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En un verano marcado por la pandemia, Laura Martín y Marc Vayreda abrieron su propio negocio en el medio rural burgalés, en Palacios de la Sierra. Apostaron por el medio rural con innovación. Este negocio es el Escape Room Goen, un proyecto personal creado desde la pasión y las ganas de aportar algo al pueblo en el que Laura creció. Un juego de escapismo para permanecer en el pueblo.
Apostar por el medio rural no es fácil, invertir, mudarse, crear un negocio. No es fácil y el proceso se complica si el negocio abre sus puertas en un verano marcado por la pandemia. Y un ejemplo de esta dificultad, de lo extraordinario de que alguien decida asentarse en el medio rural es que estas historias siguen siendo susceptibles de ocupar un artículo. Esa es la historia de Laura y Marc y su 'escape room' de Palacios de la Sierra.
Abrió sus puertas el verano de 2020 pero los planes no eran esos. Ahí estaba la covid retrasando todo. Hasta que decidieron dejar de escuchar las voces que les decían que era «de locos» abrir ese verano. «La inversión estaba hecha, la idea cuajada ¿qué podíamos hacer? Había que intentarlo», señalan Laura y Marc.
Y la gente respondió, «hemos tenido una acogida genial con más de 300 personas que nos han visitado desde la apertura», apunta Laura. «Hemos tenido que ir apagando fuegos según llegaban. Los consejos que nos daban eran que lo tomásemos con calma, ir probando, pero la demanda no nos lo permitió», añade Marc.
La demanda ha bajado en invierno, noviembre y diciembre han sido meses flojos, pero se trata de una alternativa de ocio completamente segura y muy apropiada para el invierno. Además de intergeneracional, cada miembro del equipo con su historia y facultades aporta. «A la sala solo entran grupos burbuja, es obligatorio la mascarilla, se desinfecta entre cada grupo, además de ser un lugar amplio y ventilado. De hecho, podríamos acoger a más grupos pero esa hora de diferencia entre ellos es necesaria para la desinfección», matizan.
«Esa bajada del invierno nos generó dudas. No sabíamos si la bajada de reservas era porque lo estábamos haciendo mal o por las restricciones de la pandemia», señalan. Pero están contentos con las críticas de los escapistas principiantes y también de los avanzados.
También se enorgullecen de seguir con su negocio en el lugar que desean, el pueblo de Laura. «Al principio nos decían que estábamos locos, nos animaban a montar un bar», reconocen. Pero ellos tenían claro lo que querían, un 'escape room', una sala de escape. Una alternativa de ocio diferente, compatible con el ocio natural de la zona, con su atractivo que brota de la naturaleza, con el turismo de necrópolis. «Como proyecto personal estamos muy contentos pero también queríamos aportar lo que pudiésemos al pueblo», reconoce esta pareja.
Esta sala de escape es un doble regreso a los orígenes. Laura nació en Palacios de la Sierra, cuando era una adolescente su familia se mudó, aunque no vivía allí siempre se mantuvo unida a este pueblo burgalés. Es una mujer viajera y así, por el mundo, se encontró con Marc, un antiguo compañero de facultad.
Trabajaron juntos en un albergue que la familia de Marc tenía en un pueblo y ahí comenzó a fraguarse la idea de un proyecto personal. Acudieron a una sala de escape y salieron convencidos de que era eso lo que querían. Y con el deseo de Laura de regresar a Palacios, la ecuación estaba hecha.
Pero es que la historia de esta 'escape room' es también un regreso al medio rural. De hecho, la historia se llama así, Rural, y se ambienta en una casa de pueblo en la que vive un hombre con una historia genuina.
Parecía una idea alocada, así se lo hacían ver desde todos los puntos pero ambos son muy jugadores y Marc ya había creado historias de juegos para sus amigos, por qué no sacarlo rentabilidad.
Y ahí siguen, haciendo caso a la realidad, la demanda de este tipo de ocio en el medio rural existe. Además del turismo de escapismo. Han querido comenzar con una sala más sencilla, pero de última tecnología para que los principiantes también puedan disfrutarla, pero ya tienen en mente la historia de la segunda sala. Se llamará Natura e intentarán que ambas salas puedan coincidir en las instalaciones. Además, dentro de la línea de su negocio, tienen otros productos en mente que ofrecerán a negocios, asociaciones y locales de la zona.
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