir, la distribución.

Pues hablemos de otro proyecto histórico, la presa de Castrovido, ¿cuándo terminarán las obras?

Está construyéndose a un ritmo de crucero después de las dos paradas que ha tenido. Se contrató en 2002 y se paralizó en 2004 en la etapa de la ministra Cristina Carbona y así se mantuvo parada hasta 2010 por razones en las que yo no entro a valorar pero que, de cualquier forma, no comparto. Cuando se reiniciaron, aunque modificando el proyecto inicial, después se paralizaron como consecuencia de un accidente, y cuando yo llegué tuve que encargarme de ponerlas de nuevo en marcha. En estos momentos se están invirtiendo más de dos millones al mes en hormigonado de esas obras. Prevemos que puedan estar terminadas en 2017 y en estos momentos está ejecutado algo más del 60% del volumen de la inversión.

¿Será la última gran presa que se construya?

A corto plazo sí. La penúltima ha sido Irueña, que es una presa construida para regular el río Águeda que tiene unas crecidas muy grandes que afectaban a Ciudad Rodrigo. Sí, Castrovido es la última gran presa que se construirá en este periodo y que tiene un doble objetivo. Por una parte, unas hectáreas que dependerán del regadío regulado con esa presa y evitar las grandes crecidas del río Arlanza, que inunda buena parte de la vega del Arlanza desde Salas de los Infantes hasta Quintana del Puente, y luego que transfiere sus crecidas al río Pisuerga. Es decir, las grandes crecidas en Valladolid también están vinculadas al río Arlanza que no está regulado. Con lo cual, Castrovido será la última gran presa a corto plazo pero creo que es obligado en el río Duero, a largo plazo, realizar una consideración muy profunda y muy realista sobre la evolución de sus caudales y su afección por el cambio climático.

¿Qué quiere decir eso?

Hemos comprobado que en el periodo entre 1940 y 1985, la media histórica era de un caudal natural el 18% superior al que se ha medido en la serie entre 1985 a 2005. Han disminuido los caudales porque las lluvias se han reducido también. Pero además, el aminoramiento de los caudales no ha sido uniforme. Concretamente, los afluentes de la margen izquierda del Duero (Riaza, Duratón, Esla, Eresma y Adaja) se han recortado más del 30% en su conjunto. Hay un hecho curioso que es el de un aprovechamiento hidroeléctrico en la presa de Las Cogotas que es de una empresa en la que participa algún ayuntamiento y que está dando la mitad de lo que se esperaba. Y el propio embalse, que se esperaba que regulara mucho más caudal, está regulando bastante menos.

¿Eso qué significa?

Quiere decir que en un futuro hay que estar muy pendientes de la evolución de los caudales de la Cuenca del Duero posiblemente afectados por el cambio climático. Sus consecuencias fundamentales no son tanto una disminución muy importante de las lluvias sino su mayor irregularidad. Hay que estar muy atentos a esa evolución de los caudales por si fuera necesario en un futuro plantear mayor regulación general en la Cuenca del Duero. Eso no lo estamos planteando en estos momentos en la planificación, lo que estamos haciendo simplemente es incluir las regulaciones mínimas para atender las necesidades urgentes pero no pensando en un futuro dentro de 25 años.

¿Se refiere a los embalses mencionados en el Carrión y el Órbigo?

Si, y a otro más en el Cega que presumiblemente estará cerca de Lastras de Cuellar que también tiene necesidades desde el punto de vista de las demandas y del regadío pero que también tiene crecidas importantes. En definitiva, van a ser ocho los que incluiremos en la planificación de 2015 pero no se prevé ninguna hiperregulación pensando en el cambio climático futuro. Creo que es obligado actuar con el criterio de prevención.

Criterio de trabajo

¿Será entonces este uno de los retos con los que afrontará el final de la legislatura?

Yo no me planteo mi gestión en la CHD desde el punto de vista de la legislatura. Creo que en los organismos hay que enfrentarse al trabajo con un criterio fundamentalmente hidráulico, es decir, los que se derivan de la planificación. Nosotros tenemos planificación cada seis años y esta termina en 2015. Eso es lo que me sirve de guía para ver lo que nos falta.

¿Y qué es lo que les falta?

Nos falta avanzar en las medidas que ya se aprobaron en 2013 cuyos principales contenidos eran la modernización de regadíos y las medidas de depuración de aguas residuales. Hemos dado prioridad fundamental en materia de inversión a la depuración que se ha llevado cerca del 50% del presupuesto. Concretamente aspiramos a contratar desde aquí hasta principios del año que viene la ampliación y mejora de la depuradora de Palencia, la de Cuellar, la de la Granja de San Ildefonso y la de Venta de Baños, con lo cual, las localidades mayores de 2.000 habitantes estarán en buena medida enfocadas y desde luego también las mayores de 10.000 habitantes con eliminación de fósforo y nitrógeno que es una de las condiciones importantes que se establecían en la planificación.

¿Tienen previstas inversiones en algún otro sentido?

Queremos sacar en un plazo corto la ampliación de la estación de bombeo de la central de Villoria, en Salamanca, que está vinculada a los regadíos charros. Hay dos bombas de más de 5.000 kilowatios pero se precisa una ampliación para asegurar que si hay un fallo no nos quedamos sin caudal. Estamos tramitando el proyecto en estos momentos con cerca de tres millones de euros, aunque no da tiempo a que empecemos este año. Por otro lado, también queremos duplicar la línea eléctrica de Requejada. Estamos trabajando en la modernización del sistema de compuertas en el embalse de Compuerto y tenemos prácticamente terminada la modernización del Canal del Órbigo.

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